Voluntarios y musulmanes. El reciente plan del Ministerio del Interior para reinsertar a 228 presos yihadistas busca colaboradores entre los otros reclusos. En concreto, entre reos que profesen, precisamente, la misma religión y que cumplan una serie de características como tener un dominio "suficiente" del español y no contar en su expediente penitenciario con sanciones disciplinarias. El objetivo es utilizarlos como "herramienta terapéutica" para apoyar a los reos islamistas que decidan alejarse de la violencia terrorista. El programa de Instituciones Penitenciarias detalla que los candidatos deberán superar un proceso de selección que incluirá entrevistas previas y se les someterá a un programa de formación para que adquieran, entre otras habilidades, "estrategias básicas de persuasión dialéctica".
Interior pretende utilizar estos "internos de apoyo" como "herramienta terapéutica" para reinsertar a los reclusos yihadistas menos radicalizados
Así aparece recogido en el documento 'Programa marco de intervención en radicalización violenta con internos islamistas", a cuyo contenido ha tenido acceso Vozpópuli. En el mismo se dedica un capítulo entero a lo que denomina "internos de apoyo" y a los que pretende utilizar a "para el tratamiento" de dos de los tres grupos en los que ha dividido a los 228 reclusos yihadistas a los que va dirigido el plan. En concreto a los denominados Grupo FIES (B)", formado por 33 captadores, y Grupo FIES (C), un total de 80 presos comunes que se están radicalizando. No esta prevista su utilización, por tanto, para los 115 del bautizado como Grupo FIES (A), todos ellos condenados o encausados por actividad terrorista. Los más radicales.
"Una selección cuidadosa"
Para elegir a dichos internos musulmanes que ejercerán esta labor de "apoyo y protección hacia aquellos internos radicalizados o en riesgo de serlo", el documento de Interior destaca que se a de hacer "una selección cuidadosa" y enumera hasta 14 factores a tener en cuenta. En primer lugar, que el preso candidato deber tener "un apoyo social normalizado, que mantengan comunicaciones frecuentes y que disponga de una red externa consolidada"con su entorno fuera de prisión. También se valorará especialmente que estén destinados en los llamados "módulos de respeto" de las prisiones, ocupados por los internos menos conflictivos, o que, al menos, no estén en aislamiento. Otra característica penitenciaria favorable para su elección es que estén destinados en labores dentro de la cárcel que estén remuneradas y que, por tanto, sean "depositarios de confianza por parte del centro". Por supuesto, descarta a aquellos de los que haya constancia de consumo de estupefacientes.
El plan pretende que los presos musulmanes elegidos no tengan sanciones disciplinarias reciente y la pena que les quede por cumplir sea "mínima"
Tampoco serán elegidos para ser "interno de apoyo" en la desradicalización de yihadistas los que, precisamente, estén bajo sospecha de simpatías islamistas o que no "asuman unos valores culturales mínimos, en términos de respeto a la libertad y a los valores esenciales de nuestro ordenamiento jurídico y social". Ni los que "sufran psicopatología de relevancia". Por el contrario, sí se valorará de modo positivo que tengan un "dominio suficiente de español", que "profesen su religión con moderación y normalidad", que no tengan "sanciones disciplinarias" recientes y que la pena que les quede por cumplir sea "mínima", además de estar "disfrutando de permisos ordinarios de salida" y de que su condena no sea por delitos "contra las personas". También se destaca que deben querer participar en el programa "voluntariamente".
"Proceso de selección"
Una vez seleccionados los presos que reúnan estas catorce características, el programa de Interior señala otras cuatro "indicaciones" para realizar el "proceso de selección". En primer lugar, que los elegidos no sean recién llegados al centro penitenciario donde vayan a actuar como internos "de apoyo". Una vez elegidos, serán entrevistados por los responsables para descartar "casos dudosos o que presenten criterios de exclusión". Además, se deberá comunicar lsu inclusión en el plan a las áreas de tratamiento y seguridad de la cárcel para asegurarse de que "no son objeto de seguimiento" por despertar sospechas. Finalmente, se deberá acreditar "suficientemente su alejamiento y no participación en actividades que fomenten cualquier tipo de radicalización o proselitismo".
Instituciones Penitenciarias dará a los presos finalmente seleccionados formación en "escucha activa", "persuasión dialéctica" y "resolución pacífica de conflictos"
Instituciones Penitenciarias tiene previsto que aquellos presos musulmanes que superen todos los requisitos participen en un "programa de formación" para adiestrarles. Así, recibirán un "entrenamiento en habilidades sociales y comunicación" referidas a "la escucha activa y la resolución pacífica de conflictos". También se le dará formación "de actitudes, estereotipos y prejuicios", así como "estrategias básicas de persuasión dialéctica" y "entrenamiento en expresión, apoyo e identificación emocional". También se les dará "aprendizaje, discusión y asunción de valores prosociales" y herramientas para la "identificación de distorsiones cognitivas".
La formación incluirá la "mejora en autoestima y fortalecimiento del auto-concepto y la identidad personal", un "entrenamiento en tolerancia a la frustración" y un "refuerzo de planteamientos moderados" para normalizar "la expresión y vivencia religiosas". También se les mostrará técnicas para la "exploración y potenciación de los sentimientos de pertenencia y respeto interpersonal" así como para la "identificación de los factores psicológicos contribuyentes a la radicalización islamista violenta". Finalmente, plantea reforzales su independencia personal "y de los factores de protección". Un complejo proceso de 'casting' para encontrar presos musulmanes que ayuden a reinsertar yihadistas.