Pues aunque suene raro, así fue. Pero la dejamos perder. Verán, en los lejanos tiempos del “tanto monta monta tanto” de los Reyes Católicos, aparece un día un visionario que dice que puede ir hasta Las Indias, etc., etc., etc. Y el caso es que lo hace, aunque Las Indias resultaron ser el Nuevo Mundo. A su vuelta, y eso no se suele decir, visita al rey de Portugal, que era mayor potencia naval que Castilla, y éste reclama las nuevas tierras descubiertas. Y lo reclama como rey que era de aquella época, es decir, por unción divina, al representante de Dios en la tierra, esto es, al papa. Pero sus Católicas Majestades que habían corrido con el gasto, aprovechan la tesitura de que el Papa era español, valenciano por más señas, un tal Rodrigo Borja (italianizado Borgia, que es como es conocido), mas conocido en la Historia como Alejandro VI.