Cual zahorí apocalíptica, la directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, repasó ayer en Washington las perspectivas económicas mundiales a partir de la crisis europea. Y no dejó actor con cabeza. “Ninguna economía en el mundo, ya sean países de renta baja o media, mercados emergentes o economías muy avanzadas, permanecerá inmune a una crisis que, como vemos, no solo no remite, sino que sigue escalando”. Así, con brusquedad, arrancó Lagarde su brevísimo discurso, preparando al planeta Tierra para lo peor.