El domingo empezaba con muy malas noticias para la delegación española en los Juegos Olímpicos de París: Carolina Marín tenía que abandonar su partido de semifinales contra He Bing Jiao cuando estaba cerca de ganar y asegurar la plata en bádminton. La onubense acariciaba ya la posibilidad de meterse en su segunda final olímpica después de arrasar en la primera manga con un contundente 21-14 y liderar el segundo set con 10-6 en el momento en el que sufrió la lesión en su rodilla derecha al perder la fuerza en una mala pisada.
A Marín (cuarta del ránking mundial) se la ha visto muy dolorida de su rodilla derecha, la misma que le causó una grave lesión anterior que la tuvo alejada de las principales competiciones de su deporte. Una vez ha sentido la molestia y ha sido atendida por su equipo técnico, Carolina se ha puesto una venda protectora y ha intentado continuar, pero el único punto que ha logrado disputar lo ha jugado con mucho miedo, evidenciando que debía abandonar el partido pese a estar dominándolo de principio a fin. Nada más perderlo, se ha echado al suelo a llorar y su cuerpo técnico se ha acercado a arroparla.
La tricampeona del mundo y heptacampeona de Europa no ha querido retirarse la pista en silla de ruedas y ha insistido en hacerlo por su propio pie, en los que pueden ser sus últimos juegos a los 31 años.
Su rival, la china He Bing Jiao, de 27 años, llega así a la final por sorpresa después de haber vencido también a la actual campeona olímpica —Tokio 2020—, su compatriota Chen Yu Fei. Ahora, buscará el título olímpico ante la surcoreana An Se Young, que en la otra semifinal doblegó a la indonesia Gregoria Mariska Tunjung (11-21, 21-13, 21-16).
Marín no recibirá ninguna medalla honorífica como quería la federación española, ya que no es posible entregar dicho distintivo. Sin embargo, sí que tendrá un reconocimiento mundial, con la fecha aún por determinar. Dicho acuerdo lo han cerrado el COI, el COE y las federaciones de bádminton.
Su llegada a Barajas
Carolina Marín fue recibida entre aplausos en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por decenas de aficionados, después de retirarse por una lesión en la rodilla en las semifinales de los Juegos de París, algo por lo que reconoció estar "destrozada", aunque no confirmó si necesitará operarse o no.
"Todavía no he podido ver todo, pero desde luego que quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada, no puedo decir otra cosa, pero me voy a al hospital, que me hagan pruebas y a ver qué sale, ahí tomaremos decisiones", expresó la onubense a los medios de comunicación en su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
La jugadora española se lesionó durante su partido de semifinales de los Juegos Olímpicos de París ante la china He Bing Jiao y tuvo que retirarse del torneo, todo en un partido que dominaba a placer (21-14, 10-6) y en el que la rodilla volvió a despertar sus pesadillas.
Después de ganar 21-14 el primer set y cuando se imponía a la asiática por 10-6 en el segundo, la onubense, cuarta del ranking mundial, se fue al suelo llevándose la mano a la rodilla. Fue atendida y se enfundó una rodillera para seguir el partido, pero después de disputar y perder dos puntos más ante Jiao, no pudo continuar. Entre lágrimas, abandonó la pista principal del pabellón Porte de la Chapelle.
vallecas
Carolina Marín es una gran deportista y la Federación Española quería insultarla, rebajarla, humillarla con el regalo de una medalla Olímpica. Las medallas se ganan , no se regalan, señores "estúpidos" de la Federación. Por suerte no ha sido posible. Carolina Marín es un deportista "grande" y sabe que esto forma parte del "juego". Después de las lágrimas (lógicas y humanas) llega la profesionalidad.
HUNTER
Tremenda desgracia y solo cabe dar las gracias a una campeona y desearle una pronta recuperación. Dicho esto, y salvo contadas excepciones, solo hay que hablar del colosal fracaso del deporte español en las Olimpiadas que cada vez se parece más a Eurovision, este año sí para luego quedar penúltimos. No sé cuántas medallas nos traeremos pero mandar a 350 deportistas y tener ahora solo 5 , es volver a tiempos de Moscú 80. Los del COI español ya podrían ir pensando en largarse a sus casas empezando por el genio que hace los cálculos de las medallas que ganaremos.