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Verano y sol: ¿Sabes qué fototipo tienes para elegir crema solar?

Cuando pensamos en tomar el sol es necesario que conozcamos el fototipo de piel que tenemos antes de adquirir una u otra crema solar

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El fototipo son aquellas características que conforman la piel de cada persona. Elegir una crema solar no solo depende de la marca o de si nos gusta más un aroma o una textura determinadas. Algo que encontraremos en la gran mayoría de solares son las letras SPF, lo primero en lo que nos fijamos tras elegir entre filtros minerales o químicos. Son las siglas en inglés de 'Sun Protection Factor', es decir, el factor de protección solar contra los rayos UVB. Pero antes de planearnos ponernos al sol, debemos conocer cuál es nuestro fototipo y tipo de piel para evitar posibles daños dermatológicos.

Existen distintos tipos y características de los fototipos cutáneos y, por tanto, de esas diferencias depende el factor solar que necesitan. Se distinguen por rangos:

- Fototipo I. Corresponde a las pieles muy claras que normalmente van acompañadas de pecas. Su tonalidad es de un color blanco lechoso. Es de tipo céltico e incluso podría llegar a ser albino. Normalmente son personas con el cabello pelirrojo y los ojos azules. Este tipo de piel es muy propensa a quemarse con facilidad al exponerse a los rayos solares, no se pigmenta y su bronceado es nulo. Además, después de las quemaduras, la piel se descama. El factor de protección que se recomienda utilizar es el de 50.

- Fototipo II. Son pieles claras de color blanco, pueden o no llevar pecas. Después de mucho tiempo de exposición al sol pueden adquirir un tono dorado. El cabello de las personas con este tipo de piel es rubio o pelirrojo y los ojos verdes o azules. Estas pieles se queman también con facilidad de forma bastante intensa, pero tienen un ligero bronceado. Se recomienda que para este tipo de fototipo se utilice un factor de 50.

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Debes conocer cuál es tu fototipo antes de comprar un protector solar.Pixabay

- Fototipo III. En este caso las pieles tienen un tono más bronceado y al tomar el sol se tuestan con facilidad, aunque en las primeras exposiciones pueden quemarse. Son pieles caucásicas (europeas) y suelen tener el cabello castaño. Pueden quemarse con cierta facilidad, pero con algo de cuidado solo se broncean. El bronceado es claro y se produce de forma moderada. Se recomienda un factor de protección 30-50.

- Fototipo IV. Estas pieles son de un tono más oscuro, similar al del grupo III, pero que se broncea con mayor facilidad. El tono del cabello es castaño oscuro. Para adquirir quemaduras hay que exponerse durante mucho tiempo y a una gran intensidad bajo los rayos solares. El bronceado, por tanto, es oscuro y el factor adecuado para su protección es de 30-50.

- Fototipo V. Son pieles muy oscuras que se pigmentan con mucha facilidad, de forma prácticamente inmediata. Y el pelo de las personas que lo tienen es un castaño muy oscuro. Para quemarse tienen que pasar bajo una exposición solar muy intensa. Factor de protección necesario 15-20.

- Fototipo VI. Son pieles negras, con cabello negro también. Estas no se queman nunca y su bronceado es siempre de ese tono. Aun así, resulta indispensable la utilización de factor solar protector.

En qué fijarse a la hora de elegir una crema

Son multitud las cremas solares que hay en el mercado. Más caras, más económicas, de farmacia, de una firma de cosmética… Pero es necesario saber leer las etiquetas a la hora de proteger nuestra piel de la mejor manera. Lo primero: el número que aparece al lado de las letras SPF indica la medida en qué protegerá la piel contra las quemaduras solares. Cuánto mayor sea, mayor será también esa protección que ofrece. 

“Debemos recordar una cosa, ningún filtro protege al cien por cien, siempre hay un pequeño porcentaje de rayos que inciden en nuestra epidermis, ese número solo se refiere al tiempo que le llevaría a la radiación UV del sol quemar tu piel cuando se usa el producto según las instrucciones, en comparación con la cantidad de tiempo que tardarías en quemarte sin protector solar”, explica Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma Nezeni Cosmetics. Por lo tanto, con un SPF 30, tardará 30 veces más en quemarse de lo que tardas habitualmente sin protector solar.

En cuánto al amplio espectro, que también encontramos en los protectores solares, se trata de la garantía que contra los rayos UVB (que queman la piel) y UVA (que descomponen el colágeno) tiene el producto. “La protección contra la radiación UVA es más importante y compleja de lo que pudiera pensarse, pues causa el llamado estrés oxidativo, cuando las moléculas de oxígeno en nuestra piel se vuelven realmente inestables y crean los tan temidos radicales libres, que conducen a la aparición de líneas finas o arrugas”.

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Cada miembro de la familia puede tener un fototipo.Pixabay

Entonces, no solo es necesario usar un protector solar de amplio espectro para evitar que la radiación UVA dañe la piel, sino que también es recomendable colocar un producto antioxidante debajo de nuestro SPF para absorber los radicales libres y neutralizarlos antes de que puedan crear algún daño.

Cómo elegir el mejor protector solar

Con estas explicaciones que acabamos de darte, para evitar que surjan dudas antes de irte de vacaciones, debes tener en cuenta estos detalles a nivel dermatológico:

- Tono de tu piel. En cuánto al tono, encontraremos en el mercado muchos protectores solares no formulados para tipos de tez más oscura, lo que genera un halo blanquecino en muchas pieles. “Los filtros químicos tienden a verse menos calcáreos, pero algunas opciones pueden ser irritantes, lo que hace que muchas personas prefieran evitarlos. Lo ideal es un producto que combine filtros químicos, físicos y biológicos que logre un acabado transparente y mate en todos los tipos de piel”, añade Sáenz.

- Tipo de piel. También es importante el tipo de piel. Si la tez es grasa, se debe elegir una fórmula sin aceite para no generar brillos indeseados. Los cutis secos, se beneficiarán en cambio de una composición más hidratante que contenga humectantes y emolientes, mientras que las personas con piel sensible deben considerar un producto suave y respetuoso con la dermis que no contenga fragancias químicas, ni parabenos, ni ftalatos para evitar las irritaciones. 

- Formato. Por último, debemos fijarnos en el formato, en el tipo de consistencia y textura del protector. Las lociones tradicionales tienden a ser más espesas que los geles y las espumas, son más fáciles de ver al aplicar pero contienen más grasa y generan más brillo. 

- Los aerosoles son cómodos de usar, livianos y se secan rápidamente, pero al no verlos bien cuando los aplicamos, podemos dejar áreas desprotegidas, además de que  pueden ser peligrosos si los inhalas accidentalmente. Para aplicar con el maquillaje en cualquier momento del día, son perfectos los protectores solares en polvo, si bien se recomienda una buena capa para conseguir los valores de SPF que marca el envase.

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