El primero en retomar la normalidad fue el Gran Palais, que abrió sus puertas este domingo luego de que se estabilizara el nivel de agua anegada tras las inundaciones más severas que ha sufrido París en las últimas décadas. Ahora le toca el turno al museo del Louvre, que ha anunciado en su Web que volverá a sus actividades estemiércoles. Está previsto que el museo D’Orsay haga lo mismo.
El viernes pasado, los responsables de la pinacoteca cerraron sus puertas para poner en marcha el Plan de Prevención de Inundación. Alrededor de 14.000 metros cuadrados de las áreas de depósito y reserva permanecían entonces bajo un alto riesgo de inundación. Las salas de exposición albergan solo 35.000 obras de las 422.000 totales que posee el museo. Según informan algunos medios franceses, cerca de 250.000 ubicadas en los depósitos corrían un grave peligro; la mayoría de ellas pertenecen a la colección de arte del Islam.
La semana pasada, el personal del Louvre aseguró que si la crecida del río Sena llegaba a alcanzara el nivel de 1910, una fecha de referencia en este tipo de emergencias, parte de los depósitos y salas de exposiciones quedaría inundadas. El máximo previsto para el nivel del agua es 7,5 metros de altura; la semana pasada alcanzó los 5,5 metros. No sólo se inundarían los sótanos, también el auditorio, así como las zonas de entrada y el equipamiento técnico. Los números resultan lo suficientemente contundentes para tomar medidas, ya que casi la mitad de las obras en depósito correría peligro. Cerca de 500 voluntarios trabajaron en esa primera fase.