El sector de la animación española prevé aumentar su volumen de negocio en los próximos cinco años a una media del 19 % anual, y alcanzar una facturación de 879 millones de euros en 2017, frente a los 306 millones de euros facturados en 2011. Esta previsión de aumento del volumen de negocio se marca en el Libro Blanco de la Animación, una "radiografía" del sector en España presentada en la Cineteca del Matadero madrileño y que servirá de guía de referencia de este apartado de la industria audiovisual española caracterizado por su dinamismo frente a la crisis actual.
Para Carlos Biern, presidente de Diboos, la Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación, promotora de la realización del Libro Blanco de la Animación, estos datos ayudarán a paliar el "total desconocimiento" que existe sobre el mundo de la animación en España, "con un gran potencial" económico nacional e internacional. Para demostrarlo, el Libro Blanco asegura que la Tasa de Crecimiento Anual Compuesto (TCAC) del sector entre 2011 y 2017 estará cercana al 19 %, recuerda que existen más de 200 productoras y distribuidoras de animación en el país, y estima que en los próximos seis años habrá en España 950 proyectos vinculados con el desarrollo de contenidos que incluyan técnicas de animación.
Según los datos presentados, en 2011 el sector de la animación generó, directa e indirectamente, 729 millones de euros en la economía española y ocupó a 8.600 trabajadores, con un impacto en el PIB cercano al 0,04 por ciento. Conrado Castillo, director general de Rooter, empresa especializada en nuevas tecnologías y contenidos digitales, aseguró que en 2017 el sector de la animación podría generar un impacto total en la economía española de 1.581 millones de euros y ocupar a más de 21.000 trabajadores, acercándose al 0,08 por ciento del PIB.
La animación, que genera el 14 por ciento de los empleos del sector audiovisual en España, tiene un papel fundamental en el mercado internacional, tal y como recordó Biern, quien señaló que el 62 por ciento de las empresas de animación exportan, generando el 38 por ciento de sus ingresos a partir de la distribución internacional de sus contenidos, vendidos en más de 170 países. Uno de los principales retos de la animación radica en la escasez de capital humano formado, así como en la "fuga de talentos", problema que, coincidieron todos los intervinientes, es preciso atajar cuanto antes.
La declaración de la animación como sector estratégico para la economía española; el desarrollo de un sistema de incentivos fiscales; ayudas para proyectos incipientes; ayudas al fomento de producciones orientadas a la exportación; apoyo a la financiación I+D+I y el fomento de la formación son algunas de las recomendaciones de la animación española al sector público. Entre sus recomendaciones al sector privado destacan su concepción como oportunidad de negocio y de potenciación de la marca España fuera de nuestras fronteras, y se recuerda el éxito internacional de producciones españolas de animación como Pocoyó, Jelly Jam o Tadeo Jones.
"El sector mola y hay que meterse en él", aseguró el director de Rooter a los jóvenes presentes en el acto, a quienes se dirigió para señalar que "se gana dinero con un trabajo muy creativo" y que se trata de un sector "no sólo de futuro, sino también de presente". La directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu, destacó la ausencia de datos del sector desde 2003, por lo que consideró el Libro Blanco de "gran valor", y aseguró que se tendrá en cuenta "su potencial" al formular las ayudas al sector y el acceso a créditos ICO.
Pedro Pérez, presidente de FAPAE (Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales), aseguró que los sectores de la administración y la animación "se necesitan mutuamente", y recalcó que la animación nacional está entrando en países donde la producción de española "no está bien vista". Por su parte, el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Víctor Calvo Sotelo, destacó la "utilidad" del Libro Blanco para la toma de decisiones sobre el sector, tanto desde la parte pública como privada, y aseguró que todos los implicados están obligados a entenderse para aumentar el potencial de la animación española.