La joven Billie Eillish (Los Ángeles, 2001) conquistó el planeta pop por sorpresa y por completo. Baste decir que es la primera artista nacida en el siglo XXI que alcanzó el número uno de las listas de ventas en Estados Unidos, el mercado musical más grande y el que sigue marcando tendencia (a pesar de la pujanza latina). Su éxito en Internet desde los quince generó una adhesión inmediata de millones de oyentes jóvenes, muchas de ellas en busca de un modelo alternativo a la princesita pop sexualmente explosiva, dominante en el planeta pop. Se ganó un trono combinando pop clásico, estética gótica y crónicas de malestares psicológicos al estilo del rock de los noventa, en dosis que engancharon a su generación e intrigaron a otras.
Eillish arrasó con su debut, When We All Fall Asleep, Where Do We Go? (2019), reconocido en los Grammy con cuatro galardones. Además, se convirtió en un icono pop: por eso su segundo álbum Happier than ever era el más esperando de esta temporada. Alexis Petridis, crítico pop de The Guardian, usa analogías para acercar el fenómeno a sus lectores, cuya media de edad es de cuarenta años. Compara el disco con In utero (Nirvana, 1993) y Sabotage (Black Sabatth, 1975), dos álbumes "que triunfaron a la hora de pintar un retrato del estrellato que suena complejo y convincentemente sombrío”.
Petridis destaca recitados como “Not my responsability“ y canciones como “Overheated” y “Getting older”, destacando que esta última describe el proceso de "saltar de alegría por su éxito a sentir el horror y la intensidad de la adulación y el peso de las expectativas que Eillish atrae. Las escuchas y piensas: sí, probablemente yo me sentiría igual”. La cercanía y complicidad siempre ha sido una de las grandes bazas de la estrella californiana, en opinión de este cronista de Vozpópuli.
Lencería retro
Como todas las personas a su edad, Eillish atraviesa una etapa de cambios. Cuando el éxito comenzó a dispararse, se encontró sin recursos para manejarlo, hasta el punto de que le afectó físicamente, con laringitis y fiebres continuas. Ahora parece llevarlo mejor y se atreve con decisiones desafiantes. El pasado mayo, protagonizó una atrevida portada en la edición británica de Vogue, con su nuevo pelo rubio y lencería retro, que hizo pensar a muchos que ya había sucumbido al papel de diosa sexual, devoradora de hombres. En realidad, no planeaba convertise en aspirante a Madonna sino que había caído rendida al cancionero de Julie London, la elegante vocalista de jazz de mediados del siglo XX, dueña de una voz escasa pero sexy, que la obligaba a acercarse mucho al micrófono, generando una sensación inmediata de intimidad. Su gran éxito de la época, “Cry me a river”, despachó tres millones de copias en todo el mundo, toda una gesta en la época.
Muchos de sus seguidores dan por hecho que las letras que hablan de una relación tóxica se refiere a su exnovio Brandon Quention Adams, un rapero afroamericano conocido como 7:AMP
Durante su última entrevista con el diario L.A. Times, Eillish apareció con una chapa con la imagen de Julie London colgada en su solapa. Así desataba su entusiasmo ante la periodista: “Ella es como yo, si yo fuese la chica que quiero ser”, le dijo a la periodista Amy Kaufman. “Me encantaría ser esa chica explosiva. Toda chica quiere sentirse deseada”, explicaba. Lo que dispara su incomodidad son “todos esos hombres que dicen que si cantas sobre sexo o te pones ropa que destaca tu pecho no puedes quejarte de que los demás te sexualicen”, explica.
La letras del disco son bastante reveladoras, especialmente las que describen relaciones tóxicas. Muchos de sus seguidores dan por hecho que el tema que da título al disco se refiere a su exnovio Brandon Quention Adams, un rapero afroamericano conocido como 7:AMP. "Cuando estoy lejos de ti, soy más feliz que nunca/ Desearía poder explicarlo mejor, desearía que no fuese verdad", confiesa.
Luego acusa al personaje masculino de la canción de no darse ni cuenta de lo mal que lo hace sentir. "Me llamas otra vez, borracho desde tu Benz/ conduciendo drogado a casa/ Me das un susto de muerte, pero estoy gastando saliva/ porque a los únicos a quienes escuchas es a tus amigos", le reprocha. También le acusa de hablar de ella en Internet a sus espaldas y de no prestar atención a su madre y amigas.
La letra de "Your power" trata de la adicción de ciertos hombres a las relaciones de poder con chicas jóvenes, en este caso en edad estudiantil. "Ella dijo que eras un héroe/ y jugaste ese papel/ Pero la arruinaste en un año/ no finjas que fue complicado", le reprocha. Seguramente la letra más sorprendente sea la de "Getting Older", ya que hablamos de una estrella de 21 años. La realidad es que ha vivido tantas cosas tan rápido que algunas de sus nuevas letras se parecen a las típicas de alguien de cuarenta años. "Las cosas que una vez disfruté/ ahora solo son parte del trabajo/ Las cosas que deseo, hmmm/algún día me aburrirán/ Es muy extraño, lo que nos importan las cosas/ hasta que dejan de importarnos", concluye.