Hace ya cuatro largas décadas, poco después del inicio de los locos años 80, el grupo Siniestro Total, posiblemente el más irreverente y ‘zumbao’ de aquella época, dedicó una canción a la reina de la movida madrileña, Alaska, que hoy vuelve a estar más de moda que nunca tras resurgir con mucha fuerza los antiguos piques entre ambas partes. Aquel tema sarcástico y machacón reflejaba a la perfección el estilo ‘destroyer’ de la banda gallega a base de estrofas tan ‘poéticas’ como “Yo quiero ser Alaska, salir siempre en el ¡Hola!, tocar en el RockOla y quedarme con la basca. Yo quiero ser Alaska, ser una pegamoide, follarme a un androide y quedarme con vuestra pasta. Alaska, Alaska, aunque salgas en el ¡Hola! no me tocarás la cola ni te llevarás mi pasta”.
Todo indica que esta canción no sentó especialmente bien a la afamada pegamoide, que muchos años después quiso vengarse de los fundadores de Siniestro Total a través de un libro que en 2001 publicó su pareja, Mario Vaquerizo. En dicha publicación, la exintegrante de Kaka de Luxe se despachaba a gusto tildando a sus ‘colegas’ de Vigo de ser “unos paletos de pueblo, catetos y heterosexuales en el peor sentido de la palabra", por lo que afirmaba no extrañarle nada que a “Siniestro Total les pareciera mal la revista Hola”.
Las palabras un tanto chirriantes que la cantante dedicó a los punkies gallegos permanecieron hibernando en un tenso y largo letargo hasta que, pasados otros 22 años, en 2023, volvieron a cobrar plena actualidad tras la publicación de un incendiario ‘tuit’ en el que uno de los fundadores de Siniestro, Miguel Costas, respondía con efecto retardado a su vieja rival. En ese mensaje, cargado de retranca, Costas reconocía ser un “pueblerino total” y contaba cómo transcurría su vida de ‘cateto’ lejos de las grandes urbes. “Vivo en la Galicia rural rodeado de vacas y de mis 379 canciones compuestas, y a mucha honra. Viva mi pueblo”.
Días después publicaba otro texto en el que señalaba que “después de todo el follón que se ha montado, me estáis preguntando mucho por el nombre de mi pueblo. Es O Saviñao, al sur de Lugo. Somos paletos de pueblo con buen vino, buen pulpo y una carrera de burros en verano. Y todo ello a los pies del río Miño. Viva A Ribeira Sacra”.
La chica de ayer, en los viajes del Imserso
Muy pronto, las redes sociales se incendiaron con mensajes a favor o en contra de las partes enfrentadas y el debate sirvió para que infinidad de talluditos que vivieron en primera persona la movida de los 80 volviesen a sumergirse de lleno, muchos con nostalgia, en los recuerdos de aquellos años tan locos y creativos a nivel artístico. Ahora, con la chica de ayer en edad de sacar la tarjeta dorada de Renfe y de participar en los viajes del Imserso, buena parte de los grupos que protagonizaron la llamada edad de oro del pop y el rock español se han ido con la música a otra parte, pero tanto Alaska como Miguel Costas, al frente de otras formaciones, siguen en el ‘candelabro’. De hecho, el exSiniestro ofrecerá este viernes, día 12, un concierto en la sala Shoko de Madrid y ha aprovechado esa circunstancia para resucitar de nuevo la vieja guerra de improperios a través de un vídeo en el que, desde su querida “terra galega”, donde el cielo es siempre gris, el guitarrista, cantante y compositor vigués lanza un contundente guante a la interprete de ‘Mi novio es un zombie’ . "A ver si Alaska se anima a venir a cantar una canción con nosotros, porque estará lleno de paletos", comenta el rockero en la grabación. Con mucha ironía y coña marinera, aunque el vídeo está grabado en una ‘leira’ con vacas al fondo, Costas insiste en su invitación y destaca que “los paletos siempre lo pasamos bien”.
¿Se tomará la pegamoide esta invitación con humor y acudirá a la cita en la Shoko? ¿Acabarán cantando juntos ‘Perlas ensangrentadas’ o ‘Ayatollah, no me toques la pirola’? ¿Sellarán la paz en el escenario con Mario Vaquerizo echando confeti sobre la cabeza de cientos de paletos, punkies, ‘ochenteros’ desfasados y otras yerbas? Las apuestas indican con claridad que eso no ocurrirá, pero sería fantástico ver a ambos compartiendo micrófonos y guitarras tras cuarenta años de guerra, siempre que un tipo tan mordaz como el exSiniestro lograse soportar una escena tan ‘moñas’.
Pase lo que pase, lo innegable es que tanto Alaska como Costas pueden presumir de haber tenido un protagonismo muy especial tanto en la ‘movida’ de los 80´s como en el panorama musical español de las siguientes décadas a través de bandas cuyas canciones siguen animando infinidad de fiestas, veladas de amigos y saraos de todo tipo. Y aunque es cierto que Madrid fue el epicentro de aquella eclosión musical, también lo es que Galicia, y muy especialmente Vigo, logró destacar mucho en aquellos años rompedores gracias al surgimiento de grupos tan gamberros, cachondos y políticamente incorrectos como el tantas veces citado en esta crónica, cuya feliz fundación tuvo lugar en 1981 sobre las cenizas de la surrealista banda Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano, sin olvidar la extraordinaria calidad de Golpes Bajos (¿quién no ha tarareado alguna vez ‘Malos tiempos para la lírica’?) o las letras flipantes de Aerolíneas Federales.
Todo aquello pasó hace mucho, mucho tiempo. Pero al menos, como cantaba Aute, queda la música.