¿Será el 2019 el año de las Bibliotecas? Con retraso, parece. De acuerdo con la información difundida esta semana, el ministerio de Cultura y Deporte ha decidido poner en marcha un programa de dotación bibliotecaria para adquirir libros por 3,5 millones euros, un programa de adquisición similar al que estuvo en vigor en el periodo 2006-2011 y que involucra tanto a la Cámara del Libro como a Cegal (la confederación de libreros), para propiciar la compra de volúmenes y ediciones a las librerías de proximidad.
Las comunidades autónomas participarán también, con un aporte equivalente a 3,5 millones de euros. Así, ambas administraciones destinarán 7 millones de euros para la dotación de las bibliotecas públicas. La medida, que se espera que entre en vigor en enero, reinyectará dinero a una de las redes culturales más desatendidas y que más estragos producto de la crisis sufrió: las bibliotecas, por supuesto. Ellas han sido uno de los eslabones más golpeados.
Las cifras lo demuestran: el gasto en adquisiciones de libros bajó de 1,50 euros a 56 céntimos por habitante del 2009 a 2014, según el informe La lectura en España. En aquel documento elaborado y publicado en 2015 por la Federación del Gremio de Editores de España se abordaba la situación del sistema bibliotecario español y demostraba de qué manera tras el crecimiento experimentado en las décadas de 1990 y 2010, el número de bibliotecas y puntos de servicio se redujo no sólo en número, sino en horarios y fondos.
Aquella merma de condiciones propició el descenso de los préstamos: 8.349.307 préstamos menos en 2014 con respecto a 2010. En ese mismo tiempo, aumentó también el número de habitantes inscritos en las bibliotecas que pasó del 28,72% al 34,49. Según el Anuario de Estadísticas Culturales, los usuarios inscritos se incrementaron notablemente durante la crisis. El servicio empeoró., debido al fondo mermarte y al creciente número de usuarios.