Bienestar

¡Empieza la época de resfriados! Así puedes evitar acatarrarte este otoño

Los resfriados y la gripe son infecciones respiratorias causadas por diferentes virus. Aunque comparten algunos síntomas, tienen diferencias en su gravedad, duración y tratamiento

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¡Empieza la época de resfriados! Así puedes evitar acatarrarte este otoño. Pixabay

Los resfriados vuelven con el final del verano y también con la vuelta a las oficinas y al colegio. Los principales virus responsables del catarro de vías altas suelen ser el rinovirus (hRV), que causa en torno al 50 por ciento de los episodios, y, en menor medida los coronavirus humanos (hCoV) y otros virus respiratorios como VRS, para influenza (PIV) o adenovirus.

Según el doctor Estanislao Nistal, doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, en este aumento recurrente de los contagios, coincidiendo con el regreso a las aulas, influyen varios factores, como “la llegada de una mayor inestabilidad meteorológica en algunos lugares, con cambios bruscos de temperatura, aumento de las precipitaciones y la humedad del aire, puede favorecer una mayor transmisión de virus y bacterias y afectar a nuestro sistema respiratorio".

Además, "el aumento del contacto entre los niños en espacios cerrados, como las aulas; o el propio sistema inmunitario de los más pequeños, más inmaduro e inexperto, al no haberse enfrentado a algunos agentes infecciosos y ser más vulnerable que el de los adultos”.

Diferencias entre resfriados y gripe

El catarro (o resfriado común) y la gripe son infecciones respiratorias causadas por diferentes virus. Aunque comparten algunos síntomas, tienen diferencias importantes en su gravedad, duración y tratamiento. Aquí están las principales diferencias:

1. Causa. El catarro generalmente está causado por varios tipos de virus, como los rinovirus; la gripe es causada específicamente por los virus de la influenza (tipos A, B y C).

2. Síntomas: Los resfriados se caracterizan por síntomas que surgen gradualmente. Serían : congestión nasal, secreción nasal, estornudos, dolor de garganta, tos leve, ojos llorosos y, a veces, fiebre baja. Los síntomas suelen ser leves y manejables. En la gripe suelen aparecer de repente y serían: fiebre alta, escalofríos, dolores musculares, fatiga extrema, dolor de cabeza, dolor de garganta, tos seca, y en algunos casos, congestión nasal. Los síntomas son más intensos y pueden llevar a complicaciones como neumonía, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

3. Duración: Los resfriados suelen durar de cinco a siete días y algunos síntomas, como la tos, pueden durar hasta dos semanas. En la gripe, los síntomas más intensos suelen durar de cinco a siete días, pero la fatiga y el malestar general pueden persistir durante dos semanas o más.

4. Complicaciones: El catarro rara vez causa complicaciones graves. En algunos casos, puede llevar a una infección secundaria, como sinusitis u otitis. La gripe puede llevar a complicaciones serias, especialmente en personas mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Las complicaciones incluyen neumonía, bronquitis, sinusitis y empeoramiento de enfermedades preexistentes.

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Los resfriados suelen durar menos de una semana.Pixabay

5. Tratamiento: Los resfriados no tienen cura específica. El tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas (analgésicos, descongestionantes, reposo e hidratación). El tratamiento para la gripe incluye medicamentos antivirales que pueden ser recetados en los primeros días para reducir la duración y severidad de la enfermedad.

6. Periodo de contagio: Los resfriados son contagiosos durante los primeros dos o tres días de los síntomas, mientras que en la gripe las personas pueden ser contagiosas desde un día antes de que aparezcan los síntomas hasta aproximadamente 5-7 días después de enfermarse.

Cómo prevenir los resfriados

Prevenir un resfriado o catarro en otoño implica fortalecer el sistema inmunológico y adoptar hábitos saludables para evitar la exposición a virus. 

-Mantén una buena higiene. Lávate las manos con frecuencia usando agua y jabón, especialmente después de estar en lugares públicos. Evita tocarte la cara, ya que los virus pueden entrar al cuerpo a través de los ojos, la nariz y la boca. Usa pañuelos desechables al estornudar o toser y deséchalos inmediatamente.

-Fortalece tu sistema inmunológico. Consume alimentos ricos en vitaminas y minerales, especialmente vitamina C (cítricos, fresas, pimientos) y zinc (frutos secos, carnes magras, legumbres). Bebe suficiente agua para mantener las mucosas húmedas y ayudar al cuerpo a eliminar toxinas. Si es necesario, considera suplementos de vitamina C, vitamina D o probióticos para apoyar la función inmunológica.

-Evita cambios bruscos de temperatura. Viste en capas para adaptarte a las variaciones de temperatura. El frío no causa catarros, pero puede debilitar el sistema inmunológico. Mantén tu hogar bien ventilado, pero evita corrientes de aire frío.

-Vida saludable. El descanso adecuado es crucial para un sistema inmunológico fuerte. Intenta dormir entre 7 y 9 horas por noche. La actividad física moderada puede mejorar la función inmunológica. Incluso caminar 30 minutos al día puede hacer una diferencia. El estrés también puede debilitar el sistema inmunológico. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración.

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Con la vuelta a las aulas, los resfriados proliferan entre los más pequeños.Pixabay

Qué ocurre con los más pequeños

Durante la temporada pasada, las cifras de Infección Respiratoria Aguda en Atención Primaria (IRAs) se incrementaron de manera importante entre las semanas 36 y 39 del año (del 4 de septiembre al 1 de octubre de 2023) en los menores de 14 años, especialmente en el grupo de edad de 0 a 4 años. Podemos tomar algunas precauciones, tanto en casa como en el centro escolar, para disminuir el riesgo de que los más pequeños se contagien con un virus respiratorio al volver a las aulas, por ejemplo:

La vacunación y los tratamientos de inmunización pasiva son esenciales para prevenir ciertas enfermedades respiratorias contagiosas, como la gripe, el neumococo, la tosferina, el Covid-19, la bronquiolitis, etc. Por eso, es muy importante conocer el calendario vacunal y mantener al día las vacunas de los niños.

Las medidas de higiene, tanto personal como en el entorno, son muy importantes para disminuir la propagación de virus y gérmenes. Algunas de estas medidas son: 

  • Lavarse o desinfectarse las manos frecuentemente, tanto alumnos como el resto de personal escolar.
  • Lavar o desinfectar los juguetes y otros materiales de uso habitual.
  • Limpiar con frecuencia las aulas y las zonas de uso común, como aseos o comedores.
  • Ventilar los espacios con frecuencia para renovar el aire.
  • Duchar a los niños y lavar su ropa con frecuencia.

El doctor Nistal apunta también a otras medidas preventivas encaminadas a fortalecer el sistema inmune de los pequeños como “una alimentación sana y equilibrada, que aporte los suficientes nutrientes y vitaminas”. Por otro lado, añade que “es importante que los niños y niñas realicen ejercicio físico regular, especialmente al aire libre, porque contribuye a mantener un sistema respiratorio sano”.

En caso de que finalmente se produzca un contagio, el experto recuerda que “es muy importante tratar los síntomas de forma conjunta y desde su inicio con un tratamiento adecuado a la edad y peso del paciente, ya que un tratamiento temprano ayuda a reducir la duración e intensidad de la sintomatología y ayuda a evitar complicaciones”.

“Además de mejorar la evolución de los síntomas, un tratamiento precoz de las infecciones respiratorias también ayuda a frenar la propagación de agentes infecciosos respiratorios, ya que, al reducir los estornudos, la tos y las secreciones del niño contagiado, se reduce también la probabilidad de transmitir la infección al resto de niños”, añade Nistal. 

El doctor sugiere también otras medidas para frenar la expansión de las infecciones respiratorias, “que serán más o menos estrictas en función del tipo y gravedad de la infección respiratoria y de la edad del niño, como evitar o reducir el contacto con el resto de los compañeros, utilizar mascarilla o extremar las medidas profilácticas y de higiene, especialmente si en nuestro entorno existen personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas”.

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