El atún es uno de los productos más utilizados en la dieta mediterránea. Sacar una latita de la despensa y ponerlo en el centro de la mesa es de lo más socorrido, por no hablar de la versatilidad del producto y todos sus usos posibles. Unas tostas a base de atún, verduras y especias, el clásico -y rico- sándwich con cebolla, tomate, lechuga y algo de atún o un wrap son elaboraciones sencillas, sanas y de lo más apetecibles. Pero ahora, y tras analizar más de 140 latas de atún del mercado europeo, saltan todas las alarmas tras detectar la presencia de una sustancia tóxica.
Más de la mitad de las latas de atún que se consumida en el mercado europeo -para ser exactos, el 57%- superan el máximo de mercurio establecido para el pescado (0,3 mg/kg). Estos datos salen a la luz en un informe realizado por las organizaciones internacional Bloom y Foodwatch, que denuncia que este límite sea superior al recomendado. "Más de una lata de cada dos supera la concentración máxima de mercurio más restrictiva definida", advierten. "Si dicha concentración máxima de mercurio más restrictiva se aplicase también al atún, la venta de más de una lata de cada dos estaría prohibida", señalan.
"Escándalo de salud pública"
Según señalan, este informe revela un "verdadero escándalo de salud pública" sobre la contaminación de los atunes por mercurio. Si bien esto concierne a todos los atunes pescados o casi, BLOOM quiere subrayar, que, "además de la contaminación por mercurio en el medio ambiente, la razón principal de este problema sanitario reside en la industrialización de dicha pesca y el sobreconsumo de atún que deriva".
El estudio también pone en el foco la pesca industrial, y la forma en que los poderes públicos y los 'lobby' del atún han apostado por estas prácticas para favorecer los intereses económicos en detrimento de "la salud de cientos de millones de consumidores y consumidoras de atún en Europa". Además, los profesionales advierten de la peligrosidad de haber encontrado estos niveles de mercurio en las conservas, ya que se concentra de dos a tres veces más debido a la pérdida del agua del producto.
Riesgos y medidas
"El mercurio es un potente neurotóxico que se fija en el cerebro y es muy difícil de eliminar. Todo el mundo lo sabe", explica Julie Guterman, investigadora de BLOOM y principal autora de la encuesta. Así, la Organización Mundial de la Salud -OMS- afirma que la ingesta o inhalación de esta sustancia conlleva diversos riesgos y peligros para la salud, como el desarrollo de trastornos neurológicos y del comportamiento. Además, hay efectos más palpables:
• Temblores.
• Insomnio.
• Pérdida de memoria.
• Efectos neuromusculares.
• Cefalea.
• Disfunciones cognitivas y motoras.
Las organizaciones internacional Bloom y Foodwatch proponen una serie de medidas para la mejora de la situación, empezando por el compromiso de los distribuidores a comercializar solamente atún que no supere la norma con respecto al mercurio la más protectora posible. Asimismo, la Comisión europea debe tomar medidas conservadoras para el atún alineándose con la concentración máxima más estricta que fijaron anteriormente para algunos pescados: 0,3 mg/kg
Finalmente, se anima a las autoridades nacionales de cada país miembro de la Unión Europea a informar a los ciudadanos sobre los riesgos del consumo de este tipo de productos, especialmente a los públicos más sensibles, como mujeres embarazadas y niños. El etiquetado de estos alimentos es clave para ello, incluyendo el aviso de peligros sanitario por la ingesta de mercurio.