Muchísimas personas, por desconocimiento más que por ir mal de dinero, compran piensos y comida húmeda para sus mascotas en los supermecados o tiendas de alimentación (para humanos) convencionales. "Si se vende, ¿tan mala no será, no?" es lo que piensan los dueños de los perros y/o gatos que les alimentan con comida de baja calidad.
El precio de la alimentación para mascotas que se vende en el súper más barata que la que comercializa en tiendas especializadas de animales. La razón de esta variación del precio es evidente: los ingredientes de unos y otros no tienen nada que ver.
"Normalmente, los piensos de supermercado suelen traer proteínas de más baja calidad. Lo venden como que lleva 'ave' pero no especifican qué tipo, por lo que no sabemos de qué calidad es la proteína. La proteína es lo que marca la calidad de un pienso o de una comida húmeda", asegura a Vozpópuli Alicia Fernández Vitali, auxiliar técnico veterinario especialista en nutrición canina y felina de la Clínica Veterinaria Anicura.
La comida del súper para mascotas suele contener más sodio, más fósforo, más grasas y proteínas de mala calidad
"La comida del súper para mascotas suele contener más sodio, más fósforo, más grasas y proteínas de mala calidad. Esto favorece que tengan más aroma, más sabor, por eso los animales se lo comen, pero no les nutren estas comidas. No es lo mismo alimentar que nutrir", afirma.
Por qué no deberías darle a tu gato o perro ningún pienso de supermercado
Si te fijas en la composición del pienso o de la comida húmeda para animales que compras en las tiendas de alimentación para humanos, verás que muchos cereales y añadidos que no saben ni qué son. Esto sólo les engorda y no les alimenta. Además, las mascotas pueden acabar experimentando numerosas enfermedades.
"La mala alimentación ofrecida a las mascotas pasa factura, igual que en las personas. Si no les damos pienso de calidad, el día de mañana lo que podemos ver es que sufren disfunción pancreática, hiperlosdosis, obesidad, insuficiencia renal (por el alto contenido es fósforo) y un largo etcétera. En el día a día, los dueños no lo ven, pero a la larga lo acabarán viendo", afirma la experta.
La mala alimentación ofrecida a las mascotas pasa factura, igual que en las personas. Si no les damos pienso de calidad, el día de mañana lo que podemos ver es que sufren disfunción pancreática, hiperlosdosis, obesidad, insuficiencia renal...
Como decíamos, muchas veces los dueños les dan a sus animalitos comida de baja calidad por desconocimiento, algo que Fernández Vitali ve continuamente en las consultas: "Cuando comienzas a hablarles a las personas sobre por qué es mejor que cambien el pienso de gama baja a gama alta se asustan por el precio, pero es que no tienen en cuenta que del pienso bueno los animales comen muchísimo menos cantidad, porque les sacia mucho más. Al cabo del tiempo, cuando regresan a la consulta, nos dicen siempre lo mismo: que lo que se ahorrarían al final sería muy poco".
"Además, aseguran que una vez cambiado al pienso de alta gama los animales hacen menos heces, no engordan... Una buena alimentación puede alargar mucho la vida del animal. Hay alimentos que además hacen de medicamentos. Traen componentes naturales y medicamentos incluidos", apunta.
Los mejores piensos para perros y gatos
Te recomendamos algunas marcas de piensos y comida húmeda de alta gama tanto para perros como para gatos:
- Para gatos: Orijen, Wild Freedom, Almo Nature, Purizon, Smilla y Nutro, entre otros.
- Para perros: Orijen, Taste of Wild, Purizon, Greenwoods, Nutro, entre otros.
Lo mejor, no obstante, es que te informes bien con tu veterinario de confianza antes de cambiarle el pienso a tu mascota.
Recuerda que la obesidad en las mascotas, igual que la mala alimentación, es un asunto serio. En palabras de Alicia Fernández Vitali: “La obesidad es una patología y puede acarrear enfermedades realmente importantes como la diabetes mellitus, trastornos articulares, cardiovasculares, dermatológicos, respiratorios, urinarios, hipertensión, pancreatitis, hiperlipidemia, esterilidad y cáncer. Además, de constituir un riesgo anestésico y quirúrgico muy serio. En este sentido, el asesoramiento y el control por parte la clínica veterinaria es clave para evitar que el animal sufra obesidad”.