La alergia estacional no suele ser grave pero puede causar muchas molestias a todos aquellos que las sufren durante épocas como la primavera. La prevalencia de las enfermedades alérgicas está aumentando y actualmente afectan a más de un 20 por ciento de la población y la Organización Mundial de la Salud las ha clasificado entre las seis patologías más frecuentes en el mundo.
Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las alergias al polen afectan a un total de ocho millones de personas en nuestro país, siete de los cuales son alérgicos a las gramíneas, seguidos por las alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria. En Madrid, el porcentaje de alérgicos al polen de plátano de sombra supera el 40 por ciento, según datos de esta sociedad.
Los síntomas de una alergia dependen del órgano que se vea afectado y de la sustancia que desencadena la reacción (alérgeno). En el caso de la alergia al polen, la manifestación más frecuente es la rinoconjuntivitis (45,4 por ciento), seguida del asma (24,9 por ciento) y la urticaria (24,6 por ciento). En España la prevalencia del asma se sitúa en torno al 7% siendo la enfermedad más frecuente después de la rinitis (15-25 por ciento).
La rinitis consiste en la inflamación de la mucosa nasal que produce congestión nasal, rinorrea, estornudos y/o picor. Además, puede estar acompañada de otros síntomas como lagrimeo o picor de garganta. Existen siempre muchas dudas sobre la alergia al polen, cómo tratarla y cuándo se debe acudir a un médico para resolver ciertos síntomas que pueden agravarse con problemas como el asma. Hablamos con expertos que nos ayudan a hacer más llevadera la alergia estacional.
¿Por qué se produce la alergia?
El sistema inmunitario tiene la misión de detectar y atacar a aquellas sustancias extrañas (antígenos) que entran en contacto con nuestro organismo. Para poder eliminar estas sustancias de forma eficaz, se desencadena una respuesta de tipo inflamatorio que termina con la eliminación del antígeno.
“Si la respuesta inmune no es ordenada y controlada, aparecen enfermedades como inmunodeficiencias (debidas a la respuesta insuficiente), enfermedades autoinmunes (la respuesta inmune va dirigida contra nuestro propio organismo), hipersensibilidad o alergias. Las alergias se deben a una reacción exagerada del sistema inmunitario frente a sustancias externas que realmente no suponen un riesgo para nuestra salud. Estas respuestas, se caracterizan por un desequilibrio en los niveles de las citocinas (proteínas producidas por los linfocitos T y que regulan la respuesta inmune)”, nos explican desde el equipo médico de Melio.es.
¿Por qué algunas personas tienen alergia y otras no? Aunque no hay una respuesta definitiva, parece que es resultado de la interacción de varios factores, entre los que se encuentra la exposición a los alérgenos que desencadenan la reacción. “También existe una predisposición genética que hace mucho más probable que una persona tenga alergia si ambos padres son alérgicos (23%), que si sólo uno los es (12%) o ninguno (5%). Tampoco se conoce por qué se puede desarrollar una alergia a lo largo de toda la vida, aunque uno haya estado previamente expuesto al alérgeno sin presentar ningún síntoma”, añaden los expertos.
¿Cómo y cuándo se usa un inhalador?
Los inhaladores son dispositivos que contienen medicamentos líquidos o en polvo que se inhalan a través de la boca para tratar enfermedades respiratorias, como el asma bronquial, infecciones de vías respiratorias altas e infecciones pulmonares y la EPOC. Los medicamentos administrados por esta vía actúan directamente en los pulmones para abrir las vías respiratorias y permitir una respiración más fácil, explican desde Adeslas.
Los fármacos inhalados son la forma más efectiva de administrar un medicamento directamente en la vía respiratoria y que genere menos efectos secundarios. Siempre es el médico el que debe recetar el uso de un inhalador y cuántas veces al día hay que usarlo.
Antes de usar un inhalador, es importante lavarse las manos para evitar las bacterias y la forma correcta de usarlo es: primero debe inhalar profundamente y luego presionar el inhalador para liberar el medicamento; luego se inhala lentamente y profundamente para que el medicamento llegue a los pulmones y se esperará unos 30 segundos antes de repetir esta operación. Por supuesto, siempre hay que consultar al médico ante cualquier duda.
¿Cómo sé si tengo una alergia?
Cuando hablamos de alergias respiratorias, casi automáticamente pensamos en la primavera, sin embargo, estas pueden aparecer en cualquier época del año. Los pacientes alérgicos también pueden estar sensibilizados a los pólenes de invierno u a otros neumoalérgenos como los hongos presentes en los días lluviosos o a los ácaros del polvo característicos de las zonas de costa o de los hogares donde se acumula mucho polvo. Existen diferentes tipos de test para estudiar las alergias:
● Pruebas cutáneas o 'prick test': se coloca el extracto del alérgeno sobre la piel y luego se hace una pequeña punción; se observa si aparecen habones y de qué tamaño son.
● Pruebas intradérmicas: el alérgeno se introduce en capas más internas de la piel (dermis) y se observa si aparecen habones.
● Análisis de la IgE específica: consiste en la determinación de las inmunoglobulinas específicas (IgE) frente a un alérgeno en una muestra de sangre. Esta técnica es más específica que las pruebas cutáneas y ofrece un diagnóstico más preciso. Las IgE son el tipo de anticuerpos que se encuentra elevado cuando el sistema inmunitario es sensible frente a un alérgeno. Sin embargo, una elevación de los niveles de IgE no significa que el paciente sea alérgico. Para poder hacer un diagnóstico es necesario que también presente síntomas, de lo contrario, se considera únicamente una sensibilización sin alergia.
¿Qué es la inmunoterapia alergénica?
La inmunoterapia alergénica consiste en utilizar vacunas para desensibilizar al paciente frente a un alérgeno. Esto es especialmente útil cuando es imposible evitar el contacto con el alérgeno (por ejemplo, si se encuentra en el aire o son venenos de insectos), si los síntomas son graves o si los medicamentos que se usan de forma habitual para evitar los síntomas son ineficaces. Gracias a este tipo de tratamientos, las reacciones alérgicas pueden evitarse o al menos reducir su intensidad. Sin embargo, la inmunoterapia alergénica no siempre es efectiva y hay personas que responden mejor al tratamiento que otras.
Efectos de los antihistamínicos
Los antihistamínicos son medicamentos que tratan los síntomas de las alergias bloqueando el efecto de la histamina. Algunos funcionan durante solo unas cuatro a seis horas, mientras que otros duran de 12 a 24 horas. Algunos se combinan con un descongestionante, un medicamento que seca las fosas nasales. Siempre se deben tomar bajo prescripción médica. Entre los efectos secundarios que pueden tener se encuentran:
- Puede afectar a la conducción o producir somnolencia.
- Cambios en la visión, como visión borrosa
- Disminución del apetito
- Mareos
- Somnolencia
- Sequedad en la boca
- Sentirse nervioso, emocionado o irritable