Casi cinco lustros después del estreno de Bridget Jones, llega a los cines la cuarta entrega de la saga, Bridget Jones: loca por él, una comedia digna y capaz de superar las expectativas con una fórmula que no se agota: la de una mujer que, incapaz de superar la soledad y un vacío sentimental de años, se topa con la ilusión de un nuevo amor, que no siempre es quien el espectador piensa.
El diario de Bridget Jones se estrenó en 2001 con gran éxito entre el público. Aquella película, que adaptaba la novela homónima de Helen Fielding, presentaba a una treintañera soltera con problemas para aceptarse a sí misma y en una búsqueda desesperada por el amor correspondido. La trama se alargó dos entregas más -Bridget Jones: sobreviviré (2004) y Bridget Jones' Baby (2016), en las que el abogado Mark Darcy (Colin Firth) se convirtió, finalmente, en el amor de su vida, y el seductor Daniel Cleaver en un buen amigo.
Ahora, Bridget Jones: loca por él llega tras una elipsis temporal en la que la protagonista, a sus 47 años y con dos hijos pequeños, sobrevive después de haber enviudado. La madurez se muestra aquí en todo su esplendor y libre de prejuicios, en un claro intento también por sumarse a las voces que reclaman espacio y visibilidad para las mujeres pasada la cuarentena.
Renée Zellweger se corona como reina de la comedia y muestra un estado de gracia con esta película, que bebe de los títulos clásicos de los 90 y los primeros 2000, al tiempo que mantiene coherencia con las tres anteriores entregas. Se arriesga en los chistes, toca el terreno sexual sin pudor y reivindica el lugar de la trama empalagosa e irreal que, no por alejarse de la realidad puede resultar menos atractiva.
Si se habla de derribar prejuicios, el más notorio es, sin duda, el idilio que una Bridget Jones decidida a abandonar el ostracismo sentimental empieza con un casi treintañero, una aventura difícil de imaginar en otra época cinematográfica, en la que el deseo sexual entre una mujer madura y un joven era casi ciencia ficción. Así, y salvando las distancias en género, tono y trama, casa en cierta medida con Babygirl y una Nicole Kidman que encarna la liberación.
Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor
Tampoco conviene exagerar porque nadie trata aquí de romper moldes. Bridget Jones: loca por él, dirigida por Michael Morris (que tras una larga trayectoria en las series debutó en la dirección de largometraje en 2022 con To Lieslie) está llena de fórmulas de sobra conocidas, lugares comunes, bromas que llegan al espectador antes de mostrarse en la pantalla y un aroma a algodón de azúcar constante que no desaparece ni con un vistazo rápido al salón caótico de la protagonista.
Se echa de menos algo de locura en un personaje que, precisamente, decide dejar de sobrevivir para disfrutar antes de que sea demasiado tarde
Se echa de menos algo de locura en un personaje que, precisamente, decide dejar de sobrevivir para disfrutar antes de que sea demasiado tarde. A pesar de todo, no es difícil dejarse llevar con los chistes fáciles ni imaginarse que la vida amorosa puede ser de otra manera, si es que este género tuviera otro cometido. Aquí se cumple de sobra.
A Hugh Grant y un fantasmagórico Colin Firth, se suman al reparto Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor, correctos y en una parcela demasiado delimitada, a las puertas de haber podido resultar más graciosos en una trama que parece tener mucho por explotar. En cualquier caso, cumple su cometido y demuestra que la comedia romántica está más viva que nunca. Incluso a pesar de que en Estados Unidos vaya directa a las plataformas, sin un estreno en los cines digno de la saga que antaño logró una suma importante en la taquilla. Se agradece, pues, cierto romanticismo en los cines españoles y su apuesta por arriesgar y competir con Capitán América: un nuevo mundo.
¿Quieres participar en la conversación?