Ser infiel tiene mucho que ver con otros conceptos y valores fundamentales como la lealtad, la honestidad o la transparencia. Un error común es pensar que las personas que engañan a sus parejas también deben ser desleales en otras áreas de sus vidas, pero esto no necesariamente es así. Seguro que alguna vez has hablado con amigos o parejas sobre a qué nunca serían capaces de ser desleales y no necesariamente tiene que ver con el mundo del amor o las relaciones de pareja.
Según una encuesta llevada a cabo por Ashley Madison, que consistía en una lista de más de 20 preguntas donde los usuarios debían responder si preferían engañar a sus parejas o cambiar ciertos elementos o aspectos de su vida, los hombres, por ejemplo, son menos propensos a hacer trampas en una carrera deportiva (solo un siete por ciento lo haría), mientras que las mujeres son menos propensas a cambiar de terapeuta (solo un seis por ciento de ellas iría a otro médico sin decírselo al primero). Esto indica que la salud mental y el bienestar son importantes para las mujeres, mientras que los hombres suelen valorar la competitividad y el "ganar justamente".
Lara Ferreiro, psicóloga y experta en relaciones, nos explica que “en el ámbito amoroso y sexual todos somos buscadores de aventuras y de emociones. Tu pareja representa la tranquilidad del hogar tan necesaria para la estabilidad emocional, pero después de estar años con la misma persona, te aburres y te falta sentir algo más. Es ahí cuando mucha gente decide ser infiel, no porque no quieran a sus parejas, sino porque necesitan sentir la adrenalina, la hormona de la novedad y del riesgo, y experimentar nuevas aventuras sexuales, llenas de deseo y pasión con alguien nuevo.
En cambio, la psicóloga afirma que “lo que buscamos cuando estamos con cualquier tipo de profesional que tengamos, es sentir confianza: confiar en su técnica, confiar en el resultado que te hará sentir bien ya que él/ella sabe lo que te gusta porque os conocéis de mucho tiempo y habéis creado sintonía mutua”. Hay muchos tipos de infidelidades y seguro que habrás oído hablar también de las microinfidelidades. Según los datos de la última encuesta de Gleeden, el 86% comparte fotos íntimas; el 79% de personas tiene chats íntimos con otras personas; y el 94% ha borrado mensajes de sus móviles para que no los vean sus parejas habituales.
Ser infiel no tiene que ver con los sexos pero sí que hay diferentes aspectos de la vida en los que hombres y mujeres son leales o desleales de maneras distintas. Cuando se trata de política, hombres y mujeres son igualmente leales a sus partidos políticos, con un 86 por ciento que dice que preferiría engañar a su pareja (87% de hombres en comparación con 86% de mujeres) antes que cambiar de partido político. Además, en el caso de los hombres, son tremendamente fieles a su equipo de fútbol, pues el 90 por ciento prefiere ser infiel a su pareja antes que traicionar a su equipo de toda la vida.
“En cuanto a ser fiel a un partido político, es una cuestión que forma parte de tu identidad, de quién tú eres, mientras que tu pareja no está dentro de tu identidad. Los colores a quién votar es algo super profundo que define cómo piensas, cómo sientes y qué representas en la sociedad. La sociedad considera inaceptable cambiar de partido político porque traicionaríamos nuestros principios y a nosotros mismos, pero ser infiel a tu pareja, en el fondo, está socialmente permitido, es muy común y estamos hacia una revolución a la hora de entender las relaciones de pareja cada vez más abiertas”, explica Ferreiro.
Nada de ser infiel… a su marca de café
¡Tampoco se andan con rodeos con su dosis de cafeína! Pues el mismo porcentaje de personas preferiría engañar a su pareja antes que cambiar su elección habitual de café. "La infidelidad puede ser increíblemente matizada y ocurre por una serie de razones diferentes", dice Christoph Kreamer, director general de Europa de Ashley Madison. "Cuando alguien tiene una aventura, nos dicen que la persona debe ser desleal en todas las áreas de su vida. Nuestros miembros demuestran que esto es un mito, abriendo la puerta a una conversación más profunda sobre la moralidad en relación a la infidelidad".
Según los resultados de la encuesta, las personas son propensas a seguir las normas cuando se trata de sus finanzas o de aplicar para un puesto de trabajo. El 87 por ciento de los encuestados preferiría engañar a su pareja que eludir impuestos, siendo los hombres ligeramente más propensos a evadirlos (13 por ciento de hombres frente al 8 por ciento de las mujeres). Además, un asombroso 90 por ciento de todos los encuestados dijeron que preferirían engañar a su pareja antes que mentir en una solicitud de trabajo o un examen.
Las apariencias también son importantes: el 82 por ciento de todos los miembros encuestados preferiría engañar a su pareja en lugar de cambiar de estilista o peluquero. En este caso, las mujeres son un poco menos propensas a renunciar a su estilista favorito, con un 87 por ciento, afirmando que son más propensas a engañar a su pareja frente al 82 por ciento de los hombres. Pero esto no se detiene ahí. En general, indican un nivel más alto de fidelidad con otras esferas de sus vidas antes que con sus parejas:
- El 84, 85, 89 y 90 por ciento de los miembros encuestados preferiría engañar a su pareja antes que cambiarse de marca de móvil, gimnasio, institución bancaria o entrenador personal, respectivamente.
- Así como el 82 y 83 por ciento de los miembros tampoco cambiaría de compañía telefónica o restaurante de entrega a domicilio favorito, sino que antes les serían infieles a sus parejas.
Un área en la que las mujeres son menos propensas a alejarse de su relación romántica es cuando se trata de hacer dieta. En este caso, el 45 por ciento de las mujeres encuestadas preferiría saltarse la dieta antes que engañar a su pareja (en comparación con el 31 por ciento de los hombres que dijeron lo mismo). En definitiva, la infidelidad no se limita a las relaciones, pero la sociedad tiende a asignar clasificaciones de qué tipos de deslealtad son más o menos aceptados.
Norberto
Rematadamente idiotas si es verdad lo que contestan