El sexo y el calor no suelen ser buenos compañeros de viaje y aunque durante el verano nos sentimos con más ganas de mantener relaciones sexuales y más abiertos a conocer gente nueva, las altas temperaturas pueden hacer que nos vengamos abajo ante la pereza de sudar o sentir cierto agobio por el calor ‘extra’ que podamos sentir.
Las vacaciones estivales son sin lugar a dudas el momento en el que desconectar y probar cosas nuevas, también en el sexo. Sin embargo, el calor puede convertirse en un impedimento para explorar la sexualidad durante la época veraniega. Existen lugares donde poder mantener relaciones sexuales de manera más fresquita y también algunos trucos para no morir de calor a la hora de llegar al clímax, pero una buena opción es también iniciarse y descubrir el sexo tántrico.
Esta práctica es una forma más lenta y meditada del sexo, por lo que es perfecta para combatir el calor. Además, está basada en el Tantra, una filosofía de vida que nació hace más de 4.000 años en el Tíbet. Pero, con tantos años de historia, ¿por qué se ha puesto ahora de moda? La respuesta es muy sencilla: ¡porque sus ventajas son innumerables!
El sexo tántrico estimula a que las personas conozcan sus propios cuerpos y que entren en sintonía con él. Al comprender el deseo de nuestro propio cuerpo, podemos incorporarlo durante el sexo con la pareja. En este tipo de relaciones íntimas además de conocer nuestro cuerpo, se trata de conocer también mejor el de la pareja por lo que hay que tomarse su tiempo y no tener prisa, dejarse llevar y escuchar lo que el otro tiene que decir en cuanto a lo que le gusta y lo que no para que la experiencia sea plenamente satisfactoria para los dos.
Por eso es fundamental que haya una comunicación en todo momento con el otro para que ambos conozcan los deseos e inquietudes de cada uno. Esto puede llevar a una mayor satisfacción sexual… y a orgasmos más intensos.
Qué es el sexo tántrico
Una de las principales características del sexo tántrico es que el objetivo no es el orgasmo, sino disfrutar en sí de la actividad sexual. “La sexualidad tántrica es respiración, escucha, autoconocimiento. Es adorar y respetar el cuerpo, estar en el momento presente y confiar en la persona que nos acompaña. Es placer sin objetivo, sin buscar un clímax, ni una penetración ni una genitalidad”, explica Paola Benavides, portavoz de JOYclub España.
“El verano es perfecto para explorar nuestra sexualidad, ya que disponemos de más tiempo de ocio y estamos más tranquilos y descansados. Además, cambiar de aires también contribuye a romper con la rutina y querer probar cosas nuevas, ya sea con otras personas o con nosotros mismos. En este sentido, el sexo tántrico nos ayudará a desconectar todavía más del día a día y a volver de las vacaciones con las pilas cargadas”, concluye Benavides.
Cómo descubrir el sexo tántrico
En el sexo tántrico no hay una búsqueda del placer por el placer, sino que hay una búsqueda de la trascendencia del placer para llegar a una conexión que empieza en lo físico, pero va mucho más allá. Hay una búsqueda de una conexión espiritual que nos muestra nuestra verdadera naturaleza y nos hace comprender conceptos complejos como la vacuidad.
Además, las personas que practican con frecuencia el sexo tántrico confían en que las técnicas tántricas pueden ayudar a resolver las complicaciones sexuales como la eyaculación prematura, la disfunción eréctil o la anorgasmia. En este contexto, los expertos de JOYclub comparten cinco trucos para su iniciación:
1. El diálogo. Asegúrate de que la persona con la que vayas a practicar sexo tántrico sabe lo que es y tiene ganas de probarlo. Si no lo conoce, infórmale con detalle de cómo empezar a descubrirlo. Para ello, será también necesario que tú mismo te hayas informado al respecto. Comunícate y aprende junto a tu pareja, juntos todo es mejor y conseguirás un entendimiento más pleno en ese momento. Rompe los tabúes y cuéntale sin miedos por qué te apetece experimentar con el sexo tántrico.
2. El tamaño no importa, pero el lugar sí. Cuando hay ganas, el sitio es lo de menos, pero para el sexo tántrico sí necesitaréis un espacio en el que os sintáis relajados. Trata de estar relajado y de dejar a un lado las preocupaciones del día a día. El sexo tántrico requiere estar en el aquí y ahora y no pensar en nada más. Para ello, es bueno también ambientar la habitación o estancia a vuestro gusto con una luz tenue, con una música de fondo relajante y que ambos os inspire, pon unas velitas, algo de incienso… cualquier cosa que os haga sentir más relajados.
3. La respiración y las miradas: tus mejores aliadas. Al igual que en el yoga o el mindfulness, la respiración y las miradas son las claves del sexo tántrico. Aguantar la mirada y concentrarse tanto en los propios sentimientos como en los de la otra persona os ayudará a ir descubriendo poco a poco las ventajas de este tipo de relaciones sexuales. Respirar hondo, controlar la respiración y así inhalar y exhalar sintiendo cada bocanada os dará pie a ir avanzando en la práctica sin ningún tipo de prisa.
4. La excitación: hora de entrar en calor. “Lo tenemos todo preparado y estamos conectando con nuestra pareja a través de las miradas y los sentidos. Ha llegado la hora de dar un paso más: un masaje con aceites, unas caricias con plumas u otros juguetes sexuales para poneros a tono. Con calma, olvidad el reloj y la presión por tener un orgasmo”, recomiendan los expertos.
5. La eyaculación se queda de suplente. ¡Fuera el coitocentrismo en el sexo tántrico! La eyaculación deja de ser el objetivo del encuentro sexual para pasar a ser una etapa más. Si conseguís llegar a un nivel de conexión y complicidad intenso, alcanzaréis el clímax sin ningún problema y casi sin pensarlo.