Bienestar

Acné después de los 30: por qué se produce y cómo atajarlo

Aunque el acné es una enfermedad de la piel típica de la adolescencia, también puede desarrollarse en la edad adulta por muy diferentes motivos

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El acné no es solo cosa de la adolescencia y en muchas ocasiones se pueden producir brotes incluso pasados los 30 años y hasta llegados los 40. El acné es un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas. Esto provoca la aparición de puntos blancos, puntos negros o granos. Y sí, puede darse a cualquier edad. 

No es lo mismo un acné que aparece en la adolescencia, debido sobre todo al cambio hormonal, que otro a partir de los 25 años o entre los 35 y los 45 años. La prevalencia del acné adulto afectaría a un 54 por ciento de las mujeres, aunque en muchos casos en forma leve.

Sin duda, este problema no es únicamente estético y molesto, sino que puede provocar también problemas de salud mental, ya que algunas personas sienten vergüenza de su aspecto y esto afecta a sus relaciones personales e incluso laborales.

Hay varios tipos de acné en la edad adulta: el persistente, que comienza siendo adolescente y sigue según van pasando los años; una recaída en un acné previo o el inicio del acné pasados los 20 años sin antecedentes en la adolescencia (aquí influyen sobre todo factores como el estrés, el tabaco o los problemas hormonales). 

En las mujeres se suele presentar o bien con puntos negros (llamados también comedones), granos y un aumento en la grasa (seborrea), o bien en forma inflamatoria, con pústulas y granos con pus e incluso llegando a aparecer quistes. Además, en la edad adulta suele concentrarse en zonas alrededor del mentón, alrededor de la boca o en los ángulos de las mandíbulas, más que en la nariz o la frente.

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El acné pasados los 30 suele aparecen en mentón, boca y mandíbulas.Pixabay

¿Por qué tengo acné pasados los 30?

Esta es una pregunta muy frecuente, ya que incluso se puede dar en personas que no tuvieron este problema cuando eran adolescentes. En la mujer adulta y en la adolescente las causas son parecidas. Cuando aparece a partir de los 30 se puede deber a: 

  • La presencia de cepas de Propionibacterium en aquellos acnés que provocan inflamación de la glándula sebácea. O una alta presencia de la hormona dehidroepiandrosterona sulfato, que estimula la glándula sebácea.
  • Antecedentes familiares. Esta es la causa en más de un 60 por ciento de los problemas de acné en mujeres adultas. 
  • Acumulación de toxinas. Incluso por el sudor, se pueden acumular toxinas en nuestra piel y producir una irritación o granitos. Si haces deporte, intenta siempre llevar el pelo recogido para que el sudor y la grasa no rocen la piel del rostro. Además, lava la cara justo después de entrenar.
  • Estrés. Cuando pasamos por una época de mucho estrés, se produce un aumento en la producción de andrógenos y otras hormonas como el cortisol o la adrenalina, que pueden causar brotes esporádicos de acné. 
  • Deshidratación. Suena tópico decir que es bueno beber al menos un litro y medio de agua al día, pero es que la deshidratación también afecta, y mucho, a nuestra piel. Si la piel no está bien hidratada aparecen más arrugas y se da paso también a brotes  de acné.
  • Otros factores como una gran exposición solar, la obesidad, una alimentación poco saludable o inadecuada (no hay que abusar de lácteos o alimentos grasos), algunos cosméticos, falta de sueño y algunos medicamentos también pueden provocar problemas de acné. 
  • Según un estudio publicado en la Academia Española de Dermatología y Venereología, que incluía hombres y mujeres con edades entre 1-87 años, se encontró una mayor prevalencia de acné entre fumadores (40,8 por ciento que entre no fumadores (25,2 por ciento), por lo que más que un agravante, se suele considerar más un desencadenante de este problema dermatológico.
  • Una de las causas puede ser el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), aunque se da en una minoría de los casos. Suele producir también otros síntomas como los ciclos menstruales irregulares, aumento del vello corporal o aumento de peso, aumento de la glucosa o del colesterol en sangre. Lo mejor siempre es realizarse las revisiones periódicas con el ginecólogo para poder descartar este problema.
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Los brotes de acné pueden aparecer después de años.Pixabay

Cómo tratarlo

A la hora de aplicar un tratamiento u otro para atajar el acné, lo recomendable es ponerse en manos de un dermatólogo. Él identificará cuáles son las causas que lo están provocando y, por lo tanto, cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente. Hay tres tipologías de tratamiento: tópico (cremas o geles. Los más habituales son los que llevan retinoides o ácido retinoico en crema:); médico (con ingesta de algún medicamento o antibiótico oral), estético o cosmético, y a veces se combinan varios. Hay veces que el acné desaparece pero vuelve a aparecer meses o incluso años más tarde.

Cómo cuidar la piel

Es fundamental que se mantenga la piel limpia y bien hidratada, y si el dermatólogo lo considera, se aplicará un tratamiento para el acné. Pero en general, es recomendable usar un limpiador no jabonoso y con pH neutro, no frotar la piel cuando la limpies, aplicar hidratantes no comedogénicas (los tratamientos suelen producir mucha sequedad en la piel), protección solar oil free incluso en invierno (ten en cuenta que algunas cremas anti acné pueden provocar manchas si entran en contacto con el sol) y apostar también por maquillaje sin aceite, para pieles grasas y que no nos haga empeorar el problema.

Además de esto, la recomendación es no tocar nunca los granos porque se puede producir una irritación de la piel que extienda las bacterias a la zona afectada, siendo peor el remedio que la enfermedad. Por supuesto, llevar un estilo de vida saludable es otra buena recomendación. Si no haces ejercicio, empieza poco a poco a hacerlo, ya que eliminarás más toxinas y grasas, que evitará la aparición de los granos. 

Si tu acné está provocado por el estrés, el deporte ayudará a que duermas mejor y a que te sientas más enérgico cada mañana, algo que reducirá tus picos de ansiedad. Una alimentación rica en frutas, verduras y otros alimentos que te aporten fuentes altas de omega 3 (como el salmón y los frutos secos) son fundamentales no solo para tu organismo, sino también para la salud de tu piel.

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