Leonel Virosta tiene 18 años y un sueño muy ambicioso: "Hablar a las células para que nos entiendan". Acaba de ganar una una beca del British Council para estudiar Biología en la Universidad de Manchester, pero durante la ESO y el Bachillerato no ha pisado el colegio. Es "hijo" de la denominada educación en el hogar -homeschooling, para los amantes de los anglicismos- y su logro ha resucitado el debate sobre si educar en familia es beneficioso para los niños.
Virosta nació en Alicante y se trasladó a un pequeño pueblo de Ávila donde empezó Primaria en un colegio rural de 30 alumnos. Al constatarse que era un niño superdotado, sus maestros propusieron que adelantara cursos, con lo que terminó el mencionado nivel educativo con tan solo 10 años. Tocaba decidir qué camino seguiría para formarse, destaca el joven, que lamenta que en España no haya centros para alumnos con altas capacidades, y, finalmente, su hogar fue la opción elegida.
El Ministerio de Educación no le permitió estudiar a través del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación a Distancia por "llevar los cursos de adelanto"
Sus padres se encargaron de su formación durante los dos primeros cursos de la ESO, pero a partir del tercer curso, él mismo se encargó de organizar sus estudios. Cada día, durante los últimos ocho años, ha dedicado entre seis y ocho horas diarias a estudiar y crear vídeos para alimentar su propio canal de YouTube, Flip your Learning, donde cuenta con 11.000 suscriptores. Su única crítica, según publicó Efe, se dirige al Ministerio de Educación, ya que no le permitió estudiar a través del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación a Distancia (CIDEAD) -implantado para los deportistas o familias con cambios de domicilio- por "llevar los cursos de adelanto".
El limbo de la legalidad
Aunque se trata de una práctica milenaria, la educación en casa tuvo su auge en EEUU en los años 80. En España, asociaciones que defienden la libre educación, como ALE, estiman que hay entre 2.000 y 4.000 familias ejerciendo el aprendizaje en el hogar, un método que, aunque no está prohibido, tampoco está permitido expresamente.
En España la ley obliga a escolarizar desde los seis a los 16 años de edad, pero en la práctica existe cierta tolerancia administrativa"
La Ley Orgánica de Educación establece que la enseñanza básica (esto es, educación Primaria y Secundaria) son obligatorias y consisten en "diez años de escolaridad". La jurista y madre unschooler Laura Mascaró explica a altavoz que hay muchas formas de llevar a cabo la educación en el hogar y que, según su criterio, no se trata de un método o un sistema, sino que se refiere sólo al hecho de no escolarizar. "Asumimos personalmente la responsabilidad de la educación de los hijos sin delegar en el Estado ni en ningún colegio", aclara.
"En España la ley obliga a escolarizar desde los seis a los 16 años de edad, pero en la práctica existe cierta tolerancia administrativa hacia el homeschooling. La mayoría de las familias no tenemos nunca ningún problema", reconoce. Mientras en Estados Unidos es legal, con diferentes regulaciones según el estado, y en Reino Unido es completamente libre, en países como Alemania no está permitido salvo en casos especiales como vida itinerante o discapacidad.
Gestionar el tiempo, la clave
Mascaró tiene dos hijos nacidos en 2005 y 2015 que no van a la escuela. "Empezamos por una circunstancia puntual, por algunas situaciones que consideré que la escuela infantil no estaba gestionando como debería. Pero lo importante es ver por qué nueve años después continuamos y no nos planteamos volver al sistema", asegura.
Que un niño pueda aprender a su propio ritmo y con todas las necesidades debidamente atendidas me parece fundamental"
"Como ventajas destacaría la posibilidad de que cada niño aprenda con los métodos, horarios y recursos que mejor funcionen para él; la gestión del tiempo por parte del propio niño desde muy temprano; el vínculo que se establece entre padres e hijos y también entre hermanos. Que un niño pueda aprender a su propio ritmo y con todas las necesidades debidamente atendidas me parece fundamental", defiende, aunque reconoce que también han tenido que superar "dificultades".
Sin haberlo buscado, ahora también se dedica a enseñar a familias que escolarizan y a los profesores qué pueden aprender de su forma de educar. "Es lo que llamo la 'desescolarización interior', el cambio de chip necesario para poder ver la educación como nosotros la vemos", señala Mascaró, que estudió Derecho en la Universidad de Barcelona y Pedagogía en la Uned.
La 'no' escolarización
Su hijo mayor tiene 12 años y le gustaría ser jugador profesional de eSports. "Fui a la guardería hasta los 3 años y medio. Desde entonces me educo en casa. Cuando era pequeño veía muchos niños en el parque y también los invitaba a casa. Algunos años he hecho actividades extraescolares como inglés, matemáticas o kárate", cuenta a altavoz. Y asegura que no han sido muchas las veces que le han preguntado por qué no iba al colegio: "Sólo me decían que era muy guay y me preguntaban si de verdad no tenía exámenes ni deberes".
Puedo decidir aprender Matemáticas cuatro semanas seguidas si quiero. Nunca he querido ir al colegio"
Lo que más valora del aprendizaje en casa es "poder organizar mi propio tiempo y hacer las cosas a mi ritmo". Por ejemplo, continúa, puede decidir aprender Matemáticas cuatro semanas seguidas si quiere. "Me gusta hacer las cosas con mi madre y aprender según mi nivel real de conocimiento y no según el curso en el que debería estar".
"Nosotros hacemos unschooling, no 'estudiamos' como en el colegio. En los últimos meses lo que más me está interesando es la Historia. También estoy preparándome para los exámenes de inglés de Cambridge y para competir en un campeonato de eSports", explica. Afirma que nunca ha querido ir al colegio y que no va a estudiar ninguna carrera. "Me gustaría ser jugador profesional de eSports. También estoy aprendiendo a invertir, así podré dedicar el tiempo a las cosas que me gusten sin tener que preocuparme por trabajar y ganar dinero", comenta a sus 12 años.
¿Misma sociabilización?
Otro caso particular es el de la violinista y compositora Jezabel Martínez. Ella sí estudió de forma presencial en un colegio, pero al llegar Bachillerato, decidió estudiar en casa. "Tengo 29 años, y con la perspectiva que me da la edad, me siento muy agradecida de haber podido experimentar la educación en casa". Para Martínez, estudiar en casa no significa estar "desescolarizado ni desamparado".
Se cree que los niños educados en casa están 24h encadenados a un pupitre y sin ver la luz del sol y... ¡Ni mucho menos!"
La joven estudiaba las mismas materias que se dan en un colegio de manera presencial, pero "como me organizaba muy bien, tenía mucho tiempo de ampliar conocimientos con otras fuentes". Para la artista multidisciplinar, los libros de texto son demasiado básicos y limitados y pueden servir de guía "pero poco más": "Hay que profundizar en el temario con otras fuentes (enciclopedias, documentales, etc.)".
Sobre el hecho de socializar con otras personas de su edad, una de las "pegas" que se suele poner a la educación en familia, señala que "no existe tal problema". "Se cree que los niños educados en casa están 24h encadenados a un pupitre y sin ver la luz del sol y... ¡Ni mucho menos! Suelen aprender mucho más rápido que si estuvieran en la escuela presencial, por una mejor organización del tiempo y por la forma en que se estructura su aprendizaje, y sobre todo, porque tienen deseos y curiosidad de aprender, que es lo más importante. Eso les da más tiempo libre para realizar un montón de actividades, y por supuesto tienen tiempo de ocio y de pasar tiempo con niños de su edad", destaca.
Sistema educativo, a debate
Ella, que fue durante años a un colegio presencial y posteriormente a un instituto, asegura que lamenta no haber descubierto antes el homeschooling. "Da libertad y, sobre todo, se estimula el aprendizaje y no se ponen límites a la creatividad o a la forma de aprender. Puedes superarte a ti mismo continuamente", argumenta. Además, destaca que, además de al conocimiento intelectual, se da mucha importancia a la inteligencia emociona.
Da libertad y, sobre todo, se estimula el aprendizaje y no se ponen límites a la creatividad o a la forma de aprender"
"El colegio presencial no educa, te hace memorizar unos cuantos datos para plasmarlos tal cual salen en el libro en un examen. ¿Eso es aprender?", pregunta. Según la compositora, que actualmente asesora a familias que se inclinan por este tipo de educación, puede que no sea el modelo educativo "perfecto" para algunas personas, pero desde luego es una "buenísima alternativa" a un sistema educativo que califica de "vergonzoso". "Lo recomiendo, sobre todo para niños con altas capacidades, o simplemente niños con inquietudes y ganas de aprender", dice.
"No es para todos"
Eso sí, sigue, el homeschooling no es para todo el mundo. "Te da mucha libertad, pero también exige esfuerzo y disciplina. Pero eso es muy bueno, ayuda al alumno a ser responsable y dueño de sí mismo. Y sobre todo, consciente de que tiene herramientas de sobra para desenvolverse en todos los aspectos de la vida. La escuela presencial va volviendo grises a los niños poco a poco, apaga su creatividad, y sobre todo su curiosidad, eso es algo terrible", advierte Martínez, que combina música y matemáticas en Sacred Geometry, su último proyecto.
"Es un CD con temas basados en elementos de geometría como la espiral, la esfera, el tetraedro… y en números como el Pi o el número áureo. Puede parecer un poco extraño, ¡pero la música es pura matemática y las matemáticas están llenas de música!", explica. Pese a despertar reticencias entre la mayoría de familias españolas y estar en el limbo de la legalidad, lo cierto es que la educación en el hogar es una apuesta cada vez menos marginal.