Economía

Los primeros 100 días de Ribera en Bruselas: horizonte marrón para la comisaría más verde

El desafío de Trump ha obligado a cambiar las prioridades estratégicas de Bruselas. Salpicará al calendario de transición energética y al cierre nuclear

  • La comisaria europea Teresa Ribera. -

Los edificios Charlemagne y Berlaymont, en el corazón de Bruselas, tienen pasillos kilométricos y cientos de fotografías distribuidas por inmuerables salas. Las instantáneas reproducen momentos reseñables del pasado de la UE: reuniones, firmas de tratados, retratos de familia. También está reflejado el presente. Hay una imagen que plasma la estructura actual del poder ejecutivo: Ursula von der Leyen aparece rodeada de sus 27 comisarios, cuya posición en la foto evidencia su peso en la Comisión Europea.

La mejor situada es Teresa Ribera, a la derecha de la presidenta. La ex ministra española de Pedro Sánchez ocupa una de las cinco vicepresidencias, la más nutrida, al atesorar las responsabilidades sobre el mercado energético y la competencia. Ribera estrenó la cartera el 1 de diciembre de 2024. Cumplió recientemente, pues, sus primeros 100 días de mandato. Tres meses en los que el panorama previsto se ha desdibujado para la UE. Especialmente, para la comisaria española y sus ambiciones de acelerar al máximo la transición ecológica en el continente.

La culpa la tiene Donald Trump, cuya guerra comercial ha obligado a la Comisión a virar el rumbo. El propósito de ser cada vez más 'verde' no ha cambiado en la UE. Pero ahora sí hay dudas serias sobre la velocidad del cambio y la intensidad del esfuerzo. Es lo que se percibe en los despachos de los edificios Charlemagne y Berlaymont. 

Que las prioridades han cambiado lo demuestra lo sucedido esta semana en la capital belga. El miércoles, al mediodía, comparecieron en una sala repleta y expectante la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas; y el comisario europeo de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius. Presentaron un plan para movilizar 800.000 millones de euros, que persigue transformar drásticamente la industria de defensa.

Kaja Kallas y Andrius Kubilius, en Bruselas.

Kaja Kallas y Andrius Kubilius, en Bruselas. EFE

De las arcas comunitarias saldrán 150.000 millones en forma de préstamos, que no computarán como déficit en las cuentas nacionales. Hasta la llegada de Trump al Despacho Oval, nadie en la UE contaba con tener que hacer un esfuerzo presupuestario de tal calibre. Así pues, la apuesta militar obligará a los países miembros a apretarse el cinturón y a fomentar lo que exigen los conocidos informes de Mario Draghi y Enrico Letta: una industria más potente y más competitiva. 

Toca rebanar cargas y abaratar costes en un escenario de subidas agresivas de aranceles, que dificultará la actividad exportadora. Y ambas tareas chocan con la transición acelerada que siempre ha defendido de Ribera. De hecho, Bruselas ya ha empezado a ralentizar algunos de los objetivos medioambientales. 

Hace dos semanas, Von der Leyen anunció que los fabricantes de automóviles tendrán tres años más para alcanzar el nivel exigido de emisiones. Ello implica modificar el reglamento que aspira a prohibir en una década la venta de vehículos que contaminen. "Los objetivos siguen siendo los mismos. Tienen que cumplir los objetivos, pero eso significa más margen para la industria”, aseguró la presidenta de la Comisión Europea. 

La relajación de las exigencias o la convivencia de tecnologías son algunas de las peticiones que hacen desde hace tiempo compañías industriales como Repsol. Es de sobra conocido el encontronazo que tuvo su consejero delegado, Josu Jon Imaz, con Teresa Ribera. La entonces ministra llamó "negacionista" al directivo en Davos, por defender una 'tercera vía' para la transición energética, menos dañina para la industria. 

La Comisión Europea empieza a dar algún paso en esa dirección. En el movimiento, tímido aún, influyen hechos como la quiebra técnica del fabricante sueco de baterías eléctricas Northvolt AB, recién presentada ante un juez de Estocolmo. El grupo, castigado por la falta de financiación, era una de las puntas de lanza de la UE en el sector, llamada a frenar a los fabricantes de China

Nuevo equilibrio de fuerzas

El nuevo equilibrio de fuerzas en el Parlmento Europeo también influirá en el denominado Pacto Verde (Green Deal), que marca el camino para alcanzar cero emisiones netas en 2050. El mayor peso de los comisarios conservadores apunta a un replanteamiento de algunos objetivos. O, como poco, al debate sobre su impacto en las empresas.

Estas circunstancias ya están influyendo, precisamente, en otro debate: el del relanzamiento de la energía nuclear. Cada vez hay más voces dentro de la Comisión Europea que abogan por darle una nueva vida a esta fuente de energía. Actúan como impulsores gobiernos como el francés, tradicionalmente pronuclear. De hecho, Emmanuel Macron cuenta con un hombre clave en el Colegio de Comisarios, que ejerce como contrapeso de Ribera. Se trata de Stéphane Séjourné, ex ministro de Asuntos Exteriores, que ocupa hoy el sillón de comisario de Prosperidad y Estrategia Industrial.

Colegio de Comisarios de la UE.

Foto de familia de la Comisión Europea.

La energía nuclear se antoja como una vía clara para abaratar costes y favorecer a la industria europea, ante el desafío de la defensa. Ribera se opuso siempre mientras portó la cartera de ministra en España. De hecho, los reactores fueron condenados al cierre durante su mandato, cuando el Gobierno impuso a los propietarios tasas e impuestos desorbitados.

Ribera se llevó el primer baño de realidad nada más aterrizar en la Comisión. En el examen del Parlamento Europeo tuvo que admitir que la energía nuclear tiene virtudes, no sólo defectos. "Garantiza una sólida cadena de suministro", aseguró. 

A favor de esta fuente energética y en contra de las tesis de Ribera juega otro elemento fundamental: el cambio de gobierno en Alemania. En su primera rueda de prensa tras asumir el cargo, el canciller Friedrich Merz abogó por revisar la política nuclear. "Es necesario llegar a una moratoria sobre el desmantelamiento de las centrales nucleares", aseguró. El giro alemán supone un 'handicap' más para la comisaria más 'verde', que afronta un horizonte cada vez más marrón.

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