La lluvia inundó hace unos días Madrid para despedir a una de las voces eternas de la radio. Pepe Domingo Castaño se marchaba en su queridísimo Madrid acompañado de su clima natal. El hombre que había armonizado en una motosierra con el Nessun Dorma de Pavarotti nos dejaba con la unanimidad de ser una figura irrepetible solo comparable con gigantes como Joaquín Prats. Quizás los niños que ahora están naciendo lleguen a la edad adulta sin una idea clara de lo que representó Castaño, de una forma parecida que la generación millennial tuvimos un recuerdo muy vago de otras figuras como José Luis Pecker. La estrella que estuvo al frente de algunos de los programas más célebres de los cincuenta, sesenta y setenta como Cabalgata Fin de Semana o Medio millón con Gallina Blanca. El verba volant, scripta manent de los romanos con el que aseguraban la permanencia de los escritos sobre las palabras habladas se acredita con casos como el Pécker. Para luchar contra este olvido, Carlos y Andrés Pécker, hijo y nieto del periodista han publicado la primera biografía sobre el locutor. En una entrevista en Vozpópuli, Carlos Pécker perfila a su padre como un entusiasmado periodista, que nunca superó el batacazo que le supuso el despido de la SER, a la que había dedicado buena parte de su vida. Lector voraz, amante del cine y hombre familiar padre de ocho hijos y 22 nietos.
Pregunta. ¿Para quien no le hemos conocido, quién fue José Luis Pécker?
Respuesta. Fue sin duda uno de los pioneros de la radio, de las personas más importantes del medio. Junto a Bobby Deglané, Matías Prat… Mi padre fue maestro de muchos de los que están ahora, como de hecho nos dijo Luis del Olmo, que para él fue un maestro.
P. Bobby Deglané es el que cambia por completo su vida
R. Totalmente. Es el que hace un programa que fue la revolución en la radio, Cabalgata fin de semana. Cogió de segundo a mi padre, después Bobby Deglané se fue a otra radio y mi padre se quedó como presentador. Y ahí es donde empezó la carrera de mi padre.
P. Bobby ya era una estrella. ¿Qué crees que vio en tu padre que entonces era jovencísimo?
R. Sí, era muy joven y parece según nos contaba que sencillamente le escuchó una vez haciendo publicidad y pensó que era una voz impresionante y que era una persona muy válida para la radio.
P. Para los que no lo vivimos, ¿qué era Cabalgata?
R. Era un magazine donde cabía de todo. Donde había actuaciones musicales, donde había entrevistas de todo tipo, donde había concursos. Era una mezcolanza y ha sido el germen de muchos de los que han venido detrás. Por ejemplo, el Protagonistas de Luis de Olmo. Era un programa similar en su concepto.
P. Después también dirigió Medio Millón con Gallina Blanca, que fue otro formato muy influyente. En la biografía comentas que los ganadores se convertían en héroes locales.
R. Sí, porque ten en cuenta que la radio ahora es muy importante. Antiguamente, en la época de mi padre, la radio era todo. Si tú eras un concursante de un concurso como el de Medio Millón con Gallina Blanca y te llevabas un dineral, eras un personaje popular hasta tu muerte. El impacto que tenía la radio era muy superior al que tiene ahora.
P. Viendo la lista de anunciantes en los programas de tu padre, me es inevitable pensar, justo también por las fechas, en Pepe Domingo Castaño, un hombre al que las marcas quieren poner su voz.
R. Mi padre fue maestro de muchos de ellos. De hecho, lo han comentado, propio Carlos Herrera, supongo que Pepe Domingo Castaño también. Una de las cosas que decía mi padre es que la publicidad había que tratarla con mucho mimo porque de la publicidad era de lo que vivían. Para él, era inaudito que los propios periodistas tratasen mal a la gente que les pagaba su sueldo. Cosa que no es tan rara. Él, en cambio, lo mimaba todo lo que podía, tenía relación con muchos de los publicistas, les escribía los guiones, les escribía los titulares. O sea, para él lo primero era la publicidad.
P. En la biografía también se cuenta que la SER le despidió de una forma “nada elegante". ¿Qué pasó?
R. Básicamente, es que llamaron a él y a otras grandes figuras, que habían hecho de la SER lo que era y lo que todavía es hoy, y les echaron a la calle sin contemplaciones. Entonces mi padre se quedó impresionado porque había dado la vida por la SER. Cogió a la SER y la subió al número uno, era sin duda la cadena más famosa, él era el locutor más conocido, pero entró una gente que consideró que no debería seguir y echó a las figuras de una manera bastante poco elegante, como dice él. Y eso lo mató, lo mató en vida. Luego trabajó en Antena 3, que por cierto se portó fenomenal Manuel Martín Ferrán, pero yo creo que el batacazo de la SER nunca lo superó. Cuando tú dejas la vida por algo y ese algo te machaca y te echa a la calle con una patada, es muy fuerte. Mi padre me lo decía cuando yo ya empezaba a trabajar: ‘Ten cuidado con las empresas porque el día que no les guste te van a dar una patada y te van a matar’.
P. Justo este viaje que comentas creo que también lo hizo José María García después de una disputa con la SER y creo que justo después acaba en Antena 3 de Radio, ¿llegó a tener relación con José María García?
R. Sí, ellos estuvieron juntos en Antena 3 de Radio, de allí hay una viñeta, en la que aparecen mucha gente como José María García, Ángel Nieto, el propio Manuel Martín Ferrán, Antonio Herrero…
P. Son los nombres que marcarán las siguientes décadas de la radio, son superestrellas, ¿qué recuerda tu padre de aquellos años en Antena 3 de Radio?
R. Antena 3 al final fue para él como la última barca, él estuvo navegando ya tranquilo, lento. Le dieron un programa que era muy complicado porque era hacer el resumen de toda la programación, lo más importante, y esto fue durísimo porque él era muy perfeccionista, y se tenía que escuchar todos los programas y coger los cortes. Esto fue duro, pero la ventaja es que volvió otra vez a la radio, gracias a Manuel Martín Ferrán. Luego ya hizo programas de coplas que él estaba encantado, también hizo un programa gastronómico. Esa última época fue, no sé cómo decirte, por un lado un poco triste porque ya no era la figura que fue siempre, ni mucho menos, pero por otro lado consiguió terminar y jubilarse en la radio.
P. Allí también coincide con Luis de Olmo, que llegó a decir que José Luis Pécker era su ídolo.
R. Sí, yo sabía que le tenía cariño, pero cuando lo escuché en la facultad, en el homenaje que le hicimos a mi padre, me quedé helado. Luis de Olmo, que tiene algún problema de memoria, se acordaba perfectamente de cómo han sido sus inicios, de cómo llegó a Madrid, de cómo fue a un teatro a un concurso que hacía mi padre, porque para él José Luis Pécker era lo máximo. Entonces mi padre le pidió que subiese, se subió y en el momento que se puso al micrófono con mi padre, Luis de Olmo ya sabía lo que quería. Dijo, esto es lo mío, aquí me quedo y voy a pelear por esto.
P. Para terminar de repasar la carrera, también hizo televisión. ¿Crees que se adaptó bien a la tele o no era su medio?
R. Se adaptó fantásticamente. A todo el mundo le encantaban los concursos que hacía, con Joaquín Prats sobre todo, que también era otro número uno. Él estaba contento, pero él siempre fue un hombre de radio. La televisión fue un complemento y lo pasó bien, le gustó, pero su vida fue la radio, eso es la verdad.
P. ¿Cómo lo veía un niño y luego un adolescente como tú?
R. Yo era muy crío. Para nada teníamos la sensación de que era una persona famosa, ni nada por el estilo. Cuando eres niño todo eso te da exactamente igual, por lo menos a mí. Luego es verdad que con el tiempo vas viendo el pedazo de profesional que fue, pero fue cuando ya estaba más en decadencia en Antena 3.
Lo que sí que recuerdo cuando acompañaba a las entrevistas era que muchos entrevistados le decían a mi padre que sabía más de sus vidas que ellos mismos. Y eso era porque mi padre, que tenía una biblioteca de más de 10.000 libros, se leía todo el personaje que iba a entrevistar. Estaba horas y horas escribiendo y leyendo, escribiendo y leyendo.
P. Y mordía en las entrevistas. Una de las que recoge la biografía, en la de Di Stéfano, le pregunta que qué es lo que más perjudica a un futbolista, si el whisky, la grasa o las fiestas.
R. Se mojaba muchísimo y la verdad es que ahora mismo no me imagino decirle a Cristiano Ronaldo que si la edad le perjudica mucho en el campo de fútbol, igual se levanta y se va.
P. Lo que sí que parece que hizo es influir a sus hijos, porque de ocho, cinco habéis acabado trabajando en medios, tú entre ellos, ¿a qué lo atribuyes?
R. Estamos todos de acuerdo que nunca nos dijese, venga meternos a esto, a hacer radio, a hacer periodismo, eso no lo dijo nunca. Pero en cambio, llegaba a casa y estaba todo el día hablando de la radio. ‘He entrevistado a este, he hecho tal cosa, esta tarde me vengo aquí, tú acompáñame con el estudio, tú acompáñame a presentar este álbum, o sea nos envenenaba a todos como sin saberlo’.
P. También fue decisiva la figura de tu madre, Matilde Pérez de la Mata.
R. Sin ella nada hubiese sido igual en su vida, eso por supuesto. Lógicamente cuando trabajas tanto, y te lo digo por experiencia, no te puedes ocupar tanto de los hijos, y la mujer, es esencial que la mujer tenga la fuerza, la energía, la bondad, la inteligencia, la paciencia que tenía mi madre, era una 'number one'.
P. Ocho hijos, 22 nietos, entiendo que la familia era muy importante la familia para él.
R.Totalmente, la familia era el número 1. La verdad es que digo que fue una vida dedicada a la radio, pero fue una vida dedicada la familia y además a la radio.
P. Tu sobrino que es coautor de la obra, lo calificó como el influencer de la radio. ¿Si hoy tu padre si tuviera tenido 20 años, se hubiera hecho streamer, hubiera sido un tipo Ibai Llanos?
R. Pues puede ser, lo que pasa es que yo tengo que reconocer que lo del influencer de la radio a mí no me gustó nada. Me parece que mi padre es mucho más interesante que Ibai Llanos.
P. Se retiró en 1986, pero él fallece en 2007, ¿a qué se dedicó durante estos 20 años?
R. Él escribió mucho, escribió para una revista de turismo por ejemplo, y esa revista le dio posibilidad de viajar muchísimo, que era otro de sus placeres. Se dedicó sobre todo a viajar, y siempre estaba escribiendo y leyendo y luego le encantaba el cine,
P. Para terminar, ¿crees que José Luis Pécker ha sido o que es suficientemente recordado?
R. No, no, ni muchísimo menos, de hecho, la idea principal de este libro, fue para que la gente, tenga alguna referencia, que puedas ir a una biblioteca y tengas una idea de su figura. Espero que se hagan más libros sobre mi padre, pero yo quería hacer como un arranque. Yo que he hecho conferencias todos los años en la Universidad Complutense de Madrid, y cuando empiezo a hablar, siempre digo, que levanten la mano quien conozca a José Luis Pécker, te hablo de la facultad de Periodismo, ni uno, ni una sola persona la levanta. Teniendo una asignatura que se llama Historia del Periodismo Español, nadie, nadie conoce a mi padre.
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doblaJeclasico
En otros lugares he editado cuestiones, comentarios , situaciones y sobre todo nombres ilustres de la Radio Española de los años 40 y 50 y bueno, parte de los 60. Mi sensibilidad auditiva siempre estuvo en primera línea y lo que me xigia mis oídos , era, lo primero el timbre de voz, después la vocalización, la naturalidad, la locución y el arte de presentar programas y ser periodista. Todo ello, acompañado de un ambplio vocabulario donde no cabian los “chabacanismos, las voces aberrantes , los comentarios sectarios, etc. Eran otros tiempos y otros “caballeros y señoras. Pecker, Prats, Solr Serrano, Luis del Olmo, entre otros, son el mejor ejemplo de aquellos tiempos. Nadie cuando les oia pensaba si eras rojos o azules. Su valia estaba por encima del sectarismo. O asi me lo parece.