Cultura

Lorenzo Silva : "La literatura sirve para combatir la desmemoria interesada"

El escritor madrileño presenta un nuevo libro de la saga dedicada a los investigadores de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro. Se trata de 'El mal de Corcira' (Destino)

Lorenzo Silva tiene una deuda con sus lectores y ha llegado el momento de honrarla. Desde que se publicó El lejano país de los estanques, primer libro de la saga dedicada a la pareja de investigadores de la Guardia Civil, el escritor ha dejado oculto el pasado del subteniente Rubén Bevilacqua. Ahora, Silva corrige esa ausencia y lo hace en El mal de Corcira (Destino), la décima novela de la serie y en cuyas páginas describe el paso de su personaje por el País Vasco a finales de 1989.

Lorenzo Silva comenzó a publicar en los años noventa. Entonces, la novela negra no gozaba del prestigio ni la popularidad que hoy tiene en España. Fue en esas circunstancias como Lorenzo Silva trajo a la vida al subteniente Rubén Bevilacqua y a la sargento Chamorro, ambos de la Guardia Civil. En aquella primera novela publicada en 1998,  El País de los estanques, Lorenzo Silva abocetó la vida de Bevilacqua en el Norte de España, un capítulo en su biografía que ahora retoma en El mal de Corcira para describir la participación del subteniente en la lucha contra ETA.

El mal de Corcira, la más reciente entrega de la saga, retoma a estos investigadores que le han permitido a Lorenzo Silva contar más de dos décadas de la España contemporánea. Sobre esta historia ha hablado el escritor en una rueda de prensa virtual ofrecida el martes 16 de junio, la fecha de publicación del libro en España, y en la que ha hablado también de algunos temas de actualidad, entre ellos el cese de Diego Pérez de los Cobos, responsable de la comandancia de Madrid de la Guardia Civil.  

La lucha contra ETA

En esta décima novela de la serie, Lorenzo Silva profundiza en el subteniente Bevilacqua y muestra dos facetas del mismo personaje: el hombre maduro y con experiencia como investigador y brigada en el cuerpo armado, al mismo tiempo que revela al Bevilacqua novato, el mismo que veinte años atrás se presentó como voluntario en el País Vasco, donde aprendió a convivir con la sensación permanente de peligro y hostilidad.

El mal de Corcira narra la investigación de una muerte. La víctima es un exmiembro de ETA, que aparece asesinado en una solitaria playa de Formentera. Para despejar las incógnitas, Bevilacqua se ve obligado así a profundizar en los entresijos de la banda y  tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa, el lugar de residencia del difunto, a una zona que conoce bien por su implicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista, cuando se ofreció como voluntario para servir en El País Vasco.

Cuando apareció la saga dedicada a la Guardia Civil, la banda terrorista estaba en activo, una razón que hizo desistir a Lorenzo Silva de abordar el tema de manera frontal. “En aquel momento era abogado y me topé con guardias civiles que estaban buscando lo que era el Comando Madrid de ETA (…) ¿Por qué he tardado tanto en contarlo? ETA es la gran historia policial de la España contemporánea y para acercarse a ella hay que estar a la altura del conocimiento, que no es nada fácil de adquirir (…) Pero convertir la información que llegaba a mis manos en una novela habría sido imprudente. Decidí no tener prisa”.

Tras la disolución de la banda terrorista en 2018, decidió volcarse en el trabajo para dotar la novela de estructura. "Esta novela es la más larga y la más compleja de la serie, porque en realidad reúne dos novelas: la investigación que avanza en el tiempo contemporáneo y los flahs backs de la experiencia de Bevilacqua en el País Vasco. Un personaje literario no es nada sin los lectores y Bevilacqua existe porque cientos de miles de personas lo han hecho existir. Tenía la deuda de mostrarles ese Bevilacqua joven”.

La Guardia Civil

Lorenzo Silva es guardia civil honorario, una distinción con la que se premió “su contribución a la imagen del cuerpo”. La serie de novelas protagonizadas por el brigada Rubén Bevilacqua y la sargento Virginia Chamorro retratan y describen una institución que en estos días ha cobrado mayor relevancia a raíz del cese de Diego Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia Madrid de la Benemérita

“La lucha antiterrorista ha sido la escuela de la investigación criminal en la España contemporánea. ETA era una organización muy sofisticada y tenía un tejido social formada por cientos de miles de personas, que le proporcionaban una implantación difícil de combatir”, explicó el escritor, quien atribuye a la Guardia Civil un peso importante en la desactivación de la banda terrorista.

Al ser preguntado por la relevancia de la Guardia Civil con la reciente destitución de Diego Pérez de los Cobos, director de la comandancia madrileña de la Guardia Civil, Lorenzo Silva aclara que el asunto debe ser visto en perspectiva.  “Aquí se ha montado una tormenta apocalíptica por unas diligencias que después de tramitarse han acabado en un archivo. Si alguien hubiese sido más paciente, todo esto que ha sucedido nos lo podíamos evitar”.

Y sobre el tema del informe encargado por la jueza que investigaba el papel del delegado de Gobierno durante la marcha del 8-M, aseguró: “Yo me leí el informe de pe a pa. Tiene algunos errores que indican falta de control de calidad y que si uno tiene mala intención puede atribuir sesgo. No todo es una chapuza, porque la policía judicial responde e intenta responder a las preguntas de la jueza. A ese informe le sobra literatura y le falta calidad. ¿Eso es razón para fulminar al jefe de la comandancia, numero uno de su promoción y una hoja de servicio impecable?”

“¿Tiene lógica que esto acabe así? Se puede prescindir de un cargo de confianza, pero hay maneras de hacerlo, no hay por qué hacerlo un domingo por la noche a una persona que lleva tres décadas de servicio al estado”, se pregunta.

Madrileño nacido en la maternidad del hospital militar Gómez Ulla, Lorenzo Silva es abogado además novelista. Él mismo lo ha contado: comenzó antes su vocación literaria, cuando tenía 14 años, que por la abogacía. Con El alquimista impaciente obtuvo en 2000 el Premio Nadal y con La marca del meridiano el Premio Planeta 2012. 

Un detalle de la portada de 'El mal de Corcira', de Lorenzo Silva, publicada por Destino.

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