Todo el mundo desea tener una fuente ilimitada de energía para hacer frente así a los obstáculos del día a día y para conseguir la mayor productividad en nuestra rutina. Sin embargo, es sumamente imposible que no haya un momento en toda la jornada en el que el cerebro desconecte un segundo como mínimo. Básicamente, esto es lo que diferencia a los seres humanos de las máquinas: que estos primeros no son inagotables; y que por mucho que se quiera exprimir, hay veces en las que se requiere descanso y alejamiento.
Sobre todo para volver a encontrar después el punto más álgido de la productividad y continuar fomentando así el nivel más alto de funcionamiento dentro de las posibilidades existentes. Así funciona el ser humano y así hay que estudiarlo y entenderlo. Por otro lado, a esta rutina diaria también se le añaden ciertos complementos que interfieren de forma directa o indirecta al correcto desempeño del organismo. Un ejemplo es contar con una alimentación saludable y equilibrada, fundamental para la salud en general pero también para encontrar los niveles más óptimos de productividad en el trabajo.
Por ejemplo, según un estudio publicado por la Oficina Internacional del Trabajo, una nutrición inadecuada propicia como consecuencias graves pérdidas de productividad de hasta un 20%. Además, tanto las emociones como los sentimientos afectan también al correcto funcionamiento de nuestro organismo, entre otros muchos motivos.
Saber encontrar ese equilibrio y ese estado de bienestar particular es clave ya no solo para la salud de cada uno, sino también para poder, por ejemplo, rendir al máximo nivel en el trabajo o encontrar un estilo de vida mucho más agradable. Por todo ello, plataformas como Slack, filial de Salesforce, y la firma de investigación Qualtrics han arrojado más luz sobre los desafíos que enfrentan los trabajadores en cuanto a la productividad laboral y la gestión del tiempo, en busca de la mejor manera de estimular el cuerpo humano día a día.
A partir de las 15:00 horas: el momento de menor productividad en el trabajo
El estudio, que encuestó a más de 10.000 profesionales, revela que las horas inmediatamente posteriores al almuerzo son las menos productivas, siendo a partir de las tres de la tarde el peor momento para mantener altos niveles de concentración y funcionamiento en el trabajo. Así pues, el 71% de los entrevistados está de acuerdo en que el final de la tarde es el peor momento para trabajar, con la caída en picado de la productividad que llega hasta las 18:00 horas.
A todo esto, los investigadores añaden una conclusión destacable: la biología tiene parte de culpa en este fenómeno. La somnolencia al final de la tarde es una pieza más del ritmo circadiano normal y natural del cuerpo humano, que desciende significativamente a partir de las 14:00h y se mantiene en pulsos bajos, aproximadamente, hasta las 17:00 horas, según la Fundación Nacional del Sueño.
Normalmente, las culturas corporativas tienden a ver la productividad como un efecto lineal que se mantiene constante durante toda la jornada laboral. Sin embargo, tal y como apunta Christina Janzer, vicepresidenta de investigación y análisis de Slack, es imposible ser igual de productivo a todas las horas en una larga rutina de trabajo.
Así, por ejemplo, el propio programa de mensajería instantánea diseñado por Slack Technologies y propiedad de Salesforce, propone como recurso para superar "el bache de las tres de la tarde" tomarse un microdescanso, aunque sea solo de cinco minutos, algo que también ayudará a mejorar el bienestar entre los empleados. "Tomar un breve descanso, digamos entre las 14:30h y las 14:45h, por ejemplo, puede ayudar a despertar de nuevo al cerebro y hacer una transición mucho más productiva", aplica al respecto Janzer.
Además, el estudio en cuestión advierte también sobre el uso excesivo de la cafeína como solución para combatir esta fatiga, ya que, por el contrario, podría aumentar incluso la sensación de cansancio. Otras investigaciones, como la propuesta por la revista científica Behavioral Sciences, proponen un enfoque alternativo mediante otro tipo de estimulantes: los sonoros. Escuchar música en el trabajo también puede ayudar a mejorar la concentración y el estado de ánimo, especialmente aquellas canciones favoritas.
Stinger
Nada como una siesta a esas horas.
Emilezolacuso
Lo que Vd. indica, corresponde a lo acordado en su día por el Club Fairmont (en San Francisco), y que vino a denominarse LA ESCUELA DE LA IGNORANCIA y la MANIPULACIÓN DE LA CIUDADANÍA. O lo que es lo mismo: La sociedad TITYAINMENT, una mezcla de entretenimiento, satisfacción instantánea y espectáculo, que busca acabar con la capacidad de análisis crítico de la ciudadanía inoculado a partir de la destrucción del aparato educativo, la lobotomización del personal. A través de la TV, las redes, la oferta "cultural" meter ven vena al personal, el feminismo, lo LGTBi, lo zafio, lo grotesco, el ecologismo, la banalización y el infantilismo..... De ahí los vigentes The Walking Dead q configuran la actual sociedad.