En verano nos sentimos más libres y felices y el periodo de vacaciones puede llenarnos de alegría y de una falsa sensación de libertad. La salud mental es algo que debemos cuidar durante los doce meses del año. En invierno salimos menos y eso hace que las relaciones sociales no sean tan importantes como en verano, algo que puede afectar a nuestra salud mental de una u otra manera. El verano puede suscitar cambios emocionales positivos y significativos en las personas: la mayor exposición a la luz incrementa los niveles de serotonina, mejorando el estado de ánimo y reduciendo los síntomas de depresión estacional.
Además, las actividades al aire libre y el ejercicio físico, habituales en esta temporada, liberan endorfinas que reducen el estrés y la ansiedad. Al mismo tiempo, las altas expectativas respecto al buen tiempo pueden generar estrés y ansiedad. De hecho existe bastante presión social y cultural para que el verano sea una época de diversión y relajación.
Esto, junto con las imágenes idealizadas en redes sociales, puede crear expectativas poco realistas y generar sentimientos de insuficiencia y ansiedad que perjudican a la salud mental. El verano puede proporcionar una sensación de libertad y descanso, y ofrecer más oportunidades para la socialización, lo que mejora el bienestar emocional al aumentar la sensación de apoyo social. Pero el cambio de rutinas, aunque sean o nos parezcan más relajantes, también puede generar irritabilidad, insomnio, pérdida de apetito o sensación de estar abrumado.
“El llamado Trastorno Afectivo Estacional (TAE) generalmente se asocia con el invierno, pero también puede ocurrir en verano. Y aunque efectivamente es menos común, es importante reconocer que puede afectar en modo negativo y significativamente a algunas personas. Los síntomas del TAE de verano incluyen irritabilidad, insomnio, pérdida de apetito y sensación de estar abrumado”, nos explican desde la plataforma de psicología Unobravo.
Otro factor que puede incrementar el malestar “es la presión social para divertirse y el miedo a perderse algo (FOMO), así como la relación con la imagen corporal, ya que pueden afectar negativamente la autoestima. Además, las largas horas de luz solar y nuestra exposición a ellas puede causar dificultades a las personas con trastorno bipolar, dificultar el sueño o desencadenar episodios maníacos”, añaden.
Impacto en la salud mental de las mujeres
El impacto negativo del verano en las mujeres es quizás mayor que en hombres, y puede resumirse en dos situaciones diferentes. “Por un lado el cambio de rutina y roles, la falta de tiempo personal y el aumento de las responsabilidades familiares y domésticas adicionales debido a las vacaciones escolares, puede aumentar el estrés y la fatiga. Y por otro, aunque el aumento de actividades al aire libre y el ejercicio físico son sin duda beneficiosos para el bienestar emocional, y reducen el estrés, la presión social sobre la imagen corporal se intensifica en verano, causando ansiedad y problemas de autoestima”, dicen los expertos.
De hecho las mujeres se enfrentan a una gran presión para cumplir con ciertos ideales de belleza y apariencia, una presión agravada por los estándares ampliamente visibilizados y viralizados por las redes sociales. “Consecuentemente a estas presiones, difícilmente obviables porque se utiliza ropa más ligera y trajes de baño, las mujeres pueden ver afectada negativamente su autoestima y aumentar y acarrear episodios de depresión”.
Síntomas de que el verano te afecta
¿Cuáles son los síntomas más claros de que el verano nos está afectando de modo negativo? “Sentirse irritable, ansioso, tener problemas para dormir, sentirse constantemente cansado o evitar actividades sociales son signos de que el verano está afectando negativamente la salud mental. Reconocer estos síntomas es importante para tomar medidas proactivas y buscar ayuda profesional, con un psicólogo de confianza, si es necesario”.
Consejos para cuidar la salud mental
Desde Unobravo aconsejan “adoptar hábitos saludables, como la realización de actividades al aire libre como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta para mejorar el estado de ánimo al liberar endorfinas. La exposición moderada al sol ayuda a aumentar los niveles de vitamina D y mejorar la calidad del sueño. Además, las actividades sociales y el tiempo en la naturaleza pueden reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional. Es crucial encontrar el equilibrio para aprovechar los beneficios del verano sin sucumbir a sus presiones”.
Los consejos de Unobravo para una buena salud mental en verano son:
-Mantener una rutina incluso durante el periodo estival. Tener hábitos regulares puede infundir una sensación de estabilidad, ayudando a reducir malestares de tipo psicológico. Intenta mantener además una rutina de alimentación saludable y continúa haciendo ejercicio físico, aunque sea de una forma más moderada, incluso cuando estés de vacaciones.
-Evitar las comparaciones sin tratar de cumplir con los ideales sociales de lo que son los cuerpos perfectos. La realidad no siempre es tan bonita como muchos muestran en sus redes sociales. Disfruta de lo que tú tienes y sientes y aprovecha el aquí y ahora para estar presente en lo que tienes alrededor.
-Establecer expectativas realistas sobre cómo debe ser el propio verano para poder vivir experiencias con mayor satisfacción personal. No todos podemos pasar las vacaciones en un mega yate ni viajar a lugares paradisíacos, pero disfrutar de unos días de descanso puede ser igual de satisfactorio si estás rodeado de la gente a la que quieres.
-Seguir el propio ritmo incluso a la hora de elegir las vacaciones. Es fundamental respetar las preferencias personales, optando por destinos y actividades acordes con las necesidades y deseos reales de cada uno.
-Dedicarse tiempo. Reservar momentos para uno mismo y sus actividades. Leer un libro, escuchar música, dar un paseo por la naturaleza, así como tomarse momentos para descansar pueden ayudar a reducir el estrés y restablecer el equilibrio interior.
-Disfrutar del presente. Incluso bajo la sombrilla de la playa, puede ocurrir que se asomen las preocupaciones relacionadas con las responsabilidades cotidianas y puede impedir disfrutar plenamente. Date permiso para hacerlo.
-Desconectar. Aprovechar las vacaciones de verano para limitar el uso de dispositivos digitales puede ser muy beneficioso, ya que permite reducir el estrés asociado a las responsabilidades profesionales, relajarse y recargar las pilas.