Las ‘canciones del verano’ suelen tener características como tener una letra simplona y divertida, bailes pegadizos y letras en ocasiones con un punto picante; ¿nadie se ha parado a pensar qué es lo que realmente hacía la mujer mientras el cantante de chocolate nos contaba que “ella me bate como haciendo mayonesa? Sí, posiblemente estuviera batiéndole eso.
Pero más allá de artistas como Paulina Rubio, Raúl, David Civera o Proyecto Uno existen otros muchos temazos que deberían haber sido canciones del verano de haber tenido una mayor acogida entre el público.
Venus – Caliente, caliente
El trío formado por las jóvenes hermanas Abradelo y la eurovisiva Amaya Sáizar nos dejaba una letra escalofriante de una mujer que se está bañando en el mar con un tanga, cuando una ola se lleva su braguita y se ve obligada a salir del agua como Dios la trajo al mundo ante la mirada perpleja de un viejete.
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Las Viudas – El bikini amarillo
Antes de que Papá Levante tuviese éxito, en España ya existía una girl band formada por seis integrantes femeninas: Las Viudas, cuyo mayor éxito fue Saca la mano, Antonio. La canción más veraniega de esta banda fue El bikini amarillo, y que cuenta cómo una moza estrena un bikini de lunares diminuto y amarillo, que como era de algodón se le marcaba todo, y un montón de hombres se abalanzaron sobre la chica, a la que le arrancaron el traje de baño. Una canción que hoy día podría ser quizás interpretada como una agresión sexual.
Paloma San Basilio – Samba de Sol
La cantante más fina y exquisita, y de la que ciertas leyendas urbanas afirman que tiene mucho en común con Bárbara Rey, más allá de dedicarse al mundo del espectáculo, editó una divertidísima canción de ritmos brasileños. La letra habla de helados fríos, playas potentes, noches de amorío y playas liberales. ¿Qué nos quería decir Paloma entre líneas? Posiblemente, lo que todos estamos pensando: que estaba viviendo “las vacaciones al ritmo de samba”.
Luis Aguilé – Nadie me quita mis vacaciones en Castellón
Antes de que Merche o Las Nancys Rubias cantasen a Marina D’or, el gran Luis Aguilé, ese que nos decía que “es una lata el trabajar”, nos cantó que “nadie me quita mis vacaciones en Castellón”. Aguilé era un genio, de eso no hay duda, pero esta canción se trató más de un encargo que de otra cosa, pues estaba incluido en un disco distribuido por la Diputación de Castellón para promocionar la provincia.
Paco Clavel y Alma María – Martinica
De la mezcla del excéntrico y delicioso Paco Clavel y la cantante Alma María (vocalista de Los tres sudamericanos, responsables de la canción del verano El puente), solo podía salir una canción fresca, divertida, bailable y un largo etcétera de adjetivos que tan solo José Luis Moreno sería capaz de alargar hasta la eternidad. Paco y Alma explican que quieren irse a la isla Martinica “vestido con cáscara de bananita” y allí “comer cocos, comer piñas” y estar “sexy con la buena vida”. Atención a las coristas de la actuación en directo en el programa Viva el espectáculo. ¿Por qué no triunfó este tema de 1991 si tenía todo a su favor para hacerlo?
Missiego – El baile del pimpollo
El cantante Missiego, hijo de la eurovisiva Betty, dejó en el legado cultural español dos canciones del verano como Mueve tu cucu y Cachete, pechito y ombligo. Y a esas dos coplas debería sumársele El baile del pimpollo, una canción que se incluyó en recopilatorios veraniegos pero que pasó desapercibida. Un hit que, como buena canción del verano, daba instrucciones de cómo había que bailarla entre frases sin sentidos como “la mujer enamorada baila siempre sin parar” o “pimpollo es lo que debe regalar todo caballero a una mujer”. Joaquín (porque el nombre de Missiego es Joaquín), ¿un pimpollo es lo que tú regalas a las mujeres para conquistarla? Espera, que ya lo pillo..., que estamos hablando de otra cosa.