La posibilidad de que exista vida inteligente en otros planetas y que algún día podamos comunicarnos con ella es uno de los temas más explorados en la ficción. Hace unos meses, la película “La llegada” (Arrival), dirigida por Denis Villeneuve, volvía a poner el tema de actualidad al plantear la posibilidad de un encuentro con criaturas de otro planeta y explorar las posibilidades de comunicarnos con ellas. Fernando J. Ballesteros es doctor en física y autor del libro “Gramáticas extraterrestres” (PUV, 2008), una referencia para cualquiera que esté interesado en estos temas.
Si contactamos con una civilización, ¿será más difícil entenderlos o que nos entiendan?
Depende. Si se trata de una conversación o un intercambio directo como en "La llegada" sería igual de difícil para ambos. Pero si hablamos de un mensaje que recibimos se supone que está diseñado para que sea fácil de decodificar. Sería hasta cierto punto un mensaje a prueba de tontos, aunque siempre habrá cosas que el emisor dé por sentadas y que no sean en absoluto obvias.
Precisamente los mensajes que hemos enviado al espacio no los podemos descifrar ni los propios humanos.
Bueno, de hecho se hizo la prueba. Se entregó el mensaje de Arecibo a otros investigadores y otras universidades y se vio que, si no tienes la clave, deducirla era imposible. Este mensaje contenía información muy compactada y un código que cambia de parte a parte. Hay cosas que son un dibujo, otras que son números, y no te da ninguna pista de que eso sea así. O sea, que no lo entendemos ni nosotros mismos. Y del mensaje de las Voyager quizá una forma de vida inteligente sacaría algo, siempre que quienes lo encuentren sean seres muy visuales, como nosotros.
¿Podría suceder que su lenguaje fuera táctil o basado en otros sentidos?
Podría ser muy factible que sea una especie ecolocalizadora, por ejemplo, que vea su entorno en 3D, perfectamente, y se pueda orientar, pero que lo que perciba sean los volúmenes y las superficies, no lo que está escrito en ellas. Nos centramos demasiado en lo que conocemos. En las sondas Voyager se mandaron imágenes en color en base 3, que es algo muy específico nuestro. No van a entender los colores igual que nosotros, ni siquiera lo hacen otras especies aquí en la Tierra.
Hablando de la Tierra, si no somos capaces de descifrar el lenguaje de los delfines, ¿qué esperanza hay de entender a alguien de otro planeta?
Lo de los delfines me parece muy frustrante, son mamíferos como nosotros y tienen un lenguaje complejo similar al nuestro y no somos capaces de traducir ni una sola palabra ni el significado general de una frase. Quizá no se ha trabajado suficiente, puede que si se hiciera un proyecto internacional se podría sacar.
A lo mejor, como aventura Javier Almunia, lo de los delfines es solo un parloteo absurdo.
Sí, puede ser que estemos sobrestimándolos y que andemos buscando una información más compleja que la que ellos emiten.
¿No se debe a esa manía nuestra de antropomorfizarlo todo?
Bueno, es inevitable. Uno de los principales problemas de la comunicación es todo lo que das por supuesto y no te das cuenta de que lo das por supuesto.
“Quizá las matemáticas no son tan universales como sospechamos”
¿Qué damos por supuesto cuando diseñamos programas como SETI?
Para empezar, que las civilizaciones que buscamos tengan comunicación y emitan por radio. Y si existen, estamos dando por sentado que tengan matemáticas y eso es una asunción muy fuerte, porque quizá las matemáticas no son tan universales como sospechamos. Los extraterrestres podrían tener un desarrollo muy avanzado sin haber desarrollado matemáticas o no haber ido más allá de la aritmética. Puede que tengan herramientas diferentes o una civilización muy basada en lo empírico. Y si no tienen el concepto de matriz, difícilmente pueden entender una imagen matricial como el del mensaje de Arecibo.
O sea, que igual saben contar hasta diez pero no han desarrollado el cálculo infinitesimal.
A veces tengo la sensación de que las matemáticas son más un invento que un descubrimiento, en muchos campos. Aunque luego te encuentras cosas como los fractales y te hace dudar.
¿A qué distancia habrán llegado ya nuestras primeras emisiones de radio desde que empezamos a hacer ruido en la galaxia?
Redondeando, a unos 100 años luz, que es una insignificancia. Dentro de esa esfera creo que solo hay unas quince estrellas.
Y si a un alien le llega un día la emisión de la cadena COPE un domingo por la mañana, ¿qué pensaría?
Bueno, sería diferente si la recibiera en AM y en FM, porque la amplitud modulada es menos natural y fácil. En FM quizá no sabrían ni qué están viendo. Con AM sí puedan plantearse sacar información y podrían analizar la entropía y ver si eso puede ser un patrón aleatorio o no.
Pero estamos transmitiendo un sonido. Si no tienen atmósfera ni siquiera sabrán qué es.
Podrían creer que es una señal con una fluctuación rara, un fenómeno rarísimo que lo está modulando alguna cosa. Igual creen que es algo que orbita. En fin, podrían hacer muchos ‘papers’ muy interesantes que no dan en el clavo (risas).
Igual es lo que nos pasa a nosotros con lo que estamos interpretando, ¿no?
Puede ser. Esta idea de las interpretaciones cruzadas se cuenta muy bien en la novela "Huevo del dragón", que plantea la posibilidad de vida en una estrella de neutrones. Estos seres, en lugar de tener reacciones químicas tienen reacciones nucleares, y en lugar de moléculas tienen protones y neutrones, pero al final se ha desarrollado una vida similar. Y para ellos el tiempo propio pasa muchísimo más rápido que para nosotros, por un factor de 10.000. Un día se comunican con unos humanos que llegan al sistema y sus señales les llegan con una lentitud exasperante. Como no tienen ojos y no ven, ellos detectan el equivalente a sabores. Las señales las pasan a una especie de alfombra gustativa y saborean la señal. Y así se comunican. La novela la escribió un físico.
Por cierto, en ‘La llegada’ hay un físico y una lingüista, ¿no se les olvida un biólogo?
Pues sí. A partir de su anatomía podría estimar la gravedad del planeta en el que se desarrollaron, por ejemplo.
Que tengan forma de cefalópodo no es casual, ¿no?
Es la segunda forma favorita para los alienígenas en ciencia ficción después de los humanoides.
Jon Lomberg me dijo que los alienígenas se emocionarían con Bach, porque son patrones armónicos, ¿tú qué piensas?
Que no. La música humana es muy diferente de las músicas animales, porque el componente fundamental es la emoción. La música posiblemente no haga ese efecto en ellos.
¿No es un poco triste que una cuestión tan interesante se la hayan adueñado los ufólogos y toda esta banda de cazafantasmas?
Pue sí, yo siempre he dicho que Iker Jiménez es un divulgador muy bueno que lamentablemente está en el lado oscuro. Y luego, aparte, la educación en España es la que es, no es fácil hacer divulgación.
En tu libro hablas de los problemas presupuestarios de SETI. ¿Cómo explicarías a un político la utilidad de invertir en un programa así?
Le explicaría que siempre que desarrollamos una tecnología luego tiene aplicaciones que no nos esperábamos. Las dos cosas que más la desarrollan son la carrera espacial y la guerra. Pues vamos a elegir la carrera espacial, ¿no? Y vamos a poner nuestra inteligencia al límite para conseguir desarrollos sorprendentes. Hay muchísimos ejemplos.
Pero si nuestros mensajes al espacio no se entienden, ¿en realidad son para hablarnos a nosotros mismos?
Sí, aunque la carrera espacial no es lo que era, se ha perdido el espíritu. Muchos nos planeábamos en el futuro ser astronautas. Yo me estaba documentando cuando era un chaval para saber qué tenía que hacer cuando fuera un minero en el asteroide. Ese espíritu de ir allí, y no mandar solamente sondas, se ha perdido.
¿Y si en vez de con calamares alienígenas resulta que un día nos comunicamos con robots extraterrestres?
Bueno, si son tan avanzados como para ir por la galaxia buscando otras civilizaciones quizá tengan una psique que no sea muy diferente de la de un ser biológico.
Dice Hawking que quizá en la galaxia están todos callados porque hay depredadores acechando, ¿qué piensas?
Hay un problema con esto que es el de la uniformidad. Esta idea asume que todas las civilizaciones actúan de la misma manera. Esto no ocurre ni siquiera en una comunidad de vecinos, ¡como para que ocurra en la galaxia! Solo sería posible si existiera una red de comunicaciones entre civilizaciones que se ponen de acuerdo para no hablar porque hay una tercera que se encargan de machacar a las que emergen. En la serie de novelas Berserker, de Fred Saberhagen, se habla de máquinas von Newman que se dedican a exterminar la vida en toda la galaxia. Y los únicos que son capaces de plantarle cara son los humanos porque, como siempre estaban en guerra, ya están preparados.
Precisamente quizá no veamos ninguna civilización porque todas llegan a un punto en que se aniquilan.
Esa es una explicación. O puede que sencillamente no hayamos escuchado con suficiente intensidad. Si realmente no hay nada, otra explicación podría ser que el vuelo interestelar es mucho más difícil y hay muchos más peligros de lo que creemos. A lo mejor hay diez o doce civilizaciones en la galaxia pero que no colonizan otros sistemas y no tienen el volumen suficiente para poder plantearse la comunicación.