Controlar los niveles de glucosa en sangre una misión que tiene cualquiera de los 3 millones de diabéticos que hay en España según la International Diabetes Federation (IDF). Existe la creencia de que la glucemia es importante en ayudas, pero según explican desde la Biblioteca de Salud de Sanitas, el nivel de glucosa en sangre tras las comidas, lo que se concoce como glucemia postprandial, "es muy significativo, es incluso más importante que la glucemia en ayunas".
¿Qué niveles de glucemia son correctos después de comer?
Tras las comidas, aproxidamente a los 60-90 minutos después de ellas, los valores de glucemia no deben pasar de los 160 Mg% pasa posteriormente volver a los niveles normales, que esto suele ser a las 3 horas después de esa comida. Así, como indican desde el artículo de salud mencionado anteriormente, los valores durante el día deben situarse en niveles que no deberían superar los 100 Mg%.
Como un reloj suizo, este equilibrio tan exacto en el cuerpo se da gracias al equilibrio entre 2 hormonas del páncreas, como son la insulina y el glucagón. Estas son las hormonas que se encargan de que los niveles de azúcar en sangre se encuentren bajo control y en cantidades adecuadas. Así lo explican desde Sanitas:
"El fallo de circuitos bioquímicos, altera almacenes y transportes de glucosa, lo cual tiene como consecuencia un daño celular constante y progresivo. Su daño más patente: el aumento de riesgo cardiovascular."
¿Por qué aumenta la glucosa durante las dos siguientes a la comida?
Es normal que la tasa de glucosa en sangre en nuestro cuerpo aumente cuando ingerimos comida, y este ascenso, se produce en las dos horas siguientes. El aumento de glucosa en sangre estimula la producción de insulina y hace que disminuya la hormana del glucagón, conocida como la hormona de "la dulzura".
"El fallo de circuitos bioquímicos, altera almacenes y transportes de glucosa, lo cual tiene como consecuencia un daño celular constante y progresivo. Su daño más patente: el aumento de riesgo cardiovascular."
Por contra, los niveles de glucosa se reponen durante con la noche con el ayuno nocturno. Las reservas de glucosa se "llenan" en el hígado y el riñón, mientras que el azúcar en la sangre va cayendo. Así como los músculos, tanto el hígado como el riñón son los causantes de ayudar a almacenar esas reservas de glucosa y de la producción de nueva glucosa. Lo explican: "Además de los músculos, son los órganos capaces de facilitar sus reservas de glucosa almacenadas (hígado) o producir una nueva formación de glucosa (neoglucogénesis en hígado y riñón)".
Cuando comemos estos valores se dan la vuelta. Es este momento donde la glucosa almacenada en el hígado "proporciona el mayor porcentaje". Al aportar de forma eficaz la glucosa, esta desciende en un 70%. Y la producción del hígado de generar glucosa también cae hasta un 90%.
"En la práctica, ello significa que la acción de insulina y glucagón, principalmente durante los 30–60 minutos siguientes al haber comido, aumenta la capacidad de reserva de glucosa en el hígado y disminuye la glucosa en sangre. Y además dificulta la movilización de grasa (lipólisis)".