Cuando una persona sufre una fractura grave y los huesos deben ser fijados, los cirujanos siguen instalando tornillos de metal en los huesos. Un equipo de investigadores de la Universidad de Tufts, en Medford, Massachusetts, presenta esta semana en Nature Communications un sistema de tornillos de seda que podrían utilizarse para soldar huesos rotos y ofrecerían numerosas ventajas comparados con los sistemas tradicionales.
Los tornillos de aleaciones de metal tienen varias limitaciones. La más importante es que no se degradan en el interior del cuerpo, lo que conlleva una segunda operación para retirar el implante. Otra desventaja es que los tornillos encajan en ocasiones por error en el hueso de alrededor, lo que puede llevar a la degradación ósea debido a la carga que sufre el rígido implante de metal. Samuel Lin y su equipo han sintetizado tornillos de seda que han implantado en las patas traseras de ratas, y han demostrado que han funcionado perfectamente durante las ocho semanas que ha durado la investigación.
La seda es más flexible y el cuerpo la reabsorbe
La flexibilidad de la seda –que es más parecida a la del hueso – y su capacidad de degradarse hacen de la ella una candidata atractiva comparada con los sistemas metálicos. En los últimos tiempos han ganado interés los sistemas reabsorbibles porque no hay que retirarlos y podrían mejorar la remodelación de los huesos. Sin embargo, se utilizan sólo en procedimientos craneofaciales pediátricos, sobre todo por los laboriosos requisitos previos. La evaluación en vivo de fémures de rata, escriben los autores, ha demostrado que son autoenroscables, que permanecen en el hueso durante 4 u 8 semanas, son biocompatibles y ayudan a la remodelación del hueso. Son fáciles de colocar, añaden, encajan perfectamente en el lugar que hay que reparar, se esterilizan con autoclave y tienen una mínima respuesta inflamatoria.
Referencia: The use of silk-based devices for fracture fixation (Nature Communications)
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