Carlos Torres y Josep Oliu echan el resto en la recta final de la opa. Los presidentes de BBVA y Sabadell desplegaron un arsenal de argumentos en las últimas juntas de accionistas antes del desenlace final de la operación. Un cruce de mensajes contradictorios, pero con un mismo destinatario: Moncloa. Ambas partes asumen que Competencia desbloqueará la opa sin imponer condiciones duras y son conscientes de que ya sólo dependerá del Gobierno.
El primero en abrir el fuego fue Oliu. El presidente del Sabadell ya había marcado las cartas al devolver la sede del banco a las fronteras de Cataluña tras siete años fuera por el desafío independentista. “El Gobierno tendría que ser claro sobre sus intenciones de si va a haber fusión o no. Y en caso de que la hubiera, cómo sería sin mermar la competencia”, proclamó en la previa a la primera junta en territorio catalán desde 2017.
En el seno de la entidad catalana se tiene claro que la baza para torpedear la operación ahora se juega en Moncloa. Y tras el gesto político de volver a Cataluña, que marcó el paso también a La Caixa y Criteria, dentro del Sabadell se espera que el Ejecutivo mueva ahora ficha, como deslizan fuentes internas del banco.
“Peligro para el bienestar de España”, “velar por el interés general” y “por el equilibrio del sistema financiero”. Estas son las principales razones a las que apela la cúpula del Sabadell para que el Gobierno obligue al grupo de La Vela a desistir de la opa. También tratan de seducir a los accionistas del banco catalán, que son los que tendrán la última palabra para aceptar o no la oferta, con más dividendos e incluso deslizando nuevas fusiones como parte activa.
Sabadell apela al "peligro" para la estabilidad financiera y el BBVA defiende que la opa supone una clara "apuesta por España"
"Yo creo que esa es una opción que siempre existe, porque todos tenemos la vocación de mejorar”, afirmó ayer César González-Bueno, consejero delegado del Sabadell, en una entrevista en TV3. El mercado apunta desde hace tiempo a Unicaja, que cuenta con núcleo duro de accionistas que obligaría al Sabadell a pactar una operación.
BBVA pide al Gobierno que se aparte
Y Carlos Torres no dejó pasar la oportunidad en la junta del banco en Bilbao. Contratacó a Oliu y reclamó al Gobierno no inmiscuirse en la operación, que debería depender exclusivamente de los accionista. “Una vez que la operación sea aprobada por las autoridades, llegará el momento de los accionistas de Banco Sabadell y es importante que sean ellos quienes decidan. Esperamos que puedan sumarse a este gran proyecto lo antes posible”, lanzó el presidente de BBVA, que se mostró visiblemente más enérgico que habitualmente en sus actuaciones públicas.
Pero no se quedó ahí. “Una clara apuesta por España y por sus empresas, para crecer y contribuir al crecimiento del país y de sus territorios”, defendió Torres ante sus accionistas. Y utilizó un argumento ‘jugoso’ para Moncloa, que tiene que cuadrar las cuentas para aumentar el gasto en Defensa, como pide la Unión Europea para protegerse de Rusia. “Gracias a la mayor escala y los mayores resultados, aumentará nuestra contribución vía impuestos y, con ello, nuestro impacto positivo en el progreso y el desarrollo de España”, prometió. Eso sí, el grupo de La Vela esquivó hace unos meses una mayor factura por el impuesto al sector, al decaer un cambio fiscal por la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.
Incluso el presidente de BBVA recurrió al nuevo tablero geopolítico que se abre tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. La Comisión Europea quiere movilizar unos 800.000 millones para aumentar el gasto en Defensa, lo que, a juicio de Torres, provoca la necesidad de que España y Europa cuenten con entidades “con la escala y fortaleza adecuadas”. “Solo con bancos sólidos y competitivos, la región podrá impulsar su transformación y consolidar su liderazgo en el mundo”, advirtió.
Poder de veto
Competencia está examinando en la conocida como fase 2 la operación, pero tiene previsto aprobarla con condiciones asumibles. En este caso, el Ministerio de Economía tiene potestad para endurecer las condiciones alegando “seguridad nacional” u otras razones de interés general, pero el gran poder de Moncloa es vetar una fusión incluso si la opa triunfa. La reforma de la Ley de Supervisión Bancaria, aplicada en 2014 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, reserva a Economía la capacidad de veto como herramienta de supervisión sobre operaciones estratégicas.
Habrá que ver quién tiene mayor poder de convicción en una opa que en unas semanas, cuando se espera que la CNMC apruebe la operación por no detectar trabas severas a la competencia, pasará al plano político. Las espadas siguen en todo lo alto, pero con Moncloa como juez.
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Lluisaltisentboi
23/03/2025 00:42
Es inadmisible que ejecutivos de ese nivel tomen una decisión que, para cualquiera que tenga una formación financiera, conozca el sector en España, la realidad sobre la cotización bursátil del Sabadell y su composición accionarial, hubiera sido descartada inmediatamente. Ahora la realidad se ha impuesto y para Torres y su consejero delegado ha pasado a ser un asunto de orgullo personal y profesional con un salto adelante, aunque lo que venga sea el precipicio. Sinceramente creo que se han equivocado. Con la cantidad de alternativas de inversión que debe haber en este mundo de Dios y se meten en una de muy dudoso resultado, tanto si sale como si no.