No es una cita cualquiera. Este 2018 se cumplen los 40 años de la primera marcha del orgullo LGTB de Madrid que reunió en 1978 a 7.000 personas. El aniversario invita no sólo a la fiesta, sino al debate y el pensamiento sobre la trascendencia de la diversidad. por ese motivo, un conjunto de instituciones culturales se ha volcado en actividades, recorridos y proyecciones.
Los días 4, 5 y 6 de julio el Museo Reina Sofía ha organizado tres recorridos LGTBIQ+ por la Colección. Esta serie de visitas lleva por guiadas lleva por nombre“Hablo por mi diferencia”. Algunos de los artistas que componen este recorrido -enfocado en una lectura en clave de la disidencia sexual- son Colita, Pedro Lemebel, Joaquín de Molina, Nazario, Ocaña, Manuel Quejido, Sergio Zevallos o Iván Zulueta, entre otros. El itinerario abarca un recorrido por la España de la segunda mitad de la década de los setenta que desafiaba las convenciones morales del franquismo.
Estas salas de la Colección centran su atención en la gestación de la contracultura y en la “Ley de peligrosidad y rehabilitación social” como detonante de la principal reivindicación política de esos años, convertida en símbolo de lucha por las libertades. Esta confrontación se visibilizó en manifestaciones muchas veces no exentas de polémicas por el espíritu transgresor de las acciones de protesta organizadas en las calles.
Bajo el nombre Otros orgullos, el Museo organiza el 4 de julio a las 19:00 h en la Sala de Protocolo del edificio Nouvel, un foro en el que reúne a representantes de colectivos que quieren diferenciarse críticamente de la convocatoria general, afirmándose ante los procesos de exclusión y normalización que, desde su punto de vista, domestican el desacuerdo con los patrones sexuales y de género dominantes. Entre los colectivos que participarán en este foro se encuentran el Orgullo Vallekano y el Orgullo Periférico así como Migrantes Transgresorxs.
Toda esta serie de actividades se enmarcan en el conjunto de iniciativas anteriores tales como el programa Prácticas Críticas. Somateca (2012-2014), las Jornadas Crip-Queer. Cuerpos abyectos entrelazando vidas (2014), la proyección del documental Yes we fuck! (2015) o la performance The Touching Community (2017), con las que el Museo Reina Sofía participa en la construcción colectiva de un entramado de pensamiento, investigación e imaginación radical en torno al cruce entre lenguajes artísticos, pensamiento crítico y activismos LGTBIQ+.
Temas, iconografía y personajes relacionados con la cultura, la sensibilidad y la experiencia del colectivo LGTBI han estado presentes en el arte, a veces de manera casi invisible. Por eso algunas instituciones como el museo Thyssen-Bornemisza han puesto en marcha iniciativas de este tipo. El Thyssen lo hizo el año pasado con Amor diverso, un recorrido a las obras de la colección, desde Bronzino a Hockney, para abordar conceptos como identidad y orientación sexual.