Es una simple atrocidad tratar de imponer a todo el mundo actitudes o decisiones basadas en dogmas o sentencias religiosas que son particulares y no universales

La peregrinación a Madrid para visitar a los ‘presos políticos’ empieza a ser (otro) requisito para acreditar la condición de persona de bien, ya sea en las modalidades de equidistante profesional, racista bonachón o tertuliano sentimental