Si estás tratando de perder peso, no te queda otra que recurrir a los trucos. Hoy te traemos uno que no te causará ningún esfuerzo extra, funciona para adelgazar y, además, no necesita que inviertas mucho dinero en seguirlo.
No es otra cosa que adquirir el hábito de beber agua. Parece un mito, pero funciona para perder peso. Además, hay un momento indicado del día para llevarlo a cabo y maximizar sus beneficios.
El mejor momento del día para beber agua si quieres perder peso
Aunque no hay un momento ideal del día para beber agua si lo que queremos es perder peso, es recomendable hacerlo antes de las comidas, ya que se ha asociado con tener un menor apetito. De hecho, un estudio ha demostrado que beber antes de cada ingesta hace que se puedan perder hasta 2 kilos en solo tres meses.
Y sirve para cualquier comida, pues esta otra investigación demostró que beber agua antes del desayuno reducía la cantidad de calorías consumidas durante la comida en un 13%.
Menos calorías
En definitiva, beber agua está vinculado con una ingesta reducida de calorías. Esto se debe, principalmente, a que mientras te llenas el estómago de agua no lo haces con otro tipo de bebidas o comidas que sí tienen calorías. Al respecto, algunos estudios han demostrado que los que beben más agua consumen un 9% menos de calorías diarias o, lo que es lo mismo, unas 200 menos.
Acelera el metabolismo
Beber agua no sólo hace que comamos menos, sino que además quema muchas calorías, ya que acelera el metabolismo, según este estudio.
Numerosas investigaciones han demostrado que el gasto de energía en reposo (o sea, la quema de calorías) se incrementa entre un 24 y un 30% en los diez minutos posteriores al consumo de agua. El efecto dura nada menos que una hora.
Beber medio litro de agua, de hecho, quema 23 calorías exactas. O sea, que si bebes esta cantidad de agua al día durante un año, estarás quemando 17.000 calorías o, lo que es lo mismo, adelgazarás 2 kilos de grasa solo con este pequeño gesto diario.
Cuánta agua hay que beber al día
No hay una cifra exacta, pues todo depende de nuestra edad, actividad física y nuestra dieta diaria. Por ejemplo, las personas que sudan mucho o hacen ejercicio regularmente pueden necesitar más agua que las sedentarias; y aquellas que consumen mucho café, té o frutas precisarán menos que las que se alimenten a base de proteínas.
Lo suyo es olvidar lo de los "dos litros diarios" y beber simplemente cuando se tenga sed. Y si queremos perder peso, hacerlo antes de las comidas. Así lograremos adelgazar fácilmente además de estar hidratados.