La última cumbre de la OTAN, celebrada esta semana en Madrid, ha perfilado los nuevos riesgos para la Alianza Atlántica. Rusia ha vuelto a ser considerada la “principal amenaza” y China como un desafío a la seguridad, intereses y valores occidentales. El papel de España en la geopolítica internacional está en un muy segundo plano, e incluso en zonas susceptibles de interpretar un papel protagonista como en Latinoamérica actúa como un boxeador que pelea por debajo de su peso, como indican los autores de Fuego en el horizonte. España en la nueva geopolítica mundial. La obra, elaborada por varios de los responsables de 'Descifrando la guerra', medio especializado en política internacional, también apunta a la disparidad de intereses de la Unión Europea a la hora de marcar un camino común en la política exterior, y del final del orden mundial unipolar dirigido por Estados Unidos. Jorge González Márquez, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea del Atlántico y subdirector de ‘Descifrando la guerra’, atiende telefónicamente a Vozpópuli.
Pregunta. ¿Qué importancia ha tenido esta cumbre de la OTAN?
Respuesta. Es la primera cumbre del comienzo de la guerra de Ucrania, por lo tanto implica un momento de reajuste de la Alianza que claramente altera el orden internacional tal y como lo concebimos hasta el momento. También es un momento importante en el sentido de que se han revisado algunos de los cambios que se habían planteado al principio de la década pasada que se iban a ir realizando dentro de la Alianza. Y además es un momento en el que se ha invitado a Suecia y Finlandia.
P. Dicen en su libro que los europeos nos hemos acostumbrado a vivir en paz, con Suecia y Finlandia a punto de entrar en la Alianza, ¿se aplica el dicho de cuando las barbas de tu vecino veas arder…?
R. Sí, totalmente.
P. Algunas portadas de estos días resumen la cumbre como que la OTAN se pertrecha para una época de choque entre potencias, ¿hay riesgo de una Tercera Guerra Mundial?
R. Pienso que ninguna de las potencias está interesada en entrar en un conflicto entre ellas directamente. A partir de cierto momento, las potencias dejan de estar interesadas de un conflicto entre ellas porque cuando luchas contra tu equivalente es más probable que pierdas. Pero evidentemente, el hecho de que Rusia se haya lanzado a la invasión de Ucrania, supone un cambio de paradigma que veníamos viendo hasta la fecha, rompe más el orden internacional, siendo el último paso de la ruptura del orden internacional que venía dándose durante la última década a nivel global y provoca, que aunque no es probable, el riesgo entre potencias siempre exista. Muchas veces se habla de los riesgos de una escalada involuntaria, que un incidente fuera de los planes de las grandes capitales puede acabar escalando en un conflicto mayor.
P. Hablan en su obra de decadencia en el mundo de la influencia europea. ¿Tiene la Unión Europea un plan claro en el mapa geopolítico internacional?
R. En los últimos años ha habido mucho debate interno para tratar de hacer una estrategia común de defensa. Siempre ha habido mucha división entre los que estaban más dispuestos a gastar en defensa y los que no lo estaban tanto, los que estaban preocupados por la posible amenaza de Rusia, los que están más preocupados por el flanco sur, o los griegos con Turquía… Y también había diferencias entre los que pensaban que debería ser Europa la que llevara la batuta de este planteamiento a través de la OTAN, y este grupo desde la invasión rusa en Ucrania, ha terminado de consolidarse plenamente y ha barrido con las demás opiniones, al menos durante una temporada.
P. Entonces, ¿tenemos que esperar que a corto plazo la UE mantendrá este seguidismo con Estados Unidos?
R. Desde luego, no esperaría nada diferente.
P. Poniendo el foco en el Mediterráneo, ¿cómo debemos entender el cambio de postura del Gobierno de Sánchez respecto a la dominación de Marruecos del Sáhara Occidental?
R. Es un cambio de postura relevante, es un proceso que supone una ruptura con el tratamiento que le han dado los distintos gobiernos españoles a la cuestión del Sáhara durante las últimas décadas. Supone un intento de acercar aún más las posturas a Marruecos, y las motivaciones detrás de este movimiento pueden ser debatibles. Las consecuencias de este cambio de postura serán de largo recorrido y también afectan a cómo se ve la situación de España en Marruecos, sobre todo en el continente africano donde siempre la cuestión del Sáhara Occidental ha sido sensible.
P. Dedican un capítulo del libro al Sahel, principal fuente migratoria de los últimos años, y lugar de procedencia de los fallecidos en la última tragedia en la valla de Melilla, ¿Qué más puede hacer España en esa zona?
R. El Sahel es una de las zonas más inestables del planeta en términos generales, el año pasado hubo cuatro golpes de Estado en la región, para demostrar hasta qué punto llega la inestabilidad política en la zona. Hay multitud de conflictos a nivel, étnico, religioso, con grupos armados yihadistas… En general, es una región que no facilita las soluciones sencillas, y desde luego España con su aproximación a la misma siempre va a hacerlo con otros socios europeos que están más implicados como Francia que ha llevado la batuta de los planteamientos europeos en la región.
La intervención de la OTAN en 2011 en Libia supone, desde la perspectiva rusa, la ruptura de la confianza entre Rusia y Occidente
P. También se centran en la crisis de Libia, ¿por qué es tan importante?
R. Ha sido importante por tres razones. La primera es que la intervención de la OTAN en 2011 supone la ruptura, siempre lo han dicho así desde Moscú, de la confianza entre Rusia y Occidente, puesto que desde la perspectiva rusa, se abusa de una resolución de Naciones Unidas para llevar a cabo una intervención contra Gadafi, en vez de simplemente una defensa de los civiles. La segunda razón es por el hecho de que nos encontramos con que después de la primera guerra civil Libia de 2011, se produce una expansión de todas las armas por todo el norte de África, que habían caído en manos de grupos rebeldes, y esto llega a la revuelta Tuareg de Mali de 2012 que lleva a la expulsión del gobierno de Mali de todo el norte de la región y que provoca la la intervención de Francia. El caos de Libia se propagó por todo el norte de África e incrementó toda una serie de conflictos latentes que continúan hasta la actualidad. Y por último, porque la segunda guerra civil Libia (2014), ha sido el escenario donde se ha desarrollado la competición de varias potencias medias y regionales, destaco aquí el papel de Turquía, que han utilizado el territorio libio para tratar de defender sus intereses y expandir su influencia en la región.
P. ¿Cómo ve el futuro de las relaciones de España con China?
R. Iremos viendo con los años, según el incremento del antagonismo entre Occidente y China vaya creciendo, que todo parece indicar que va a ser así, cómo se produce un progresivo deterioro de la relación. Pero al mismo tiempo tendremos la excepción como dijo el primer ministro belga en la cumbre de que no se puede tratar a China como se trata a Rusia. Porque en el momento en el que haya un deterioro de las relaciones con China va a afectar mucho más a la economía europea, y que por lo tanto hay que ser más precavidos a la hora de cómo evolucionan nuestras relaciones con el gigante asiático.
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Ganuza
Yo siempre había pensado que era que cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar....es que como las veas arder mejor coge un extintor...