En 1971, Charles Chaplin recibió una carta. En ella, un tal Jack Hill le reveló que conocía sus orígenes, que en realidad no había nacido en Londres, según la versión oficial, sino que había venido al mundo en una caravana de un campamento gitano cerca de Birmingham. El cómico guardó aquella misiva en un cajón bajo llave y hace apenas unos años la cadena pública británica BBC estrenó un documental radiofónico titulado El archivo de Chaplin en el que se desvelaba este secreto. Ahora, una de las nietas del artista, Carmen Chaplin, profundiza en un documental en aquella revelación que, sin embargo, conocían en la familia.
"Mi padre siempre nos dijo que mi abuelo se lo había contado", señala a Vozpópuli Carmen Chaplin, directora de Chaplin: espíritu gitano, una película documental que viaja a las raíces de este actor y humorista, hijo de cantantes, que consiguió convertirse en un icono de Hollywood a pesar de su origen humilde, y que siempre presumió de sus orígenes romaníes. Para ello, cuenta con entrevistas a los hijos del actor, entre ellos Geraldine Chaplin y el padre de la directora, Michael Chaplin, así como contribuciones de artistas contemporáneos como Emir Kusturica, Johnny Depp o Farruquito, al tiempo que saca a la luz diversas películas caseras y otros extractos de filmes conocidos.
Tal y como señala la nieta de Chaplin, él nunca habló con sus hijos de la existencia de esta carta, que se descubrió cuando él ya había fallecido, aunque nunca sabrán si habló de su existencia con Oona O'Neill, la última de sus cuatro esposas, con quien estuvo casado hasta su fallecimiento, el 25 de diciembre de 1977. "Si aquello era verdad, se trataba del secreto de su madre y él estaba muy cerca. No quería remover el pasado", afirma la directora de este documental.
Cuando Hannah Chaplin, como se llamaba su madre, le contó que tenían orígenes gitanos, Charles Chaplin tenía ya 36 años y era "muy famoso". "De pronto reconoció que entendía cosas de su niñez y de sí mismo. Solo se lo quiso decir una vez y nunca más quiso volver a hablar de ello. Debió de sentir que era algo realmente terrible para ella, un verdadero peso, porque en aquella época estas cuestiones se escondían", cuenta la nieta del celebérrimo actor.
La esencia gitana a la que hace referencia en este documental Kusturica responde, a juicio de Carmen Chaplin, de una idea romántica del concepto que se ve diferente cuando uno es artista, y que cambia cuando se vive "buscando un trabajo normal", donde cree que sí aparece el "estigma", aunque considera que las cosas han cambiado. En el caso de su abuelo, cree que conocer este origen le llevó a "dar una dignidad a su pobreza" y a su madre, que siempre buscó la manera de sobrevivir. "La idea de que mi bisabuela esté en el music hall es muy dickensiano. Cuando lo vives, cuando vives el mundo de Charles Dickens, es muy diferente, cuando tu vida diaria es una supervivencia y una lucha para sobrevivir y encajar", explica sobre la dura vida de su bisabuela y cómo caló en la personalidad de Charles Chaplin.
"Aunque sus hijos crecieron ricos y con comodidades, tuvo una desconexión tremenda porque él había salido de la pobreza más abyecta"
De hecho, en otro momento de este documental se cuenta que en Navidad, el mayor regalo que recibía de niño era una naranja. "Creo que cuando creces en este tipo de pobreza pierdes la dignidad. Cuando fue al horfanato le afeitaban la cabeza y allí todos vestían iguales. Pierdes tu dignidad y tu personalidad, y encima le apartaron de su madre, algo que te marca para el resto de tu vida. Entonces, ves la vida a través de ese objetivo. Da igual, por muy alto que hayas llegado, seguirás viendo la vida así, aunque sus hijos crecieron ricos y con comodidades, tuvo una desconexión tremenda porque él había salido de la pobreza más abyecta. Tú lees una novela de Dickens pero no la vives", recalca la directora.
Del lado del desfavorecido
En un momento de este documental, una de las hijas de Charles Chaplin, Geraldine Chaplin, afirma que cuando uno se coloca "del lado del desfavorecido" recibe "etiquetas", algo que describe, en palabras de Carmen Chaplin, lo que le ocurrió a su abuelo, que siempre mostró en muchas de sus películas su sensibilidad y compromiso, lo que también le llevó a ser perseguido políticamente, tanto por su rechazo al ejército durante la Segunda Guerra Mundial como por llevar a cabo supuestas actividades "antiamericanas".
"Cuando estrenó El gran dictador le amenazaron de muerte, nadie quería ver la película. Él no quería reírse de nadie sino apaciguar la situación. Sabía que si iba contra su esencia perdería como hombre. Pero creo que cuando envejeces, a medida que maduras, te pones del lado de la mayoría. Lo alucinante en su caso era que, pasase lo que pasase, seguía con ese espíritu y esa esencia gitana era más importante para él que tener una vida normal", cuenta.