Otro minuto de silencio más, otra maltrago en el que vecinos y dirigentes se pregunta cómo es posible que algo así siga pasando. La localidad sevillana de Estepa ha sido escenario de un trágico asesinato por violencia de género que eleva a diez las víctimas mortales en Andalucía en lo que va de 2024. Una mujer de 46 años fue asesinada el pasado sábado por su pareja, de 48 años, quien se suicidó tras cometer el crimen con un arma de caza. Los hechos ocurrieron en el domicilio familiar, donde el hijo menor de la pareja, de 11 años, fue testigo y alertó a un familiar que contactó con la policía.
La víctima, dedicada al sector del mantecado, deja dos hijos menores, de 11 y 17 años, que se suman a la lista de menores huérfanos por violencia machista: siete en Andalucía este año y 32 en España. Desde 2003, el total de huérfanos en la comunidad asciende a 95 y en el ámbito nacional a 465 desde 2013, según datos del Ministerio de Igualdad. El asesinato ya ha sido confirmado como un neuvo caso de violencia machista por la Delegación de Violencia de Género de Andalucía.
Se trata del segundo caso que tienen lugar en la provincia de Sevilla y que arroja una preocupante balance regional. El anterior caso sucedió en el barrio de Pino Montano. Con el asesinato de Estepa, Andalucía registra cinco asesinatos en Málaga, dos en Sevilla, dos en Almería y uno en Granada. A nivel nacional, las cifras alcanzan los 41 asesinatos confirmados en lo que va de año.
Las autoridades han destacado que no existían denuncias previas contra el presunto agresor y que la víctima no figuraba en el sistema de seguimiento de violencia de género, conocido como VioGén. Este patrón preocupa a expertos y autoridades, ya que muchas víctimas no denuncian por miedo o desconocimiento.Por eso ha sido especialmente significativo lo sucedido en el minuto de silencio que se guardó en Estepa, ante medios de comunicación locales.
"¡Qué se sepa!"
En Estepa, los vecinos participaron en una concentración en la Plaza del Carmen, donde se guardaron cinco minutos de silencio en memoria de la víctima. El acto contó con la presencia del alcalde Jesús Muñoz Quirós, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, y representantes de las fuerzas de seguridad. Durante el evento, otra mujer de la localidad denunció públicamente y de manera espontanea ser víctima de violencia de género, recibiendo apoyo inmediato de la Guardia Civil.
"He sido maltratada tanto verbal como físicamente. Mis hijas también lo han vivido", dijo una vecina ante las cámaras de Canal Sur de forma espontánea reclamando al mismo tiempo que se visibilicen estos casos, "¡que se sepa, que se sepa!", exclamó la joven si ser capaz de contener la emoción y recibiendo inmnediatos aplausos de los presentes. "No puedo decirlo con palbras", ha dicho la mujer acongojada y rodeada de los vecinos que se habían concentrado en señal de repulsa por la última víctima mortal de esta lacra.
A nivel institucional, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, lamentó el "presunto asesinato machista" -antes de la confirmación del caso por la Delegación- y expresó sus condolencias a la familia. Moreno admitió que "algo está fallando" y señaló la necesidad de un mayor esfuerzo educativo para erradicar los comportamientos machistas. "Tenemos que redoblar esfuerzos en materia educativa y entre todos evitar que se perpetúen estereotipos de hace 40 años", afirmó.
El alcalde calificó la violencia de género como "una lacra social" y expresó su solidaridad con los familiares de la víctima. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también mostró su consternación y resaltó la importancia de la denuncia en los entornos cercanos a las víctimas, especialmente en áreas rurales, donde considera que las mujeres enfrentan "especiales problemas derivados de ambientes opresivos".
El presidente andaluz ha apuntado a la necesidad de dar una respesta desde el ámbito de la educación social para afrontar la gteneración de estereotipos machistas en los más jóvenes. Moreno Bonilla invitó a reflexionar sobre la industria musical y del entretenmiento, "creo que en las redes sociales hay comportamientos muy machistas por parte de ciudadanos que son muy jóvenes, que corresponden a otra generación y que no deberían de replicar fenómenos y estereotipos que hemos vivido hace 40 años".
La situación en Andalucía es especialmente sensible, no solo por las diez tragedias y los casi 100 huérfanos andaluzes provocados por el machismo, sino porque hay incidicios sobradamente preocupantes: el incremento en el uso de medidas de protección es el primero, ya que de fondo, numerosos casos continuan sin ser detectados y denunciados.
En Andalucía, el uso de pulseras de geolocalización para maltratadores ha crecido un 10% en el último año, alcanzando las 1.710 activas en septiembre de 2024, lo que viene a representar el el 36% del total nacional, muy por encima de la media que le correspondería por tamaño de población. Sin embargo, la efectividad de estas medidas sigue siendo objeto de análisis, ya que muchos casos ocurren sin denuncias previas.
El asesinato de Estepa coincide con las actividades programadas en Andalucía y toda España por el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Manifestaciones, minutos de silencio y actos simbólicos han sido organizados para visibilizar el rechazo a esta violencia estructural que, según el Observatorio de Asesinatos Machistas en el Medio Rural, afecta en particular a mujeres en localidades de menos de 12.000 habitantes, como Estepa, que ronda esta cifra. Las autoridades y colectivos feministas han insistido en la necesidad de reforzar las políticas de prevención, protección y educación para acabar con la violencia machista. "No basta con recordar a las víctimas; necesitamos medidas contundentes que detengan esta barbarie", ha declarado también desde el ámbito político Juan Espadas, secretario general del PSOE-A. Este nuevo crimen subraya la urgencia de redoblar esfuerzos desde todos los ámbitos de la sociedad para erradicar la violencia de género y apoyar a las víctimas, directas e indirectas, de esta devastadora realidad.