Estar en el peor lugar en el peor momento posible. Ese fue el único pecado cometido por dos chavales de apenas 18 y 19 años cuya vida cambió para siempre la noche del 14 de enero de 2023. El coro (facción) de los Trinitarios del barrio madrileño de Legazpi les confundió con integrantes de la banda rival. A uno de ellos le amputaron una mano. Al otro, le seccionaron la mitad de la cara. Esta semana, la Audiencia Provincial de Madrid juzga a siete de los presuntos agresores, para los que la Fiscalía pide un total de 178 años de prisión.
Las graves secuelas con las que ambas víctimas conviven se describen en el sumario del caso, al que ha tenido acceso Vozpópuli. Uno perdió la movilidad en una mano, y el otro, la sensibilidad en la mitad de su rostro. La investigaciones de la Brigada Provincial de Información (BPI) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid determinaron que las víctimas "no tenían ninguna relación con el entorno de las bandas". ¿Por qué fueron atacados entonces?
La pregunta tiene una simple y desgraciada respuesta: porque estaban en un punto de reunión de los Dominican Don't Play (DDP), banda con la que los Trinitarios se disputan el territorio en la Comunidad de Madrid. Los dos jóvenes habían bajado al parque de la Cuña Verde del Ferrocarril, en la zona de Delicias, donde hay varias canchas de fútbol y baloncesto. Esa noche, el coro de los Trinitarios de Legazpi había planeado una caída -como denominan en el argot de las bandas a un ataque premeditado- contra el coro rival de los DDP, uno de los más sanguinarios de la capital. Lo hacían en venganza por un intento de agresión sufrido horas antes por Gretty, identificado como Primera Cabeza o líder de los Trinitarios.
El atestado policial describe cómo hasta 12 supuestos miembros de esta banda, encapuchados y armados con machetes y adoquines, abordaron a las dos víctimas y a un tercero que les acompañaba al grito de "¡Patria libre!", proclama inconfundible de esta banda criminal de origen dominicano. Sin tiempo para reaccionar, uno de los jóvenes se percata de que tiene la mano colgando. El otro, media cara abierta. Machetazos en cuestión de segundos que, de milagro, no les costaron la vida.
"Podían haber sido otras personas"
Por el lugar de la salvaje agresión, la edad de las víctimas y el tipo de ataque, los agentes pudieron pensar en un primer momento que se trataba de una nueva revancha entre miembros de las bandas rivales. En esa fecha, los Trinitarios y los Dominican Don't Play se mataban mutuamente en Madrid. Sin embargo, los investigadores concluyeron tras identificar y tomar declaración a las víctimas que "fueron ellos como podían haber sido otras personas que se encontraran en el parque en ese momento". En esa rueda de venganzas y ataques cruzados, el ataque a dos inocentes en "su parque" llegó a oídos del coro de los DDP de Embajadores, que sólo tardó 11 días en tomar represalias acudiendo en grupo a la plaza Rutilo Gacis, territorio de la facción de los Trinitarios de Legazpi. Ese día, la sangre no llegó al río.
Durante el juicio que arracó este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid, declarán las dos víctimas para relatar la noche que les cambió la vida. La Fiscalía reclama que los acusados les indemnicen, en concepto de responsabilidad civil, con 23.000 y 7.000 euros, respectivamente, cantidades que parecen insulsas dada la gravedad de las secuelas físicas y morales sufridas.
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