Aquejado por la sordera y una creciente fotofobia que lo obliga recluirse en casa, Pedro Almodóvar habla de su cada vez mayor aislamiento y de las razones que lo mantienen alejado de las alfombras rojas. Lo ha hecho en una entrevista publicada este fin de semana en el diario británico The Guardian, en ocasión del doctorado honoris causa recientemente concedido por la Universidad de Oxford. Quien lee al Almodóvar de estas líneas parece asomarse a una tierra quemada. Julieta, su más reciente película, es un reflejo de este estado de ánimo. "En los últimos tres años, he sufrido dolor físico y una gran soledad". Si hubiera escrito el guion en una década diferente, dice, Julieta saldría, conocería gente en las calles de Madrid, estaría más viva. "Ella estaría involucrada en los problemas de otros. Ahora era muy fácil para mí para hablar de su tipo de soledad. Yo sé mucho acerca de la soledad ", asegura al periodista Jonathan Romney.
Es una conversación dura, áspera, sincera. Almodóvar se revela tremendamente cansado y no se guarda los reproches, los más duros contra quienes lo han sentado en el banquillo
En una conversación dura, áspera, sincera, Almodóvar se revela exhausto y no se guarda los reproches, los más duros contra quienes lo han sentado en el banquillo moral. Dice haberse sentido utilizado por los medios de comunicación en el caso de Los Papeles de Panamá, e incluso se confiesa incomprendido. Aislado. "De todos modos , no quiero quejarme ... Tengo una gran cantidad de migrañas, no oigo por un oñido, padezco fotofobi . Yo no voy a la entrega de premios, porque las luces de las cámaras de televisión me producen una migraña que puede durar toda la noche. Por eso la prensa en España dice que siento desprecio por la ceremonia de entrega de premios (…) A veces la soledad viene de algo específico, por casusas muy sencillas, como el hecho de que yo no fumo, no bebo, no tomo drogas, no escucho bien. Yo no quiero ser un lastre para otras personas, por lo que me quedo en casa. Es tan simple como eso."
Una nostalgia moderada por la movida de los 80, un cierto escepticismo con respecto a la España actual, una sensación de soledad. Son esos los ecos del Almodóvar que habla en esta entrevista. La mitad de las cosas que hizo en los años de Pepi, Lucy, Bom... no podría hacerlas hoy, asegura -conservadurismo moderno es peor que el de aquellos años -. Su cine refleja ese aislamiento, esa orfandad. "La realidad siempre se filtra en mis películas, incluso cuando trato de rechazarla. El clima de los últimos cuatro años en España ha sido de enorme infelicidad y aunque no he sufrido personalmente de la dureza de la situación económica, estoy rodeado de personas que tienen. No creo que Julieta sea una metáfora de la España de hoy, pero no es casualidad que mis películas de los 80s fuesen mucho más felices ".
"Yo no fumo, no bebo, no tomo drogas, no escucho bien. Yo no quiero ser un lastre para otras personas, por lo que me quedo en casa"
La entrevista va más allá. Se refiere al 2016 como un año duro para el amnchego: la muerte de Chus Lampreave, el escándalo de Los Papeles de Panamá: "Yo estaba en la parte frontal de cada uno de los periódicos y programas de televisión. La prensa me utilizó, de la manera más sensacionalista posible. Fue horrible, porque es muy difícil ser parte de una lista de personas que odias. Pero me sentí utilizado por los medios de comunicación. Estoy absolutamente en contra de los paraísos fiscales pero también estoy en contra de la comercialización de las noticias ".