Rafael Nadal encontró la mejor forma de quitarse los nervios de encima, venciendo al búlgaro Grigor Dimitrov, el primer rival de enjundia que le ha tocado en el torneo de Madrid y el español jugará contra Berdych su octava semifinal del torneo.
Nadal se impuso por 6-3 y 6-4 en una hora y 47 minutos, y logró la primera victoria importante, de renombre, desde Roland Garros el pasado año cuando se impuso a su compatriota David Ferrer (entonces cinco del mundo), al británico Andy Murray (8) y al serbio Novak Djokovic (2) en la final.
Desde entonces, con parón por lesiones y operación de apendicitis por medio, Nadal no ha encontrado la manera de hacerse con un triunfo que le inyecte moral. Así, perdió contra Berdych (7) en el Abierto de Australia, cuando el checo cortó 17 derrotas consecutivas ante el de Manacor, y luego ante el canadiense Milos Raonic (6) en Indian Wells.
Una victoria contra el surafricano Kevin Anderson (15) en Melbourne y ante Isner (19) en Montecarlo eran sus mejores referentes contra jugadores importantes esta temporada, hasta que este viernes sentenció a Dimitrov a su sexta derrota.
Se impulsó Nadal en un buen servicio, que aunque lo cedió hoy por primera vez en la semana, y dos veces, le ayudó en momentos importantes, y en machacar al virtuoso revés a una mano de su rival, como suele hacer contra el suizo Roger Federer.
Estuvo algo lento de piernas el español, pero fue más sólido y estable que Grigor, que llegó a este duelo con moral tras hacerse con la décima victoria ante un jugador 'top ten', el suizo Stan Wawrinka, y que soñaba con alcanzar la semifinales por primera vez en la Caja Mágica.
Tampoco soltó en exceso y con acierto su derecha Nadal, con demasiados fallos que se le quedan pegados a la red, porque todavía no tiene ajustado su golpe conductor y peca en exceso al envolverla, y porque sufrió cuando el búlgaro colocó la suya invertida.
Pero su garra le llevó a remontar un 3-1 adverso en el segundo parcial, buscando profundidad con su resto y tomando la iniciativa después, para aumentar la impotencia de Dimitrov, que quedó patente en su maltrecha raqueta, partida en dos cuando cedió su saque en el 3-3. A partir de ahí la moral del búlgaro se deshizo y sus nervios hicieron el resto para que Rafa gane su partido 13 consecutivo en Madrid.
Ganó Nadal y se anotó su victoria 14 en tierra esta temporada, en la que tiene tres derrotas. Y sumó confianza, porque está en la penúltima ronda sin ceder un solo set en tres partidos disputados, con esperanzas de lograr su tercer título consecutivo en Madrid y el quinto en total.