No son pocos los estudios que la Universidad de Harvard publica a diario. Sin ningún régimen específico, dando cabida a todo tipo de temáticas e investigaciones factibles y alcanzan la línea de importantes editoriales y periódicos que presumen de estos ensayos en sus portadas. Pero si hay alguno que destaca por encima del resto es el Estudio sobre el Desarrollo de Adultos, que durante 84 años ha seguido e investigado las vidas de cientos de estadounidenses.
Este particular enfoque es el mismo que se encarga de estudiar cuáles son los componentes que miden la felicidad de las personas. Curiosamente no escasean y tienden a ser similares en todos los países, culturas y grados sociales. Por ejemplo, destacan una buena salud, una esperanza de vida saludable, la libertad de crear, la capacidad de tomar decisiones importantes en la vida de forma independiente o la confianza, no solo en amigos y vecinos, sino también en temas vinculados a la política y al resto de la sociedad.
Tampoco podemos olvidarnos del dinero, o más bien la seguridad económica. "Somos mucho menos felices cuando luchamos por la seguridad alimentaria y la vivienda, lo cual es obvio", apunta el informe. Lo que es menos obvio es que, por encima de cierto nivel de ingresos, la felicidad no aumento mucho. Así apunta otro estudio publicado en la revista PNAS en 2010 que fijó el umbral para los hogares estadounidenses en 75.000 dólares. Por lo tanto, el dinero tampoco es el arma definitivo, por mucho que luego diga la gente.
Con el objetivo de poner punto y final a este debate, la prestigiosa Universidad de Harvard ha dado noticia sobre los resultados más recientes de su estudio, dirigido por el Dr. Robert Waldinger. En ellos se explican, entre muchas otras ideas, la evidencia sobre cuál es el factor principal que provoca una mayor felicidad en las personas.
El hábito que fomenta la felicidad, según un estudio de la Universidad de Harvard
Waldinger, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard y psiquiatra en ejercicio, se convirtió en director del estudio en 2005; siendo el cuarto responsable de la investigación que dio su pistoletazo de salida en 1938. A lo largo de todos estos años se ha registrado el comportamiento y el patrón de la vida de muchas personas estadounidenses en tiempo real: salud, empleo, detalles sobre amigos y cónyuges, creencias religiosas, cómo votaron, cómo se sintieron ante el nacimiento de sus hijos, qué les preocupaba en mitad de la noche, alimentación, etc. La lista parece interminable.
Sin embargo, una de estas pautas es la que sobresale del resto: la felicidad viene determinada, principalmente, por las relaciones sociales. Waldinger reduce la definición de buena vida a esta frase propuesta en las páginas del informe: “Estar involucrado en actividades que me importan con personas que me importan”, apuntan desde los anales Harvard en base a los nuevos resultados.
Actualmente, se considera que la soledad es tan perjudicial para la salud como fumar; dando así lugar a una epidemia de soledad . "La mejor hipótesis para la cual existen buenos datos es la idea de que las relaciones nos ayudan a controlar el estrés", dice el director del Estudio de Harvard. “Sabemos que el estrés es parte de la vida. Creemos también que las personas que se sienten solas y socialmente aisladas permanecen en una especie de modo crónico de lucha o huida donde, en un nivel bajo, tienen niveles más altos de hormonas del estrés circulantes como el cortisol o niveles más altos de inflamación; y esas cosas gradualmente desgasta diferentes estados del cuerpo”, como ocurre con el bienestar.
De este modo, "si las personas mantienen una red de buenas relaciones con sus seres queridos, es más probable que capeen las tormentas y que sean felices", defiende el informe de Harvard.
Por su parte, el World Happiness Report 2023, publica desde hace más de una década los datos de encuestas globales para informar cómo las personas evalúan sus propias vidas en más de 150 naciones de todo el mundo; es decir, la felicidad de cada país. En esta edición, el recuento sitúa a España en 32ª posición, manteniendo su tendencia descendente en dicho ranking; hace un año ocupaba el puesto 29 y hace dos estaba en el 24. Dicho ranking lo encabeza Finlandia, seguido de Dinamarca e Islandia.
Cabe destacar, en último lugar, que la Universidad de Harvard es considerada como la mejor universidad del mundo según el Ranking de Universidades de Shanghái, una de las clasificaciones universitarias más conocidas mundialmente. Esta universidad fue fundada en 1636 y es la institución de enseñanza más antigua de Estados Unidos. Fue la casa de aprendizaje de 161 premios Nobel, 48 premios Pulitzer, 108 medallas olímpicas y 8 presidentes estadounidenses, entre otros muchos reconocimientos.