“Deseo una España en la que no se rompan nunca los puentes de entendimiento”, dijo Felipe VI el día de su proclamación. Mariano Rajoy le ha oído retomando el diálogo con Artur Mas, pero sabe que no contará con una mayor implicación del Rey en el conflicto catalán. Así se lo ha trasladado el propio monarca al presidente del Gobierno, al que ha recomendado “mucha prudencia” para conducir el duro otoño.

El presidente del Gobierno mantiene con la mayoría de los barones territoriales de su partido hilo directo. En los últimos meses, casi todos ellos han mantenido encuentros reservados con él en La Moncloa y lo que le han trasladado sobre Cataluña encuentra un denominador común: cualquier cesión a esta comunidad autónoma que pudiera interpretarse en clave de agravio comparativo dañaría seriamente la cohesión interna en el PP.