Las fresas son una de las frutas más demandadas desde febrero hasta junio. Su escaso aporte calórico hace que sean una elección perfecta para ofrecer como postre después de una comida, una merienda por excelencia o, combinada con otras frutas o productos, un cena ideal en las dietas. Pero sus cualidades no terminan ahí.
Las fresas también destacan por proporcionar un alto contenido de vitamina C (que actúa como antioxidante), además de otro tipo de micronutrientes como vitaminas A, D o E, hidratos de carbono, fibra (que ayuda a combatir el estreñimiento) o un elevado aporte de potasio, por lo que resultan además excelentes para eliminar líquidos sobrantes en el organismo y controlar la tensión arterial.
A parte de lo comentado, mucha gente considera también a las fresas como la ‘futra afrodisíaca’ por excelencia, no sólo por su color rojo pasión o su característica forma de corazón, sino porque el conjunto de sus propiedades favorecen también la circulación sanguínea y el deseo carnal, entre otros motivos. Sin embargo, este manjar de Occidente, donde las fresas se han consolidado fuertemente en términos de cultivo y producción, se han convertido en el foco de atención y de la crítica durante las últimas horas por una alerta sanitaria que supone “un peligro para la salud pública”.
Preocupación por las fresas de Marruecos y la Hepatitis A
En las últimas horas, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha exigido “medidas urgentes” al Gobierno central y la Unión Europea (UE) tras denunciar la presencia de Hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos. Así lo notifica un comunicado publicado este lunes en el portal comunitario RASFF (Rapid Alert System Feed and Food). Además, los agricultores valencianos exigen una exhaustiva inspección sanitaria a todas las fresas que provengan de la producción marroquí, pues estas superaban, como expone el aviso, el máximo permitido de una sustancia.
Según la AVA-Asaja, el consumo de estas fresas supone “un peligro para la salud pública y puede haber aparecido en el alimento por regar las explotaciones con aguas fecales”, por lo que conlleva doble perjuicio. De esta manera, la organización presidida por Cristóbal Aguado ha enviado una carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, para solicitarle, de manera urgente, explicaciones al Gobierno de Marruecos, así como “todo tipo de controles sanitarios de fresas, porque está en juego la salud de los consumidores”.
La demanda también se ha remitido a Bruselas, abordando la problemática en las instituciones comunitarias. Además, también se ha informado de esta alerta sanitaria a las principales asociaciones de consumidores de la Comunitat Valenciana, como la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu), la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Tyrius o la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana "debido al importante y preocupante riesgo que puede representar su la presencia de esta enfermedad en las fresas para la salud humana", comunica la entidad valenciana.
Concretamente, la hepatitis A es una enfermedad viral que afecta en primer término al hígado y que se transmite a través del consumo de agua o alimentos contaminados, como apunta el informe propio de estas particulares fresas. Desarrollar esta afección puede causar graves complicaciones, desde náuseas, vómitos, fiebre o pérdida de apetito hasta fuerte dolor abdominal o coloración amarillenta de la piel y los ojos (lo que se conoce popularmente como ictericia).
No obstante, al tratarse de una enfermedad generalmente autolimitada, el cuerpo puede eliminar el virus por sí mismo sin necesidad de tratamiento específico. En casos graves, sobre todo en personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados, la hepatitis A puede provocar incluso insuficiencia hepática aguda, cuyo tratamiento puede requerir hospitalización y, en algunos de los casos más afectados, aquellos más graves, un trasplante de hígado.