¿A qué velocidad evolucionan los animales en la naturaleza? La pregunta se la hizo en 1942 el biólogo estadounidense George G. Simpson y sigue teniendo interés en el campo de la biología. Cuando tomamos grupos pequeños como los pinzones que observó Charles Darwin en su viaje por las islas Galápagos es evidente que la selección natural actúa generando una variedad de adaptaciones en poco tiempo, pero cuando el proceso se produce en una escala temporal más grande parece que el cambio es más gradual y no tenemos claro cómo cambian los rasgos fenotípicos de las especies.
Para estudiar mejor el asunto, el equipo de Gavin Thomas fijó su atención en un rasgo que presenta una gran diversidad morfológica en miles de especies: el pico de las aves. Con su variedad de formas, pensaron, los picos son un rasgos particularmente interesantes a la hora de estudiar la evolución de la diversidad biológica, de modo que pusieron en marcha un proyecto de ciencia ciudadana llamado “Mark my bird”, una web colaborativa en la que los científicos ponían a disposición del público el resultado de los escaneos de los distintos tipos de picos y estos ayudaban a configurar algunos de los parámetros necesitados en el cribado de datos.
Los picos son un rasgos particularmente interesantes a la hora de estudiar la evolución de la diversidad biológica
El resultado de estos análisis se publica esta semana en la revista Nature, en un trabajo en el que Thomas y su equipo ofrecen los datos obtenidos tras escanear los picos de más de 2.000 especies de aves de todo el mundo, representativas del 95% de la población mundial de estos animales. En resumidas cuentas, lo que concluyen Thomas y su equipo es que la forma de los picos se ha mantenido estable en el tiempo en la mayoría de las especies, tras un primer periodo de aparición y gran variación, y que las discontinuidades en el fenotipo se han presentado en ramas concretas por motivos puntuales de tipo geográfico o ambiental.
GIF PICO
Para los autores, este resultado confirma el concepto de megaevolución, según el cual después de una diversificación inicial del rasgo, este se va refinando a medida que los organismos tienen éxito y eventos impredecibles abren nuevas oportunidades ecológicas. “Quizá el mensaje más potente del presente estudio es que la evolución a larga escala combina a la vez la historia y la catástrofe”, escribe en un artículo complementario el investigador de la Universidad de Yale Bhart-Anjan Bhullar.
En 1796, recuerda, el científico francés George Cuvier describió los restos de una criatura gigantesca a la que llamó Megaterio y llegó a la conclusión de que la historia de la Tierra había estado marcada por una serie de acontecimientos catastróficos que hacían desaparecer especies como esta. Las teorías de Darwin acabarían a la postre con el llamado “catastrofismo”, al demostrar que los cambios son continuos y graduales, pero el estudio de la evolución a gran escala de los picos, según Bhart-Anjan Bhullar “subraya la importancia de los eventos raros y únicos en la historia de la vida”.
Referencia: Mega-evolutionary dynamics of the adaptive radiation of birds (Nature) DOI 10.1038/nature21074