Como el perro que se muerde la cola. Esa es la tendencia del boxeo olímpico y una de las principales razones por las que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha dedicido prescindir, por el momento, de su puesta en escena para los próximos Juegos Olímpicos en Los Ángeles (2028). Esta vez, Imane Khelif, campeona olímpica de boxeo en la categoría de -66 kg en los recientes Juegos de París 2024, vuelve a estar en el centro de la polémica tras la publicación de un informe médico que confirma que la púgil argelina tiene características biológicas masculinas. La revelación, realizada por el periodista francés Djaffar Ait Aoudia, plantea dudas sobre su participación en la categoría femenina y ha reavivado el debate sobre la inclusión y los criterios de elegibilidad en el deporte femenino de alto rendimiento.
Dicho informe médico, cuya existencia se conoció meses después de la competición, sugiere que Khelif presenta un perfil genético y hormonal propio de varones. Según Aoudia, el informe fue elaborado en 2023 en colaboración entre el hospital Kremlin-Bicêtre de París y el hospital Mohamed Lamine Debaghine de Argel, quedando bajo la supervisión de los endocrinólogos Soumaya Fedala y Jacques Young. En el propio documento se concluye que Khelif tiene una condición genética denominada deficiencia de 5-alfa reductasa, es decir, una anomalía en el desarrollo sexual que afecta exclusivamente a aquellas personas biológicamente de género masculino.
La condición de Khelif y su impacto en el desarrollo sexual
La deficiencia de 5-alfa reductasa es una condición genética que influye en el desarrollo de los órganos sexuales en el hombre desde el nacimiento. Los individuos afectados por este síndrome suelen ser asignados como femeninos al nacer, debido a la ambigüedad en sus genitales, que pueden parecerse a una "bolsa vaginal ciega". Sin embargo, durante la pubertad, estos individuos experimentan un desarrollo masculino evidente, incluyendo el aumento de la masa muscular o el crecimiento de vello facial y corporal, lo cual parece haber sido el caso de Khelif.
Los hallazgos médicos publicados por Ait Aoudia incluyen una resonancia magnética que indica la ausencia de útero y la presencia de testículos internos en la boxeadora, además de un órgano sexual que, aunque asimilado a un clítoris agrandado, presenta características masculinas. Asimismo, el análisis cromosómico realizado reveló un cariotipo XY y niveles de testosterona propios en hombres.
Documento médico que acredita las pruebas masculinas de Khelif | DJAFFAR AIT AOUDIA
A partir de estos resultados, el informe médico sugiere que Khelif se someta a una corrección quirúrgica y a terapia hormonal para ajustar su identidad biológica a su identidad de género autopercibida, de querer seguir luchando por formar parte de los eventos deportivos femeninos de cara al futuro. Si es que así lo desea.
La polémica en torno a su participación olímpica
La controversia sobre la participación de Imane Khelif en la categoría femenina comenzó antes de los Juegos Olímpicos de París. En marzo de 2023, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó a la boxeadora argelina de las competiciones femeninas después de que una serie de pruebas demostraran niveles elevados de testosterona y un perfil cromosómico masculino (XY), en contraposición a los criterios de la IBA para estas competidoras. Sin embargo, el propio Comité Olímpico Internacional (COI) permitió que Khelif participara en la cita francesa, argumentando que todos los deportistas habían cumplido con las normas de elegibilidad y los requisitos médicos, en línea con la Carta Olímpica y el Código Ético del COI.
Así, el punto álgido de la polémica en París ocurrió durante su combate contra la italiana Angela Carini, quien se retiró del ring entre lágrimas a los pocos segundos de comenzar después de recibir golpes contundentes de la boxeadora argelina. Esta imagen desató una ola de críticas y cuestionamientos sobre la decisión del COI de permitir que Khelif compitiera en la categoría femenina, a pesar de las objeciones de la IBA y del historial médico de la púgil. Sobre todo en las redes sociales, donde se aclamaban argumentos y pruebas certeras sobre su condición femenina.
Incluso el entrenador de Khelif, Georges Cazorla, reconoció en agosto de 2023 que Khelif había sido evaluada en el hospital Kremlin-Bicêtre y que los médicos habían detectado una "anomalía cromosómica". Cazorla también admitió que, a raíz de los resultados médicos, se le prescribieron inhibidores de testosterona para reducir el impacto de sus altos niveles hormonales en su rendimiento. Sin embargo, Cazorla defendió el derecho de Khelif a competir en la categoría femenina y destacó que su identidad siempre había sido reconocida abiertamente como femenina.
Imane Khelif, celebrando su oro olímpico en París 2024 | EFE
Imane Khelif, por su parte, respondió a la filtración del informe médico negando los rumores y afirmando que "nació mujer y que siempre se ha identificado como tal". Además, la boxeadora anunció acciones legales contra el medio que publicó los datos médicos, los cuales considera "no verificados" y una violación de su privacidad. En su declaración, Khelif expresó: "Estoy cualificada para participar. Soy mujer, nací mujer, he vivido como mujer y he competido como mujer. No hay duda de que estos ataques no son más que el reflejo de los enemigos del éxito".
El caso de Imane Khelif vuelve a poner sobre la mesa el complejo debate sobre la participación de deportistas con características sexuales ambiguas en las competiciones femeninas, así como sobre los criterios de elegibilidad que deben aplicarse en el deporte de alto nivel. Mientras que el COI y algunas federaciones deportivas han promovido un enfoque inclusivo, otras instituciones, como la IBA -cuyo presidente es el ruso Umar Kremlev-, sostienen que los niveles hormonales y el perfil cromosómico deben ser factores decisivos para garantizar la equidad olímpica.