El caos vuelve a apoderarse, como costumbre, de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Parece que el conflicto no cesa. Ahora, Pedro Rocha. El Juzgado Centro de lo Contencioso Administrativo número dos ha denegado las medidas cautelares del expresidente, manteniendo así su inhabilitación de dos años por una infracción relacionada con el cese del secretario general, Andreu Camps, una sanción impuesta por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
Sin embargo, la Federación Española ha estado justo en el centro de numerosas controversias y escándalos a lo largo de los años. Desde la gestión de Ángel María Villar hasta los recientes problemas con Luis Rubiales o la situación de Pedro Rocha. Críticas por su falta de transparencia, corrupción, mala gestión, desvinculación con clubes y federaciones regionales, etcétera. Los tiempos que rodean a la RFEF ahogan a quien la preside en un pozo sin fondo. Y así es imposible.
Ángel María Villar: el inicio del declive de la Federación
De estilo y control autoritario y con capacidad para manejar todos los cogollos de la política interna de la Federación Española de Fútbol a su libre antojo, Ángel María Villar fue el presidente de la RFEF desde 1988 hasta su detención en el 2017. Durante su mandato, Villar fue acusado de múltiples irregularidades, incluyendo malversación de fondos, diferentes fraudes y gestiones desleales, entre otros casos.
Uno de los escándalos más significativos que ensombrecieron la gestión de Villar fue el caso de malversación de fondos federativos.
En 2017, el que también fuera vicepresidente de la UEFA permaneció arrestado en el marco de una operación que investigaba el desvío de recursos de la Federación Española de Fútbol. Se acusaba a Villar de utilizar fondos destinados a la Federación para fines personales, como financiar proyectos ajenos a la actividad futbolística o para beneficiar a familiares y amigos. La investigación reveló que Villar además creó una red de corrupción que incluía pagos indebidos y la manipulación de contratos que favorecían a candidatos y empresas.
Villar también estuvo involucrado en un escándalo relacionado con su participación en la UEFA. En 2016 se reveló que utilizó su puesto para beneficiar a la RFEF en la obtención de recursos económicos.
Otro aspecto criticado de su gestión fue la rave falta de apoyo a las categorías menores y a las femeninas. Es más, durante su mandato, la inversión en el desarrollo del fútbol femenino fue prácticamente inexistente. Todo ello desencadenó en un gran estancamiento en el desarrollo de nuevos talentos y una crisis de identidad en su fútbol.
La situación de Villar llegó a su punto culminante en julio de 2017, cuando fue arrestado junto con otros miembros de la RFEF en una operación que investigaba la corrupción en el fútbol español. Tras su detención, se destaparon numerosos casos de irregularidades que habían permanecido ocultos durante años. La presión ejercida por los medios y la opinión pública obligaron finalmente a Villar a dimitir.
Del 'piquito' a República Dominicana: el fin de Rubiales
El ascenso de Luis Rubiales hasta la presidencia de la Federación en 2018 prometía un cambio de dirección y una "nueva era" en el fútbol nacional. Un saco de mentiras. Empezando por la destitución de Julen Lopetegui como seleccionador nacional unos días antes del Mundial de Rusia 2018 hasta la gestión de los derechos televisivos, así como diferentes episodios vinculados con clubes, futbolistas o sedes de torneos españoles. Nace en este seno el famoso 'caso Supercopa' y las negociaciones y todos los audios con Gerard Piqué.
Pero eso no es todo. A medida que avanzaba su mandato, Rubiales se vio envuelto en otros escándalos, incluyendo acusaciones de abuso de poder y falta de ética en la gestión de los contratos de patrocinio. Su estilo de liderazgo, a menudo considerado agresivo, también ha ido generado tensiones incluso dentro de la Federación.
Además, a pesar de los avances en el fútbol femenino, Rubiales se enfrentó a uno de los momentos más polémicos incluso del fútbol internacional: su beso a la jugadora Jenni Hermoso, que se convirtió en todo un escándalo mediático y que lo obligó, posteriormente, a la renuncia de su cargo como presidente el 10 de septiembre de 2023.
Con Rubiales en el poder, la Federación también ha encarado muchas acusaciones por la falta de transparencia en la gestión de fondos públicos. Se han levantado a favor voces que exigen una auditoría exhaustiva de los gastos y la financiación de la propia Federación, sobre todo en el contexto de todas las subvenciones que recibe del gobierno. La percepción de que la RFEF no rinde cuentas formales ha alimentado aún más la desconfianza de su mandato una vez aislado.
El último en discordia, Pedro Rocha, también apeado
Con la salida de Rubiales, Pedro Rocha asumió la propia presidencia interina de la RFEF. Su llegada tampoco ha caído en vano. Pero el cacereño asumió el cargo en un momento de crisis institucional, con el objetivo de restaurar la credibilidad de los escándalos previos. Sin embargo, el martes, el titular del Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo número 2 de la Audiencia Nacional ha consumado la inhabilitación del que hasta ahora era presidente de la Federación.
Este episodio es debido al despido del secretario general, Andreu Camps, medida que, según el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), no podía adoptar como presidente de la Comisión Gestora de la RFEF, sino que le correspondía a este órgano de forma colegiada.
Los otros dos cargos que se le imputaban a Rocha, la rescisión con el despacho de Tomás González Cueto y la personación en la causa penal por la operación Brodie, se saldaron con sendas multas que sumaban unos 33.000 euros, ya que, según el propio TAD, estas dos fueron ratificadas por la Comisión Gestora de la Federación nacional.
¿Y ahora qué? El futuro de la RFEF
Este fallo abre un escenario incierto sobre el futuro de la presidencia de la Federación, ya que no se puede sancionar a alguien por seguir, en medida, las directrices del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Dentro de esta Federación existía la esperanza de un fallo favorable que permitiera mantener la estabilidad alcanzada recientemente. Sin embargo, juristas externos ya habían advertido acerca de la posible denegación de las medidas cautelares, observando las posturas de la Abogacía del Estado en casos similares con otras federaciones, como el voleibol, donde también se negaron medidas cautelarísimas.
Tras la resolución, Pedro Rocha ha decidido finalmente recurrir a la Audiencia Nacional, que tendrá la última palabra con respecto a su posibilidad de presentarse a las próximas elecciones federativas, inicialmente previstas para noviembre, aunque aún sin fecha oficial. Una de las primeras incógnitas es si María Ángeles García Chaves ‘Yaye’, actual vicepresidenta ejecutiva y máxima dirigente interina de la RFEF, tiene la autoridad para convocar dichas elecciones o si se repetirá el ciclo de impugnaciones que se vivió a principios de año.
El proceso electoral, si se pone en marcha como estaba previsto, dependerá del fallo de la Audiencia Nacional respecto al recurso de Rocha. Si el recurso es favorable, Rocha sería un claro favorito para ser reelegido. De lo contrario, el panorama se abriría para otros candidatos, entre los cuales destaca Pablo Lozano, presidente de la Federación Andaluza, considerado cercano al Gobierno y al PSOE, aunque esto podría jugar en su contra dentro de la Federación por la tradicional resistencia a toda la injerencia externa. Otros posibles aspirantes incluyen a Salvador Gomar, presidente de la Valenciana, y algunos presidentes recientemente desimputados del 'caso Soule', como son Antonio García Gaona (Ceuta) o Diego Martínez (Melilla).
En el caso de los candidatos externos, saltan nombres como Carlos Herrera, Eva Parera y Francisco Javier González Calvo suenan con fuerza, junto a otros posibles aspirantes como Javier Lozano, Mateu Lahoz o Carlos Suárez. También se especula con la posible aparición de un destacado empresario español, aunque figuras como Mateu Alemany han descartado presentarse. El panorama electoral para la presidencia de la Federación, por tanto, sigue lleno de incertidumbre.