En los últimos años, los expertos advierten del alarmante aumento en el consumo de algunos medicamentos que, aunque necesarios en muchos casos, se utilizan en exceso e incluso en ocasiones sin control. Una práctica que puede tener consecuencias médicas graves, e incluso ocasionar la muerte por sobredosis.
Ante esta realidad, investigadores e instituciones aconsejan hacer un buen uso de los medicamentos, que estén siempre prescritos y controlados por un especialista, e incluso, si es posible, se exploren alternativas para evitar un abuso que pueda poner en riesgo la salud. Y es que, tal y como desvelan los estudios, existen algunos fármacos que, a largo plazo, pueden aumentar el riesgo de enfermedades.
Es el caso de enfermedades mentales degenerativas como la demencia, el alzhéimer y el párkinson, considerados unos de los mayores retos actuales en temas de salud. Unas afecciones en las que se centran muchos estudios como el llevado a cabo por la Universidad de Harvard, que desvela que existen evidencias de que el consumo de algunos populares medicamentos podrían dañar el cerebro.
Los medicamentos que, según Harvard, pueden dañar el cerebro y aumentar el riesgo de demencia
Considerada una de las universidades más reconocidas del mundo, Harvard explica cuáles son los dos tipos de medicamentos que podrían aumentar el riesgo de enfermedades como la demencia, una afección que, tal y como señala la Fundación Pasqual Maragall, se estima que padecen más de 900.000 personas en España.
Tal y como explican los expertos de la institución, hay dos tipos de medicamentos que se han relacionado de manera estrecha con un mayor riesgo de sufrir demencia. Es el caso de los ansiolíticos, utilizados principalmente para tratar trastornos de ansiedad y del sueño, y actúan sobre el sistema nervioso central para producir un efecto calmante.
Según datos recientes, en la última década, se ha disparado un 30% la venta de ansiolíticos y antidepresivos en España, medicamentos de los que se vendieron 111 millones de envases en el 2022. De hecho, según un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, España ocupa el segundo lugar, a nivel mundial, en el consumo lícito de estos medicamentos, superado tan solo por Bosnia-Herzegovina.
El otro grupo de fármacos a los que hace referencia la Universidad de Harvard es el de los anticolinérgicos, que bloquean la acción de la acetilcolina, un neurotransmisor del sistema nervioso; forman parte de estos los antidepresivos, los antipsicóticos, los antiepilépticos y los antiparkinsons.
Según las conclusiones, que parten de dos estudios de gran cohorte, cuanto mayor era la exposición a estos fármacos, mayor era el aumento en la probabilidad de ser diagnosticado de demencia. Así, en el caso de los anticolinérgicos, tomarlos durante tres años elevaba las posibilidades en un 54%; y, por ejemplo, en el de las benzodiacepinas (ansiolíticos), la exposición durante seis meses en los cinco o seis años precedentes al diagnóstico incrementa las posibilidades en un 85 %.
Aunque son varios los estudios que vinculan el consumo de estos fármacos con el riesgo de demencia, desde la Universidad Harvard aclaran que ninguno de los dos trabajos en los que se basan estas conclusiones era un ensayo clínico aleatorizado, por lo que no constituyen una evidencia de que estos medicamentos causen esta afección.
Teniendo en cuenta que el consumo de fármacos no está libre de riesgos, los autores de este artículo señalan que tiene que ser un médico quien revise los beneficios y posibles daños de los medicamentos y determine la conveniencia o no de esta medicación, e incluso valore la posibilidad de alguna alternativa. Así, desaconsejan dejar de tomarlos por cuenta propia, ya que puede conllevar importantes riesgos para la salud.