Ser feliz es el mayor propósito de nuestra vida. Algo por lo que hay que trabajar y para lo que es necesario atravesar por etapas de conocimiento y aprendizaje. Y es que la felicidad no es igual a lo largo de toda la vida. Las necesidades y objetivos varían dependiendo de la edad.
Todos hemos oído hablar de la crisis de los 30 o de la de los 40, pero, ¿existe también la crisis de los 50 o los 60? Pues, según los expertos, todo apunta a que no, que cuando vamos alcanzando la madurez, la inestabilidad emocional que se vive en etapas anteriores desaparece, dejando paso a una tranquilidad y calma que ofrece la felicidad.
Así lo apunta el investigador estadounidense Jonathan Rauch en su libro ‘La curva de la felicidad: por qué la vida mejora después de los 50’, donde desarrolla la teoría que confirmaría que, llegados a los 50, se es más feliz, una fase de madurez sin el desasosiego que puede aparecer a los 30 o los 40. “A medida que nos hacemos mayores nuestros cerebros se vuelven más resistentes al estrés, experimentamos menos remordimientos, somos emocionalmente más volátiles y aprovechamos más el momento”, explica el autor.
Y son muchos los expertos que confirman esta teoría. Como el profesor de la Universidad de Warwick, Andrew Oswald, que en su investigación ‘¿El bienestar se moldea a lo largo del ciclo de la vida?’ (‘Is well being u shaped over the life cycle?’) concluye que las personas alcanzan los mayores niveles de bienestar primero a los 20 años, y más tarde después de la jubilación.
Sin embargo, una cosa son las teorías, y otra la práctica. Y es que, ser feliz está en nuestra mano y depende de cada uno. Algo en lo que, según aseguran, tienen mucho que ver los hábitos de nuestra vida.
Los hábitos que te ayudan a ser feliz a partir de los 50 años
Como decíamos, ser feliz depende de muchos aspectos, incluidos los relacionados con la salud, clave en nuestro bienestar físico y emocional. Por ello, adquirir unos hábitos saludables es importante para conseguir ese propósito en la vida. Y estos cinco son algunas de las claves para ser feliz tanto a corto como a largo plazo:
-Llevar una dieta equilibrada: todos los expertos coinciden en que comer sano y variado ayuda a alcanzar mayores niveles de bienestar. Y es que una dieta equilibrada, que incluya todos los nutrientes que el organismo necesita, es clave para gozar de una buena salud, tanto física como mental.
-Evitar los malos hábitos: son de sobra conocidos los efectos negativos que el tabaco y el alcohol tienen para nuestra salud. Unos efectos que también pueden impedirnos ser feliz. En el caso del alcohol, no solo hace que nuestras emociones oscilen pudiendo llevarnos a la tristeza y la depresión, además, disminuye los niveles de serotonina, conocida como ‘la hormona de la felicidad’. Dejar de fumar no solo beneficiará a nuestro organismo y sistema respiratorio, además, nos puede ayudar frente al estrés, ese gran mal que nos impide ser feliz.
-Practicar ejercicio de manera regular: instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan practicar ejercicio de manera habitual, “por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas la personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad”. Un buen hábito que nos ayuda no solo a cuidar de nuestro cuerpo, también de nuestra mente ayudándonos a ser feliz.
-Evitar la soledad: la soledad es uno de los grandes males de la sociedad actual, y afecta más a medida que cumplimos años. Por eso, uno de los hábitos imprescindibles para ser feliz es huir de ella y mantenerse rodeado de gente positiva y de grupos con aficiones comunes.
-Aprender a respirar: parece una obviedad, pero tal y como aseguran los expertos, la mayoría de las personas no sabemos respirar, algo tan básico y necesario para nuestra vida. Según las investigaciones, respirar bien influye en la actividad cerebral, por eso es importante aprender a respirar calmada y profundamente. Una respiración consciente que podemos aprender con prácticas como el yoga o la meditación.