El pasado fin de semana se estrenó la primera edición de KALORAMA Madrid, que se celebró de manera simultánea en Lisboa, con un total de 41.500 asistentes a lo largo de sus tres jornadas.
Tras dos años celebrándose en Lisboa, KALORAMA ha llegado a la capital para ofrecer un festival para los amantes de la música de alto nivel. Tres días de festival en los que se han ofrecido un total de 34 conciertos distribuidos en tres escenarios. Pese a se tuvieron que suspender algunos conciertos debido a la tormenta, la presencialidad en el festival es más que satisfactoria para ser su primera edición.
KALORAMA MADRID: después de la tormenta llega la música
La primera edición del festival internacional KALORAMA Madrid, celebrado al aire libre en el recinto de IFEMA Madrid ha alcanzado un 74% de asistencia con una media de edad entre los 25 y 44 años. Se podría decir que es uno de los pocos festivales actualmente en el que la media de edad es más elevada de lo habitual y por lo tanto el ambiente que se respira es diferente.
KALORAMA Madrid se ha visto afectada por tormentas veraniegas, obligando así a la organización a cancelar algunos conciertos durante la noche del viernes. A pesar de los inconvenientes meteorológicos el balance general que se hace del festival es muy positivo.
Y es que en España no nos para nada. Pese a la lluvia, siempre hay el que encuentra motivo de diversión ante cualquier adversidad. Se disipaba gente bailando bajo la lluvia, saltando dentro de los charcos, cantando la canción de "Mario Bross" mientras saltaban los montículos que se tuvieron que colocar para poder acceder al baño....Durante la jornada del viernes la música paró durante un rato, pero la fiesta no.
El protagonismo del jueves en el KALORAMA Madrid se lo llevó la actuación muy esperada de LCD Soundsystem, que llevaban 17 años tocar en la capital, junto con Ben Gibbard, que inicialmente se subió al escenario para tocar con su banda Death Cab for Cutie con la cual interpretó uno de sus discos más conocidos, "Transatlanticism", para, tras un cambio de vestuario, volver a salir con sus compañeros de The Postal Service.
La jornada del viernes comenzó con una tarde abierta y soleada en la que dieron comienzo las actuaciones nacionales Tristán!, Judeline y Colectivo da Silva. Lamentablemente, durante la actuación de Yves Tumor, comenzaron las tormentas veraniegas. Sin dar tiempo de reacción tanto a los asistentes, artistas y técnicos, la lluvia comenzó a aporrear a todos los presentes teniéndose que cancelar diversos conciertos, entre los que se encontraba la artista RAYE.
Tras la tormenta se hizo la música. Muchos asistentes al festival permanecieron en el recinto hasta que pasó la tormenta. Además de tres escenarios, el festival contaba con una carpa donde se pinchaba música en directo, la cual fue uno de los refugios para combatir las lluvias durante la jornada del viernes. Así mismo, se habilitó un pabellón en el que la gente pudo hacer tiempo hasta que se retomaron las actuaciones con The Prodigy para salvar la velada del viernes. La emoción de ver que reabrieran los escenarios y los artistas salieran a tocas fue más que evidente, cerrando la noche con un buen sabor de boca.
Desde luego el broche de oro fue la jornada del sábado, colmada de actuaciones de diversos estilos musicales y cielos despejados.
La actuación de Massive Attack, cargada de un mensaje reivindicativo, sobrecargó las pantallas durante toda la actuación. Las imágenes que se proyectaron estaban acompañadas de mensajes traducidos al español para que todo el público pudiera entender el contenido de la critica, sin pelos en la lengua, que estaban llevando a cabo. Las guerras en Gaza y Ucrania y el control a través de los medios de comunicación cobraron todo el protagonismo en su discurso.
Asimismo, el show iconoclasta de Sam Smith no dejó indiferente a nadie con su personalidad, carisma y voz única. También aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje hacia el amor libre y la libertad de ser quien tu quieras ser sin se judgado. A continuación, tocaron The Jungle, cambiando el tono a una atmosfera bailonga y divertida, impregnando todo el reciento de su estilo funk. No cabía ni un alfiler en el concierto, los asistentes del KALORAMA tenían ganas de pasárselo bien.
El colofón final vino con la DJ surcoreane Peggy Gou y su house-techno que repartió simpatía y descaro desde cabina.