La suya es una de las trayectorias cinematográficas más interesantes del panorama europeo. Jacques Audiard se ha tomado en serio la tarea de sorprender y no acomodarse en ningún terreno, con alguna excepción cuando se trata de las segundas oportunidades a las que acceden sus personajes. En la pasada edición del Festival de Cannes, donde ya se coronó en 2015 con Deephan, ganadora de la Palma de Oro, sorprendió con un musical, inédito en su carrera, y una historia también novedosa en su producción: la de un narcotraficante poderoso y muy temido que busca desesperado la manera de convertirse en mujer.
"Hay algo en este proyecto de impuro, que se va para todos lados. Hacer el ridículo es un riesgo que asumo", comentó el cineasta en un encuentro reducido con varios medios, entre ellos Vozpópuli, que tuvo lugar en el marco del Festival de San Sebastián, donde presentó esta película, una adaptación de la novela de Boris Razon Écoute, en cuyo ADN se encuentra la esencia de la ópera. "Es caricaturesca, es impura, es simplista y, si eres consciente de ello, como yo, la cuestión es hasta dónde vas en la simplificación, en lo grotesco, en lo kitsch", reflexiona el director sobre una película que, hasta el momento, ha encontrado unanimidad en la crítica desde su puesta de largo en la croisette, donde compitió por la Palma de Oro que finalmente ganó Anora, de Sean Baker.
La historia se desarrolla en México, donde una abogada, Rita, a quien interpreta Zoe Saldana, recibe el encargo de un mafioso, "Manitas", jefe de un cartel, a desaparecer sin dejar rastro y empezar una nueva vida con otra identidad: la de una mujer, Emilia, que, además, pretende enmendar los errores y la sangre derramada en su pasado. Atrás deja no solo su pasado, sino también a una esposa (Selena Gomez) e hijos a quienes luego tratará de recuperar.
Mientras que "Manitas" es un narcotraficante que asesina gente, Emilia es una mujer que pone a disposición de quien lo necesite medios para encontrar a personas desaparecidas. Por tanto, había una pregunta obligada. ¿Cree en el poder de las mujeres? "Lo que creo no es muy interesante, pero sí que es algo que está cambiando desde hace 15 o 20 años, hay un hecho social real. No sé si hemos alcanzado la paridad, pero están cambiando las cosas y creo que el proceso no ha terminado. El personaje de Emilia quiere reparar el mal que ha hecho, mejorar el mundo, pero al final el mundo la alcanza", afirma.
Karla Sofía Gascón
En este viaje hacia una nueva identidad y nuevas oportunidades vitales, la estrella absoluta es Karla Sofía Gascón, una actriz trans española que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en México y que en las últimas semanas ha acaparado las miradas, y a quien muchos sitúan como posible estrella en las próximas nominaciones de los grandes premios de cine. Ella ha sido, en palabras de Audiard, quien le ha abierto la ventana a un mundo que él desconocía.
"No conozco muy bien la cultura del género y en esto mi profesora fue ella. Primero, porque es una gran actriz y su historia es lo que hace que interprete de esa forma. Yo no sé lo que es vivir 25 años en un cuerpo que rechazo y ella sí ha pasado por eso, y ahí está la fibra de su interpretación. La emoción que transmite viene de eso. Os podría decir que he vivido eso con otras actrices, pero no ha sido así. Hay una mezcla de potencia y de dulzura, es increíble. Ahí está su originalidad y la emoción que transmite", cuenta el cineasta francés.
"Yo no sé lo que es vivir 25 años en un cuerpo que rechazo y ella sí ha pasado por eso, y ahí está la fibra de su interpretación"
Karla Sofía ha contado en multitud de ocasiones que siempre quiso interpretar tanto a Emilia como a "Manitas", lo que se ha convertido, de manera voluntaria o no, en una manifestación política de lo trans. Señala Audiard que él, sin embargo, no quería al principio que ella interpretara a "Manitas" porque tenía cargo de conciencia por una experiencia durante el rodaje de Sisters Brothers. "Puse bigote a una actriz, para lograr parecido con la dueña de un burdel de 1850, y cuando se lo quitó por la noche tuvieron que ingresarla por un edema facial. Tuve cargo de conciencia, no quería que pasara lo mismo. Y Karla quiso interpretar este papel porque es un personaje de composición para ella. Siempre he querido encontrar una actriz trans, no habría funcionado ni con una mujer ni con un hombre", agrega.
Existe en algunas de las películas de Audiard un modelo que se repite entre muchos de sus protagonistas, que huyen del pasado y que buscan enmendar su historia y lograr la redención. Este patrón recurrente, tal y como recuerda el propio Audiard, se repite en De latir mi corazón se ha parado (2005), Lee mis labios (2002) o Un profeta (2009), películas en las que los personajes comprueban "a cuántas vidas tienen derecho, cuánto cuesta la primera vida y cuánto la segunda, y cuál es el precio a pagar". "Emilia quiere huir de ese cuerpo y para conseguir esta segunda vida tiene que dejar a sus hijos, ese es el mundo a pagar", cuenta.