El colesterol es uno de los grandes problemas que tienen algunos españoles. Sin embargo, existe una semilla que se puede consumir todos los días y que ayuda a reducir sus niveles. Esta semilla es la chía. Desde hace años ha ido ganando popularidad como un alimentos rico en nutrientes y con diversos beneficios para la salud. Su origen se encuentra en América Central y América del Sur y ha sido cultivado durante siglos.
La chía aporta diferentes aspectos positivos en la dieta y al bienestar general. A pesar de que tiene un tamaño muy reducido posee nutrientes que son esenciales. Es una fuente de fibra, proteínas, antioxidantes, vitaminas, minerales (calcio, zinc, magnesio o fósforo) y ácidos omega-3.
Estas semillas son una fuente vegetal de ácidos grasos omega-3, más concretamente ácido alfa-linolénico (ALA). Estos son muy beneficiosos para la salud cardiovascular porque ayudan a reducir los niveles del conocido como colesterol malo, es decir, el LDL y también a mantener la salud de las arterias, por lo que contribuye a prevenir enfermedades cardíacas.
La fibra que está en estas semillas tiene un papel fundamental en el control del azúcar en la sangre. Consigue crear una especie de gel en el tracto digestivo que termina por ralentizar la absorción de los azúcares y a mejorar la insulina. Esto es perfecto para todas esas personas que sufren de diabetes de tipo 2 y para los que quieren mantener los niveles de glucosa estables.
La chía ayuda en la pérdida de peso
Uno de los aspectos a tener en cuenta es que la combinación de fibra y proteínas en esas semillas hace que ayude en el pérdida de peso. Y es que la fibra da sensación de saciedad, por lo que permite que se reduzca la ingesta calórica, mientras que la proteína es esencial para mantener y construir la masa muscular.
La fibra de la chía tiene un efecto prebiótico, puesto que alimenta a las bacterias beneficiosas del intestino. Esto promueve la salud intestinal, fortalece el sistema inmunológico y puede mejorar la digestión. También posee antioxidantes que combaten el estrés oxidativo que se puede crear en el cuerpo. Estas moléculas son muy importantes en la salud celular.
La chía tiene multitud de opciones en la cocina. Por ejemplo, al tener un gran poder de absorción si se mezcla con agua se puede gelificar en solo unos minutos, por lo que se puede hacer un pudding. También se pueden comer crudas en yogures, avenas, ensaladas u otros platos. Y hay que tener en cuenta que la chía fresca es una bebida muy conocida en México. Se puede elaborar con un tercio de taza de estas semillas, dos tazas de agua, azúcar y limón.
