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Incrementar la producción de biocombustibles 2G, clave para impulsar la descarbonización del transporte pesado

Si la electrificación es muy difícil para aviones, barcos y camiones, emplear estas alternativas sostenibles se convierte en la mejor forma de avanzar hacia la transición energética

  • Así será la planta de Biocombustibles 2G de Cepsa y Bio-Oils.

Acelerar la reducción de la huella ambiental de sectores estratégicos, pero difíciles de descarbonizar como el transporte pesado es un objetivo prioritario para las economías occidentales. Un desafío en el que incrementar la capacidad para generar soluciones energéticas sostenibles como los biocombustibles 2G resultará determinante.

Los biocombustibles de segunda generación (2G) se postulan como la gran alternativa. ¿Por qué? Porque al producirse a partir de materia prima que absorbió CO2 de la atmósfera durante su crecimiento, generan emisiones netas de CO2 notablemente inferiores a las de los combustibles fósiles. Este aspecto los convierte en un recurso valioso para reducir nuestra huella de carbono y avanzar hacia una economía más sostenible.

Al producirse a partir de materia prima que absorbió CO2 de la atmósfera durante su crecimiento, los biocombustibles generan emisiones netas de CO2 notablemente inferiores a las de los combustibles fósiles

Además, son una solución basada en la economía circular que se nutre de residuos orgánicos para su fabricación, lo que promueve la reutilización y la reducción de desechos que acaban en vertederos.

Todas sus ventajas y su gran potencial en el camino de la transición energética han propiciado que desde diversos ámbitos se estén realizando esfuerzos significativos de inversión e investigación con el objetivo de incrementar la producción de este tipo de combustibles sostenibles. Gracias a estos esfuerzos, hoy en día ya existen tecnologías maduras que permiten progresivamente ir aumentando su producción y con ello contribuir a reducir las emisiones de CO2.

Incrementar la producción de biocombustibles 2G, clave para impulsar la descarbonización del transporte pesado
Los biocombustibles 2G tienen la llave reducir la huella ambiental de determinados sectores.

La mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa

En este contexto, Cepsa es una de las compañías que más decididamente está apostando por la vía de los biocombustibles 2G. La energética acaba de anunciar junto a Bio-Oils el inicio de la construcción de la que será la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa, en Palos de la Frontera (Huelva), junto al Parque Energético La Rábida.

Cepsa acaba de anunciar junto a Bio-Oils el inicio de la construcción de la que será la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa

Prevista para 2026, el desarrollo de esta instalación supone una inversión de 1200 millones de euros y la creación de 2.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, durante las fases de construcción y operación. La planta producirá anualmente de manera flexible 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO), lo que representa duplicar la capacidad de producción actual conjunta de Cepsa y Bio-Oils. Este hito implica que los combustibles renovables producidos en este complejo evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales, el equivalente al 4 % de las emisiones del transporte por carretera en España.

La nueva planta ha sido proyectada con la última tecnología para la producción de combustibles renovables. Gracias al consumo de hidrógeno renovable, electricidad 100% renovable y a diferentes sistemas de recuperación de calor y eficiencia energética, esta instalación emitirá un 75% menos de CO2 que una planta de biocombustibles tradicional y está diseñada para lograr las cero emisiones netas en el medio plazo. También sus emisiones hídricas tendrán un mínimo impacto en el ecosistema, gracias a que solo utilizará aguas recuperadas y al potente sistema de tratamiento de aguas con el que estará equipada.

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